Noveno círculo
La entidad que estaba dentro se había divertido con el cuerpo de su viejo
compañero, golpeándolo, lamiendo su sangre de sus manos y del piso y riendo
mientras lo hacía. Ese no era el verdadero Adam y cualquiera que lo conociera lo
sabría de inmediato.
Tomó la pistola que César había estado cargando todo ese tiempo y con la que lo
amenazó para quitarle el automóvil horas atrás. Miró el cuerpo inerte del hombre
que había sido compañero de Adam, pero se enfocó en su rostro que aún guardaba
una expresión de horror. Ese hombre había encontrado a su familia muerta y ahora
él era el cadáver. Soltó una risa y comenzó a caminar por las oscuras calles de
Kennys Lake y mientras lo hacía tarareaba una vieja canción de cuna. La canción
que la madre de Adam le cantaba cuando tenía miedo por las noches, después de
que las pesadillas lo atacaran.
¿En verdad creíste que esa tonta canción cantada por la puta de tu madre iba a
alejarme de ti? Eres un completo imbécil.
En su mente estaba la imagen de Eliot, tenía el recuerdo de que él estaría
esperando a Adam en los botes del lago. Y pensó en ir hacia allá, para reunirse con
él. Rio escandalosamente, burlándose de las esperanzas que tenía Eliot de salir de
ahí, porque él sabía que no lo lograría, sin importar todos sus esfuerzos.
—¡Adam!
Se distrajo al escuchar esa voz femenina, giró sobre sus talones y frente a él vio a
una chica, no muy alta, de cabello y ojos castaños.
—¡Adam! —exclamó extasiada mientras corría hacia él.
Lo abrazó, lo besó en las mejillas, en los labios y le dijo que lo amaba. Pero él no
reaccionó, no del modo que Helen hubiese esperado, se mantuvo serio y solo
recibiendo todas las muestras de cariño que la chica tenía para él. No levantó sus
brazos para rodearla con ellos, acercarla a él y besarla como lo hacía siempre que
se reunían, ella esperaba un poco más de emoción considerando todo lo que habían
pasado para posteriormente reunirse.
Después de que visitó el museo tratando de encontrar respuestas, Helen caminó
por las calles de su pueblo natal, esperando encontrar sobrevivientes. Hasta que lo
vio a él. A pesar de las pocas probabilidades de lograr el éxito, estaba feliz por tener
a su novio frente a ella, pero sintió gran preocupación al notar lo pálido y serio en el
rostro de Adam.
—¿Estás bien? — le preguntó recorriéndole la cara con caricias.
—¿Helen? — pronunció él.
El rostro de la chica se tornó colorado y lágrimas brotaron sin parar de sus ojos,
pero al mismo tiempo tenía una enorme sonrisa de felicidad. Al fin estaba con el
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Caminos de medianoche
HororUn culto siniestro se estableció en las tierras de Kenny's Lake y Candy's Dock. Trescientos años después volvieron para recuperarlas. Durante un evento histórico, comenzó la peor noche de todos los habitantes de estos pueblos, desatando el mal del...