PARTE 41: ADAM LADO A1 Y HELEN LADO A2

0 0 0
                                    

"Tierra maldita"

Helen estuvo caminando por Kennys Lake sin hallar una salida. El pueblo solo tenía

tres entradas y salidas principales, la de la carretera que era reconocida por el

enorme letrero verde con el mensaje Bienvenido a Kennys Lake escrito con

grandes letras blancas; la entrada del sur en la que siempre había un policía en una

caseta para preguntar cuál era el motivo de la visita a todos los que llegaban por

ahí y el lago que era el modo en el que los turistas disfrutaban arribar por medio de

los botes desde el pueblo vecino. Y a pesar de todas las posibles maneras de dejar

el pueblo, no encontraba la forma de llegar a ninguna de ellas. Estaba perdida,

caminando en círculos.

Y Adam lo sabía. Sabía que estaba buscando la forma de irse, pero cuando Belly

se dio cuenta de que no estaban juntos, fue con él, sin dejar que terminaran las

horas que le había permitido para concluir con sus asuntos.

—Parece que tu novia se va—dijo Belly— ¿Estás feliz con eso?

Adam cerró los ojos, suspiró cansado. Había orquestado todo un plan en su cabeza

en el cual esperaba que Helen estuviera a salvo y en el que él no tuviera que ayudar

a Belly y a las hermanas, pero ella estaba saliendo de Kennys Lake y por más que

Adam intentara reunirse con su novia, no podía, porque ella continuaba caminando

sin ir a ningún lado, Adam creía que estaba cerca de ella, pero cada vez que podía

sentir que Helen estaba a su lado, desaparecía y escuchaba la risa de Belly, que ya

no se apartaría de él hasta asegurarse de que lo que habían iniciado veinte años

atrás por fin se concretara. Su plan se desvaneció en el aire, y lo único que le

quedaba era aceptar que no saldría de ahí con Helen.

—Belly ¿Puedo pedirte algo?

El aludido sonó fastidiado.

—¿Otra vez? Ya te permití volver para buscarla y despedirte. No salió como querías,

pero eso no es mi culpa.

—¡Ya sé! No la volveré a ver, no hablaré con ella nunca más, pero solo quiero que

la dejes salir de este pueblo. Ella no merece sufrir todo esto. Va hacia la carretera,

así que deja que se vaya, por favor.

Belly cubrió su rostro, luego comenzó a reír y por un momento Adam creyó que no

lo autorizaría.

—El único motivo por el que la dejaré salir es porque no quiero escuchar a Emily

quejándose. Esa maldita bruja está muy obsesionada contigo—respondió para

sorpresa de Adam—. Pero te lo advierto, si ella sale de aquí no recordará

absolutamente nada, sabrá que algo pasó en Kennys Lake, se dará cuenta de que

todos los que ama están desaparecidos o muertos, en pocas palabras, te olvidará.

Caminos de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora