Parte 6.

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Gojo me besó el cuello con un poco de delicadeza, lo sentía desesperado pero con cautela, yo enrollé mis piernas en su cintura haciendo que su miembro entrara más a mí provocando que gimiera fuerte, no podía aguantarlo, me dolía pero también me excitaba el tenerlo así y además ese perfume inundaba mis fosas nasales. El albino comenzó a moverse despacio, tal vez entendió que realmente si me dolía, mordí su hombro, estaba temblando y me dolía el estómago, no quería decir nada, estaba muerta de vergüenza, dios quiera que Geto no llegue aún.

-Respira hondo -me pidió y le hice caso-.

Comenzó a moverse con más rapidez, cerré los ojos al sentirlo más adentro aún, sentía mi corazón latiendo a mil, él gemía y se sentía una melodía armoniosa, me relajé un poco, simplemente dejé que hiciera lo que quisiera conmigo, en estos momentos no iba a pensar en nada, Araki del futuro se preocuparía.

-¿Te gusta? -su mano atrapó uno de mis pechos mientras movía su pelvis-.

-S-sí -gemí cansada-.

-¿Sabes? -sacó su miembro lentamente, mis piernas aflojaron a cada lado- me gustaría verte en otra forma -me tomó de la cintura para girarme, quedando mi espalda al descubierto-.

-¿Qué haces? -pregunté asustada, me iba a girar pero sus manos lo impidieron-.

-Tranquila, cuando estés acostumbrada a esto -su boca se acercó a mi oído- probaremos con ese agujerito, ahora ponte así.

Me jaló del cabello e hizo que me apoyara en mis rodillas, me sentía más vulnerable aún, su lengua recorrió mi espalda provocando que mi piel se erizara, mordí mi labio inferior esperando que hiciera otro movimiento.
Nalgueó mi trasero con fuerza, quería llorar pero de alguna forma que desconozco, me gustaba, pedí más y más me nalgueó, su mano abrió mis piernas, una vez más hizo un pequeño roce de su miembro en mi zona hasta meterlo sin pensarlo, me agarré de la cabecera de la cama para no decaerme.

-Dios Araki -metía y sacaba su miembro, el sonido que se escuchaba en la habitación me provocaba un cosquilleo, relajé mi espalda y abrí más mis piernas- creo que voy a correrme.

Con el rostro ardiendo y con el pensamiento más sucio que había tenido en mi mente, me tiré hacia adelante para girarme y mirarle, me senté frente al hombre que me tenía pensando cosas que nunca pasaron en mi cabeza.

-Córrete aquí -abrí la boca-.

-Vaya -agarró su miembro para masturbarse- nunca había pensado que mi pequeña tendría ganas de tomarse mi leche -su mano llegó a mi boca- ábrela más.

Abrí más mi boca y cerré los ojos. Sus gemidos aumentaban con el paso de los segundos, sentí la boca caliente y escurrirse su semen entre mis labios, tragué sin pensarlo y se sentía raro, él suspiró cansado, le miré de reojo, se veía jodidamente hermoso, sin remera, sin ropa, sin nada, su cabello alborotado, el sudor cayendo por su frente, su miembro aún expulsando un poco de semen y yo, pequeña a su lado, me sentía terrible, la cordura estaba volviendo a mí, me sentía avergonzada y utilizada.
Gojo sacó papel higiénico para limpiar su miembro y ponerse su ropa interior, yo iba a hacer lo mismo pero éste me ayudó a limpiar mi boca y mi pecho, me sorprendí, pues pensé que se vestiría e iría.

-¿Como te sientes? -preguntó acostándose a mi lado-.

-Extraña -respondí mirando el techo de mi habitación- fue mi primera vez -le miré- y contigo.

-Oye -se hizo el ofendido- te sacaste el premio mayor, niña.

-Bah -volví a mirar el techo- ahora que lo hicimos, puedes dejar de molestarme, lograste lo que querías, ¿no?

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora