Parte 41. (1/2)

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Ya era viernes y mi cabeza solo había estado pensando en la última conversación que había tenido con Satoru, antes de dejarle de ver minuciosamente en la universidad.

No lo había comentado con absolutamente nadie, mucho menos con Suguru, mi hermano, a pesar de las disculpas reiteradas de su parte, aún estaba mi orgullo impidiendo volver a tener aquella confianza que habíamos logrado trabajar en conjunto. Tal vez yo era una persona muy orgullosa.

Aunque los rumores, como siempre, ya estaban en boca de todos, no podía negar que me relajaba el saber que no era la única, o parte del grupo selecto de los cercanos de el albino en enterarse de la noticia.

Sukuna seguía viniendo a clases, a pesar de las súplicas de docentes en que debía reposar, él se negaba rotundamente en hacerlo, desconocía la razón pero al menos verle entre comillas, mejor que el mismo día del accidente, me relajaba bastante.

-Así que el albino se nos marcha... -Sukuna se sentó como pudo a mi lado, entre quejas-.

-Sí, bueno, ya todo el mundo lo sabe -me acomodé en mi sitio, observando a los chicos seguir con su campeonato de fútbol, diablos, hay japoneses que realmente no funcionan para los deportes-.

-¿Y eso te da pena? -sentí su mirada de reojo, aunque mi vista estaba fija en el centro, la sensación de observarme era abrumadora-.

-¿Importa?

-No lo sé -le vi encogerse de hombros- supongo que sí, fueron novios.

-Así es, fuimos -esta vez le miré- tiempo pasado.

-A veces eres muy fría -musitó moviendo su cabeza para fijar su vista al frente- quisiera que me dejases de llamar la atención.

No supe que decir ante aquello, ¿se estaba declarando, no? aunque llamar la atención y gustar eran puntos muy distintos como también alejados entre sí, pero era perturbador oírlo de él.

-Creo que estás loco -respondí-.

-Lo estoy -afirmó- y creo que no es primera vez que te digo algo así.

-Entonces no deberías seguir haciéndolo -repliqué, intentando recordar la primera vez pero simplemente mi cabeza no estaba en sí-.

-Eres una bruja, Araki -intentó pararse-.

-Ya, vete -pedí con un gesto-.

-Bruja y todo, me encantas -sonrío burlescamente, esa tonta mueca que me molestaba- a ver si dejas de pensar en el otro tonto.

No respondí y es que siendo sincera, quizás nunca pueda dejar de pensar en Satoru.

Sukuna era muy diferente a mí y no me veía en una relación seria con él, seguro el pelirosa tampoco se veía en una relación con etiqueta. Por muy atractivo que se me haga, no somos compatibles.

Y la tarde pasó entre últimos exámenes del trimestre, al menos las pequeñas vacaciones vendrían pronto y podría descansar de todo este asunto de universidad y Satoru Gojo.

-¿Te vas con nosotros? -preguntó Yuji, asomando su cabeza por el umbral de la puerta que dejaba entrar el sol del atardecer-.

-Sí, dame un momento -pedí terminando de guardar mis últimas cosas- ¿y Nobara?

-Se tuvo que quedar en biblioteca con Maki, le está ayudando con unas manualidades, solo debemos esperar a Megumi y Yuta, se van con nosotros.

-Está bien -sonreí cerrando la puerta de la sala, había sido la última en quedarme-.

-¿Cómo estás por lo de Satoru? -preguntó por debajo-.

-Seré sincera -suspiré- la verdad no lo sé, quisiera que fuera una broma, Yuji -hice un puchero- pero también quisiera nunca haberme enterado de su decisión.

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora