Parte 33.

1.1K 82 28
                                    

La tarde en casa me la pasé encerrada en mi habitación, sin siquiera haber dejado entrar a Satoru a ésta para que recogiera un poco de ropa y así pudiese bañarse, no quería verlo ni mucho menos escucharle por el momento, primero mezclando sus fetiches absurdos y luego armando un drama porque Sukuna hablaba conmigo, ¿es que a caso nadie se dignará en contarme por qué tanto recelo con él? y como había dicho: lo averiguaría sea como sea, si tenía que aprovechar el acercamiento con Sukuna, quizás lo haría.

¿Sukuna tendrá novia o solo sexo casual? pensé y me mordí la lengua por pensar en aquellas cosas.

Que me importaba a mí.

Pero no niego que es bastante atractivo y sólo pensar en tenerlo aquí con Satoru... ya, no, no puedo pensar en ello.

Desde que salgo con Satoru me he convertido en igual de hormonal que el albino y me siento un poco extraña. Es como si tuviera otra Araki dentro mío.

-¿Vas a dejarme entrar? -la voz de el albino me sacó de mis torpes pensamientos acalorados, como si fuera una pre adolescente entrando a la pubertad-.

No respondí pero quité el seguro de la puerta, me corrí a la cama para tirarme sobre ella y seguir perdiendo el tiempo en el celular.

-¿Sigues molesta? -preguntó entrando con paso lento a la cama, pero yo ya sentía su aroma penetrando en mi nariz- lo lamento, ¿sí? solo es que, no quiero verte cerca de ese idiota.

-Y empezamos de nuevo -murmuré intentando mantener la calma- dame una razón del porqué no debería acercarme a Sukuna.

-Eh, hay una muy buena -sonrió recostándose a mi lado- ¡es un imbécil!

-No, basta -suspiré exasperada- no hablemos más del tema, sé cuidarme, ya entendí de mala manera en quién confiar y en quien no. No te preocupes.

El albino no arremetió, se mantuvo callado sin bajarme la mirada, quisiera que en algún momento dejásemos de encontrarnos con personas que provocan estos malos entendidos en nuestra relación, porque no podría aguantar más secretos de Satoru.

Pero necesitaba saber la verdad.

-Solo quiero que estés conmigo -murmuró pasando su brazo por mi cintura para acercarme a él-.

-Y lo estoy, Satoru -respondí dejando el celular de lado, prestando atención a su rostro- no pienso dejarte por nadie.

-Te amo, Araki -susurró sobre mis labios, dejando un escandaloso beso sobre mi boca-.

-Yo... también, te amo -susurré aferrándome a su cuerpo-.

.

Hoy era miércoles, Técnicas de confección de vestuario. La clase era por doble, ya que comenzaríamos a trabajar en nuestras primeras prendas de vestuario, pero por el momento con papel, para simular lo textil y comenzar a tomar el ritmo en las máquinas de coser.
Satoru y Suguru no tenían clases el día de hoy, por lo que Itadori fue a buscarme a casa para no caminar durante unos veinte minutos.

Al parecer, Nobara no llegaría para la primera clase, ya que tenía que ir al médico a hacerse un chequeo anual, hace un tiempo ha estado resfriándose muy a menudo y según ella, no era normal en su sistema, así que prefirió asegurarse de que todo estuviera correcto, por lo que estuve durante la mañana modo silencio y escuchando música.

-Pensé que no terminaríamos nunca la clase -susurré saliendo de la sala con Itadori, tendríamos receso de una hora, perfecto para buscar algo para el almuerzo y esperar a que Nobara llegase a la universidad-.

-Oh, ahora que veo a ese chico -susurró mi mejor amigo, guiándome con su mirada al tan "inesperado" Sukuna, entre tantas mesas, compartiendo con quién sabe y Aiko- olvidé contarte el chisme.

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora