Parte 32.

1.3K 83 28
                                    

Y al día siguiente fue extraña la comunicación entre el albino y yo, claro que habíamos dejado de lado aquella conversación del día anterior, pero yo era cabeza dura y suficientemente terca como para meterme en terreno peligroso sin medir alguna consecuencia. Lo había decidido, había decidido por mis propios medios que averiguaría lo que pasaba, porque no iba a quedarme con tantas preguntas en mi cabeza por más paranoica que me estuviera poniendo esta situación. 
No había que pensar demasiado (me decía a mi misma, cada vez que me encontraba sola) Gojo, Sukuna, Aiko y Choso se conocían desde antes, hasta incluso mi hermano debía saber algo pero no quería meterlo en mi investigación porque sabría que se molestaría y preocuparía. Esa no era la idea (y porque seguro le contaría a Satoru lo que yo tramaba entre manos).

-Araki, hoy estás muy dispersa, ¿ocurre algo? -Nobara me miraba extrañada de mi comportamiento-.

-No, no pasa nada -fingí demencia con una sonrisa bastante exagerada que dejó aún más desconcertada a la chica de cabello naranjo pero no insistió más en el tema y agradecí al cielo por aquello- solo que ayer no dormí, mi hermano llegó tarde.

-Oh, ya veo -asintió acomodando los libros en la mesa- seguro con escándalo -bromeó y yo le asentí esta vez concordando en su comentario- ¿tienes pensado que hacer para las próximas vacaciones de primavera?

-¿Vacaciones de primavera? -pregunté sin entender, ¿teníamos descanso?- lo había olvidado, que torpe -reí despacio, observando a mi alrededor, esperando cruzarme con Sukuna, solo de curiosidad-.

-Si, solo falta un mes para descansar de esta cárcel -musitó echándose sobre la mesa para reposar la cabeza en sus libros y observarme tan atenta como siempre, a ella nunca se le pasaba algo- ¿saldrás con Satoru?

-No lo sé, o sea, de salir, salir, no -respondí dando por cierto aquello que ni siquiera habíamos conversado entre él y yo ¿pero que haríamos si ahora pasábamos tiempo veinticuatro siete?-.

-Estás rara -soltó alzando una ceja, inspeccionando mi rostro descaradamente, casi poniéndome al borde de la ansiedad-.

-Lo siento, iré al baño antes de que empiece la clase, necesito mojar mi rostro -me levanté del asiento, topándome con Itadori- ¡Hey!

-¡Hey! -copió mi acción con una sonrisa de oreja a oreja- traigo chisme y del bueno.

-Dios, pareces una vieja chismosa -respondí apartándome a un lado para dejarle pasar donde su novia- ya vuelvo, me lo dices después.

Él asintió y se sentó junto a Nobara, lo que era yo y mis piernas enloquecidas en querer apresurar el paso para salir de esa sala fueron, increíblemente rápidas, tal vez si me daba un shock de agua fría en mi rostro despertaría del pequeño sueño que estaba teniendo en mi cabeza. Joder, me sentía una intrusa en querer indagar en las vidas ajenas pero necesitaba saciar tal curiosidad para entender el por qué, Satoru se empañaba tanto en que yo no comparta con Sukuna.

Y como si fuera una broma, una vez más, saliendo del baño, en el pasillo completamente en solitario, el rostro pálido de aquel chico, se hizo notar con una sonrisa entre dientes. Quería devolverme al baño para fingir que no le vi, pero él ya caminaba hacia mi.

-Hola, Araki -sonrió metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón, como si fuera tímido pero ambos sabíamos el nefasto papel que estaba haciendo en ese momento-.

-Hola -respondí esquivándolo un poco, manteniendo cierta distancia que no se malinterpretara, porque lo de ayer si que se malinterpretó- pensé que te habían expulsado de la universidad.

-Dudo que quieran expulsar a Ryomen Sukuna -sonrió con aires de superioridad y yo envidiaba esa autoestima pero no lo suficiente como para mostrarme como él- solo que... tengo que hacer ciertos trabajos para no largarme de aquí, no ahora que estás tú.

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora