Parte 30.

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Araki.

-Necesito que alguien vaya por unos libros a la biblioteca para la materia de hoy -pidió el profesor agitando una hoja en su mano, buscando con la mirada a quién se anime-.

Pero nadie lo hacía, miré a mi alrededor y golpeé por debajo al asiento de Itadori para que se animara pero me negó con una sonrisa forzosa bastante aterradora.

-Yo, profesor, puedo ir yo -musité levantándome de mi asiento, apresurando el camino para salir de la sala-.

-Muchas gracias, Araki -sonrió entregándome la hoja doblada, asentí, saliendo de la sala casi en apuros-.

Cerré la puerta y solté el aire contenido, que fastidio era sentir tanta presión visual de parte de mis compañeros.
Desdoblé la hoja y la cantidad de libros era suficiente para que tuviera que hacer dos viajes, ¿por qué no pidió dos personas para arrastrar a Nobara conmigo? bufé guardando el papel en mi bolsillo de camino a la biblioteca, el viaje si era un poco largo, bajar tres pisos y caminar casi hasta el fondo del primer pasillo.

¿Qué estará haciendo Satoru? murmuré mirando por cada salón, encontrándome una que otra mirada de algún alumno dentro de las salas. Pensaba en el fin de semana que habíamos pasado con Satoru y sonreía como estúpida, quisiera ser valiente para también decirle lo enamorada que estaba de él pero había algo -que no sabía que era- que no me dejaba hacerlo.

-Hola, vengo por estos libros -le entregué la hoja a la bibliotecaria- para el profesor de Arte Creativo.

-Hola -chequeó el papel y tecleó algo en el computador- claro, los pidió el viernes por la tarde, dame un momento y los traeré.

-¡Gracias! -sonreí asintiendo-.

La mujer desapareció entre unos estantes para buscar aquellos libros, me senté en una mesa cerca al mostrador para revisar mi teléfono, solo mensajes de Satoru y Nobara, unas notificaciones de instagram y unos cuantos correos académicos.

-Vas a necesitar ayuda -su voz me llamó la atención para guardar el celular en el pantalón- son estos -apuntó y abrí mis ojos sorprendida, ¿quizás unos diez?- o tendrás que hacer un viaje doble.

-Al parecer -reí bajo- ¿no tendrá algún carro?

-Oh, lo siento, los cuatro no están disponibles, vinieron unos alumnos en busca de unas enciclopedias para la clase de Historia y Geografía.

-Oh, vaya -miré los libros- vendré por los otros.

Asintió dejando constancia de los libros que se irían conmigo en una agenda, dejé mi firma y el papel que el profesor me pasó para el retiro, tomé unos cinco, lo suficiente para sollozar internamente, pesaban y como una mierda, pero no pensaba hacer tantos viajes.

Caminé hasta la salida, no había nadie que pudiera prestar ayuda con los otros cincos, así que decepcionada caminé hasta el próximo ascensor para llegar más rápido a la clase. Que fastidio.

-¿Necesitas ayuda? -su cabeza se asomaba sin disimulo por el ascensor, era un color bastante similar al cabello de Itadori, creyendo que era él, pero éste era más alto que mi mejor amigo- te estuve observando desde hace un rato.

-¿Ah? -desconcertada ante el comentario final, fruncí el ceño sin saber quién era o de donde había salido-.

-Déjame ayudarte -murmuró entrando conmigo, lo sentía más alto que Satoru al tenerlo tan cerca, quitó de mis brazos tres libros y sentí una comodidad gratificante- luego volvemos por los otros.

-Oh, gracias -susurré apenada y avergonzada, quizás desde cuando me venía observando, le observé de reojo, además de alto, tenía tatuajes en sus brazos luciendo más ¿rebelde?- ¿y tú eres...?

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora