Parte 25.

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Satoru me atrapó entre sus brazos, el aroma de su perfume y el suyo propio me hicieron perder un segundo el tiempo, era un poco bastante obvio el deseo que ambos nos teníamos, especialmente estas últimas dos semanas donde nos separamos físicamente por la situación obvia, pero estaba segura que el volver a sentir su piel contra la mía, sus manos tocándome, sus labios rozando los míos, era lo que más esperaba y ansiaba, solo en él podía confiar a ciegas.

El albino sonreía de manera diferente, casi como si estuviera desvistiéndome con aquella mirada penetrante, que incluso me hizo sentir nerviosa, yo un poco cohibida me acerqué para besarlo suavemente pero su lengua se introdujo en mi boca sin pedir permiso, explorando cada centímetro, mis manos acariciaban su torso por debajo de aquella tela que molestaba lo suficiente pero sentía el calor corporal mantenerse ahí, sus piernas me envolvieron para dejarme ésta vez, abajo de él en un simple movimiento para él. Solté la respiración que iba aguantando desde el beso, intenté relajarme pero era como estar en mi primera vez con él, solo que ahora si estaba segura de que nadie nos interrumpiría.

-Araki -susurró en mi oído, cautivándome con su voz ronca- necesito hacerlo o voy a terminar volviéndome loco.

-¿Tan así? -pregunté en una pequeña risita torpe-.

-Así como oyes -quitó el mechón que molestaba en mis ojos, dejándolo detrás de mi oreja para observarme mejor- solo necesito saber que estás segura.

-Lo estoy -asentí acariciando su pecho aún con la polera puesta en ese torso que tanto quería admirar-.

Besó mi frente y al hacerlo, se sintió raro su comportamiento, raro en el sentido de que esa mirada lujuriosa que vi tantas veces en mi habitación, volvieron a posarse en ese ojos azulados. Pequeños escalofríos recorrieron mi espalda, no sabía que tramaba o que tenía planeado, solo sabía que terminaría extasiada de tanto placer como siempre. ¿Siempre habrá sido así con otras mujeres en el sexo, o fue que alguna chica en particular le hizo querer explorar aún más de lo normal?

Deduje tantas cosas en un par de segundos que olvidé que tenía al hombre más atractivo que había visto en mi vida, sobre mi, jugueteando con mi ropa que ya me estaba sofocando por el calor de la habitación.

-Puedes sacarla si tanto deseas -murmuré juguetona mente-.

-No tienes que decirlo -dijo quitándome la ropa que estorbaba en aquella situación- solo necesito que me hagas un favor.

-Dime -le miré expectante a lo que solicitaría-.

-Ponte en cuatro -musitó sin vergüenza en pedirlo, sonrojada asentí haciendo caso de inmediato-.

Estimularme era la mejor acción que él empleaba en mi, solo usando su maldita lengua, hacía mojar mi entrada con facilidad, estaba avergonzada pero no quitaba el mérito que lograba Satoru en mí, disfrutarlo era poco, era otra sensación que me volaba la cabeza con cada movimiento, el sonido de su lengua moviéndose entre mis flujos me excitaba bastante, no iba a negarlo y solo pedía que metiera su polla dentro mío sin más preámbulo.

-Abre tu boca -pidió seriamente, como si estuviera regañándome-.

Y la abrí, sin contradecir algo o preguntarle para qué. Una esfera entraba en mi boca impidiendo que hablara, amarrada a mi nuca, fruncí el ceño preguntando en mi mente que carajo tenía preparado Gojo.

-Voy a meter mi polla tan adentro, no podré escucharte gemir pero quiero que me hagas saber con tus movimientos, si te gusta.

Asentí tontamente, ansiosa por eso.
Pero la espera se me hacía un poco eterna, hasta que sentir sus dedos introducirse en mi intimidad, haciendo un ruido más estruendoso que con su lengua, ¿tan mojada estaba? porque sentía hasta mis muslos húmedos, relajé un poco mis codos para descansar mis brazos pero la nalgueada que me dio el albino me hizo contener el grito con aquella esfera en mi boca.

No puedo detenerme. || Satoru Gojo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora