ÁMAME (Lazos de Placer #2)

Capítulo 29 - La habitación con llave

Laia

Esta ha sido una semana increíble. Todo ha cambiado desde que Benjamín decidió abrirse a mí y permitirme conocerlo mejor. Parece que finalmente estamos avanzando en nuestra extraña relación.

El fin de semana pasado, Benjamín me llevó a los establos, y la experiencia fue simplemente maravillosa. Montar a caballo a través de senderos pintorescos y bosques tranquilos me hizo sentir más cerca de él de una manera que no había experimentado antes. Los momentos de silencio compartidos, intercalados con conversaciones profundas, crearon una conexión que no puedo ignorar.

Además, he estado quedándome en su departamento durante esta semana, y debo admitir que estoy completamente fascinada por ese lugar. Cada rincón del departamento emana lujo y elegancia, y siento que estoy viviendo en un mundo completamente diferente al que solía conocer. Benjamín me permitió quedarme ahí sin dudarlo, lo cual me tomó por sorpresa.

Sin embargo, hay una habitación en su departamento que permanece cerrada con llave, y Benjamín no me ha revelado su contenido. Solo dijo que cuando estuviera lista, me permitiría entrar. Eso solo ha aumentado mi curiosidad, pero estoy decidida a respetar su privacidad y esperar el momento adecuado para descubrir lo que se oculta detrás de esa puerta.

No puedo evitar sonreír mientras veo a Benjamín en una esquina de mi oficina con cara de aburrimiento mientras termina de cerrar unas cajas. Hace poco más de una hora vino a invitarme a almorzar, pero tenía que terminar de empacar las primeras muestras de los nuevos productos para enviarlos mañana en la mañana, así que Benjamín decidió ayudarme para terminar más rápido, se supone que terminaremos en diez minutos, pero ya llevamos más de una hora y Benjamín ya no lo está soportando.

-¿Ya casi terminas? - le pregunto con una sonrisa.

-Contrata a alguien para que haga esto - se queja con una expresión de aburrimiento.

No puedo evitar sonreír más al verlo tan aburrido empacando los productos en las cajas, se nota que nunca hace este tipo de trabajos por muy sencillos que sean.

-Me encantaría contratar a más personas, pero ahora no puedo - le digo.

Benjamín da algunos pasos hasta mí, cuando llega me toma por la cintura y pega mi trasero en el borde del escritorio. Con mis manos lo tomo por el cuello y dejo un pequeño beso en sus labios.

-¿Por qué no puedes contratar a más personas? - pregunta interesado.

-Porque ya no tengo espacio para más trabajadores - explico - y aunque nos está yendo bien, aun no tengo el dinero suficiente para una expansión de la fábrica - continúo - estoy pensando en solicitar un préstamo, ¿Cuáles son las probabilidades de que el banco de tu familia me lo apruebe?

Benjamín vuelve a tomar mis labios y me besa por un momento antes de hablar.

-No me encargo de las aprobaciones de los préstamos - dice él con los labios cerca de los míos - pero tengo una mejor opción - sus manos se abren paso por la parte trasera de mi blusa y acaricia delicadamente mi espalda - puedes pedirle a tu esposo que te haga ese préstamo.

Sonrío al él llamarse así mismo mi esposo.

-¿Cuáles son los requisitos que debo cumplir para solicitarte ese préstamo?

-Solo tienes que convencerme - responde con su sonrisa lujuriosa.

-Supongo que no lograré convencerte dándote argumentos sólidos por lo que deberías hacerme ese préstamo.

Él niega lentamente con la cabeza mientras su sonrisa se ensancha.

-Sabes cómo convencerme - dice, y sus labios se abren paso en mi cuello, dejando pequeños besos, luego siento su húmeda lengua que baja hasta mi escote.