Capítulo 34 - Nuevos Comienzos: Amor, Revelaciones y Compromisos

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Benjamín

Tomo su cara con ambas manos para separarla de mi pecho y hacer que me mire.

-¿Dijiste algo? - pregunto.

-No, no dije nada - responde con los ojos empapados y evadiéndome con la mirada.

-Dijiste que estabas embarazada ¿es eso cierto?

Su mirada se llena de temor, y aunque se queda paralizada puedo sentir como su cuerpo tiembla.

Sigo esperando su respuesta, pero en su mirada cada vez se le nota más el miedo, como si por alguna razón me tuviera miedo a mí.

-¿Estás embarazada? - vuelvo a preguntar.

Ella rápidamente niega con la cabeza con desesperación, lo que me da a entender que si lo está.

Siento que el tiempo se detiene. Nunca tocamos ese tema, pero creo que siempre supe que un día pasaría. Ahora, ese día se ha convertido en un presente tangible.

Siento una mezcla de incredulidad y asombro. ¿Cómo llegamos a este punto? Mis pensamientos vuelan en todas las direcciones, y el futuro que había imaginado para nosotros de repente se ve completamente diferente. La idea de convertirme en padre nunca ha estado en mis planes, pero allí está, creciendo en el vientre de Laia.

A medida que proceso la noticia, una oleada de emociones se apodera de mí. Miedo, incertidumbre, pero también un atisbo de emoción. Miro a Laia, cuyos ojos reflejan la misma mezcla de sentimientos que los míos.

-¿Por qué no me lo habías dicho? - le pregunto y ella se libera de mis manos antes de responder.

-Tú no quieres hijos - dice limpiándose las lágrimas de la cara - y no voy a abortar - la determinación en su voz es notable.

Vuelvo a acunar su cara entre mis manos para que me mire.

-Los quiero contigo - le digo con sinceridad - y jamás te pediría que abortaras.

Después de mi afirmación, Laia mira fijamente mis ojos con un dejo de incredulidad, como si no pudiera procesar lo que acabo de decir. Durante unos segundos, el silencio entre nosotros se vuelve denso, cargado de emociones y palabras no dichas.

Finalmente, rompe el silencio con un suspiro tembloroso.

-Pero recalcabas que debía planificar porque no querías hijos - murmura, sus ojos aun reflejando la tormenta interna que está experimentando.

Me acerco más a ella, envolviéndola en un abrazo reconfortante. Puedo sentir cómo su cuerpo se relaja un poco, aunque la tensión persiste en sus hombros.

-Pero nunca dije que te haría abortar si quedabas embarazada - en cuanto digo esas palabras aparece en mi mente una pregunta - ¿por eso me pediste el divorcio? ¿Por qué creíste que te haría abortar?

Ella asiente lentamente, sus dedos juguetean nerviosamente en mi espalda.

Hago que vuelva a mirarme a los ojos.

-¿Tan mal me he portado contigo que prefieres pedirme el divorcio antes que hablar conmigo?

Laia desvía la mirada, incapaz de sostener mi mirada. Puedo sentir la tensión en el aire mientras ambos procesamos la situación. Suspiro profundamente, intentando mantener la calma antes de hablar de nuevo.

-Sé que hemos tenido nuestros problemas, pero nunca debiste pensar que te forzaría a hacer algo así. Estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de este bebé y a estar a tu lado en todo momento. No quiero perderte, Laia. - Mis palabras salen cargadas de sinceridad, pero ella sigue sin mirarme directamente.

ÁMAME  (Lazos de Placer #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora