Benjamín
Luego de que Laia sale de mi oficina vuelvo a sentarme y tomo mi teléfono.
Aunque Laia parece alguien que sigue reglas hoy demostró que no, y para su suerte se exactamente como hacer que sea obediente y no se le vuelva a ocurrir romper una regla.
-¿Qué quieres? - gruñe Daniell en cuanto contesta el teléfono.
-Buenos días, cariño, ¿Cómo estás? - hablo ante su molestia.
No hay cosa que Daniell odie más que lo llame cariño, aunque ahora así es como llama a Issabel y creo que es solo para joderme.
-¿Qué quieres? Estoy ocupado desayunándome a tu hermana - dice y escucho a Issabel regañarlo a través del teléfono.
-Quiero que hagas que quiten los productos de Laia de todos tus restaurantes y clubes en donde hiciste que los incluyeran.
-¿Que hizo?
-Es desobediente.
Hay un silencio y luego escucho a Isabel murmurar algo, pero no logro entender lo que dice.
-Dalo por hecho - dice y antes de poder hablar Daniell corta la llamada.
Desde que está con Issabel ha cambiado mucho, se pega a ella como sanguijuela y actúa como un tonto enamorado y me repugna. Ya casi ni nos vemos porque nunca acepta mis invitaciones.
Sigo llamando a otros conocidos que les pedí de favor que incluyeran en sus menús la mierda saludable de Laia para que las retiren, también despido al grupo de marketing que contraté y ordeno que paren la producción en la nueva fábrica que se acaba de abrir.
Las ventas este mes subieron significativamente, en tan solo un mes el negocio de Laia vendió más de lo que ha vendido desde que inició, así que la producción que se demandaba era muy grande para ella sola, por ello me ofrecí a hacerle un préstamo para una fábrica que supla la demanda de productos, y como yo me encargué de todo ahora los trabajadores responden a mí.
Laia no tendrá otra opción que rogarme para volver a tener su pequeño negocio funcionando. Y tendrá que hacer todo lo que le ordene si realmente lo quiere de vuelta.
Salgo de mi oficina y me encuentro con mi asistente que me entrega la tarjeta que Laia me había tirado a la cara hace un rato. Le faltan modales y yo soy bueno educando a mujeres como ella.
-Reprograma mi agenda de hoy y llama a mi departamento para que me empaquen algo de ropa y la envíen a esta dirección - escribo en el chat con su nombre y le doy enviar.
-Claro, señor Astor - responde y continúo mi camino hasta el ascensor.
Cuando llego al estacionamiento me encuentro con mi chofer esperándome. Entro en la parte trasera del auto y comenzamos el viaje.
Tardamos un poco en llegar, luego de bajarme del auto mi chofer se marcha para ir a mi departamento a buscarme la ropa que mandé a empacar.
Entro a la casa y me recibe un aroma a flores frescas, toda la casa está repleta de arreglos florales, creo que es lo único que Laia ha hecho en esta casa, porque del resto nada es su estilo, es más bien el de mi madre con ayuda de su diseñadora de interiores, clásico y elegante. Y Laia es más sporty, aparte de eso no sé cuál es su estilo en decoración.
-Joven Astor - saluda la ama de llave - ¿Se quedará para el almuerzo?
-Si, desde ahora viviré aquí - le digo - así que necesito una habitación.
-¿No estará en la misma que su esposa?
Como odio esa maldita palabra. ¿Por qué la gente tiene que arruinarse la vida uniéndose con otra persona? ¿tan aburrida les resulta su vida de libertad?
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ÁMAME (Lazos de Placer #2)
Romance¿Qué sucede cuando un hombre que nunca ha querido casarse se ve obligado a contraer matrimonio con una mujer que apenas conoce? Benjamín Astor se ve empujado a casarse con su cita de una semana para complacer a su madre, después de que su hermana m...