ÁMAME (Lazos de Placer #2)

Capítulo 13 - Jackson

Laia

Ha pasado una semana desde que Jackson apareció, por suerte no lo he visto y tampoco ha vuelto a aparecer en esta casa, el personal del servicio tiene ordenes de no dejarlo pasar. Aunque no he sabido nada de él, esta semana ha sido una pesadilla, apenes si puedo dormir en las noches, cada que cierro los ojos él aparece con su sonrisa diabólica y sus ojos negros listos para atacarme.

He perdido el apetito y he perdido toda emoción por seguir luchando por Blissful Bites ¿Cuál es el sentido de seguir haciéndolo? Jackson buscara la forma de joder todo por lo que he trabajado, y no descansará hasta obtener el último centavo que Blissful Bites pueda darle.

La puerta se abre y no me molesto en girar sobre la cama para ver de quien se trata, porque sé que es Benjamín, él nunca toca antes de entrar.

Y esta semana prácticamente ha vivido en mi habitación. Me ha traído el desayuno a la cama un par de veces y en la noche se queda hasta que me quedo dormida.

No ha preguntado nada sobre Jackson, ni siquiera su nombre, y por alguna razón eso me alivia, que no tenga interés en saber sobre mi pasado y el por qué nunca he hablado sobre mi familia me da tranquilidad, es algo que quiero que quede atrás.

Pero el comportamiento que ha tenido Benjamín es algo que me gustaría que no cambiara, es lo único bueno que he tenido esta semana.

-Te traje a alguien para que no estés sola - habla mientras lo escucho acercarse - debo ir a la oficina.

-No tienes que ponerme niñera - respondo - estoy bien.

-No seas tonta - reconozco la voz y de un salto salgo de la cama y corro hasta ella.

Ari, una de mis mejores amigas me recibe entre sus brazos.

Desde que regrese de Grecia no he visto a mis amigas, Blissful Bites me había mantenido ocupada y no me quedaba tiempo de verlas, pero hasta ahora me doy cuenta la falta que me han hecho todo este tiempo.

-Las dejaré solas - dice Benjamín y luego se cierra la puerta.

-¿Ahora somos muy pobres para usted su alteza? - bromea Ari a mi oído.

-No digas estupideces - le digo separándome de ella - te he extrañado mucho.

-¿Tanto que ya no tienes tiempo para mí? - se queja.

-Te recompensaré. Lo prometo.

-Más te vale o estarás en mi lista negra - dice seria y no puedo evitar sonreír - ahora arréglate que nos iremos.

-¿Irnos a dónde? - pregunto confundida.

No he salido de esta casa en una semana y no tengo intenciones de hacerlo ahora.

-De compras - responde - tu muy atractivo y encantador esposo dijo que te llevara de compras para animarte. Pero tú pagas porque yo soy pobre.

Me es imposible no soltar una carcajada, la primera desde hace mucho tiempo.

-No tengo ganas de salir ahora - hablo y me siento en la cama.

-Por favor, no desaprovechemos esta oportunidad, podemos comprar lo que queramos y él va a pagarlo todo.

-Podemos comprar en línea - sugiero.

-Le quitas toda la diversión a ir de compras - se queja y también se deja caer en la cama con un suspiro de molestia.

-Bien, voy a cambiarme y saldremos.

-Siiiii - salta de la cama con entusiasmo.

Sonrío y me dirijo a mi armario para buscar que ponerme porque no saldré a la calle en pijama.