Laia
En la travesía de la vida, nos encontramos a menudo con encrucijadas que nos desafían y prueban nuestra fortaleza. Son momentos en los que el camino parece oscuro, y la carga que llevamos parece abrumadora. Sin embargo, lo fascinante de la vida radica en su capacidad para sorprendernos cuando menos lo esperamos.
A veces, nos sumergimos en situaciones difíciles que nos hacen cuestionar la dirección que estamos tomando. En esos momentos de incertidumbre, la vida parece ser un rompecabezas complicado, y encontrar respuestas se convierte en una tarea desafiante. Sin embargo, como los capítulos en un libro, la historia de nuestras vidas continúa, y las páginas giran hacia un nuevo horizonte.
Es en esos momentos de lucha y resistencia que la vida tiene la costumbre de recompensarnos con algo que ni siquiera sabíamos que anhelábamos tan profundamente. Puede ser una conexión inesperada, una oportunidad que surge de la adversidad o un encuentro fortuito que cambia por completo nuestra perspectiva. Esa recompensa inesperada se convierte, a menudo, en la fuente de nuestra total felicidad.
Es como si la vida, en su sabiduría, supiera mejor que nosotros mismos lo que necesitamos. En esos momentos de alegría, miramos hacia atrás y nos damos cuenta de que cada desafío, cada lágrima, y cada paso titubeante eran piezas esenciales del rompecabezas que nos condujo a la dicha presente.
Descubrimos que lo que pensábamos que queríamos no siempre coincide con lo que realmente necesitamos. La vida, en su misteriosa danza, nos lleva por caminos impredecibles y nos otorga regalos que no sabíamos que estábamos buscando. La felicidad, entonces, se revela en esos regalos inesperados, en las sorpresas que la vida nos tiene reservadas.
Así, aprendemos a abrazar la complejidad de la existencia, entendiendo que cada dificultad es una oportunidad disfrazada y que la recompensa puede llegar en formas que nunca imaginamos. En última instancia, descubrimos que la vida, con su tejido enredado, nos brinda momentos de pura felicidad cuando menos lo esperamos, recordándonos que, a pesar de los desafíos, cada paso tiene un propósito en nuestro viaje hacia la plenitud.
Y yo soy la prueba de ello, después de pasar años odiando mi vida y deseando acabar con ella, hoy me encuentro en el punto más alto apreciando cada segundo de mi vida, de la vida que tengo junto a Benjamín, el hombre con el que me despierto todas las mañanas, y a quien llamo esposo.
La vida no pudo darme una mejor persona para que fuera el padre de mi hija. Ya han pasado varias semanas desde la última vez, la impaciencia de Ben por saber el sexo del bebé nos llevó a hacer la primera ecografía en cuanto cumplí las doce semanas, y justo como dije, la ecografía mostró que era una niña. Cuando le recordé a Ben que ella seria su karma fingió no escucharme para no darme la razón.
Aun ni siquiera nace y Ben ya llenó dos habitaciones de la casa con cosas para bebé y está pensando en contratar un guardaespaldas para que ningún hombre se acerque a su hija. Cada que saca el tema del guardaespaldas no puedo evitar burlarme, pero Benjamín toma el tema con mucha seriedad, ahora tiene miedo de que su hija pague por todo lo que él hizo, por todos los corazones que rompió y por el trato que dio. Le aterra que su hija se enamore de alguien que no la trate como ella merece.
Es adorable ver a Benjamín preocuparse por estas cosas aun cuando ella ni siquiera ha nacido. Tengo el presentimiento de que ellos dos serán muy unidos, no hay un día en el que Ben no se quede dormido con su cabeza sobre mi barriga escuchando el pequeño corazoncito de nuestra hija latir, dice que le gusta ese sonido.
Ahora mismo lo tengo invadiéndome, estoy recostada en uno de los sofás de la sala y rodeando a Ben con mis piernas mientras el descansa su cabeza sobre mi vientre abultado. Debíamos estar en un evento benéfico al que nos invitaron, pero luego él propuso que no fuéramos para que nos quedáramos en casa viendo películas. Y como todas mis hormonas están alteradas lo último que quiero es salir, así que mi respuesta fue un completo sí.
ESTÁS LEYENDO
ÁMAME (Lazos de Placer #2)
Romance¿Qué sucede cuando un hombre que nunca ha querido casarse se ve obligado a contraer matrimonio con una mujer que apenas conoce? Benjamín Astor se ve empujado a casarse con su cita de una semana para complacer a su madre, después de que su hermana m...