Capítulo 4 - Las reglas de Benjamín

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Laia

Me despierto en una cama suave, cubierta por sábanas de seda, y mi mente se despierta gradualmente, recordando dónde estoy. Ha pasado un mes desde que nos casamos y nos mudamos a esta lujosa casa que los padres de Benjamín nos regalaron como obsequio de bodas.

Aunque inicialmente me resistí a la idea de abandonar mi modesto apartamento, Benjamín me convenció de que era necesario para mantener las apariencias y evitar sospechas sobre nuestro matrimonio falso, especialmente por parte de su madre.

Mientras me levanto y me miro en el espejo del baño, reflexiono sobre los cambios que ha experimentado nuestra relación en este corto período de tiempo.

A pesar de que se supone que compartir el mismo techo, hemos pasado muy poco tiempo juntos desde que regresamos de Mykonos. Benjamín sigue viviendo en su departamento, algo que me ha desconcertado y dejado con un sabor agridulce. Nuestro matrimonio definitivamente es una alianza comercial.

La noche de bodas fue simplemente increíble, pero desde entonces, ha habido una distancia entre nosotros. Me pregunto qué podría estar causando esta brecha invisible.

A veces, incluso me atormenta la idea de que Benjamín pueda estar teniendo aventuras con otras mujeres. Mi mente ha comenzado a tejer teorías descabelladas y mi inseguridad ha ido en aumento.

¿Ya no le atraigo físicamente?

¿Habrá dejado de sentir algo por mí?

Se que apenas nos conocemos y nuestra relación no es real, pero el sentimiento que me genera al pensar que está con alguien más si es real y me quema el pecho.

Mientras me arreglo para el día, miro al espejo y suspiro. La verdad es que mi vida ha estado girando en torno a mi emprendimiento de productos saludables. Afortunadamente, los resultados han sido alentadores.

Mis productos se encuentran ahora en numerosos restaurantes lujosos, y la respuesta de la gente ha sido positiva. Además, Benjamín ha contratado a un equipo de marketing para promocionar mi negocio en las redes sociales, lo que ha dado como resultado un aumento significativo en la visibilidad y el alcance de mis productos. Como resultado, me he visto sumergida en un torbellino de trabajo y responsabilidades, lo que me tiene muy agradecida con Benjamín.

Sin embargo, a medida que el éxito profesional crece, siento un vacío en mi corazón. Anhelo una conexión más profunda con Benjamín, algo que vaya más allá de un acuerdo. Me pregunto si él también ha sentido esta distancia, o si todo esto es solo una ilusión creada por mi mente insegura. Necesito respuestas, necesito entender qué está sucediendo entre nosotros.

Tengo que tomar las riendas de la situación y hablar con Benjamín sobre mis sentimientos y preocupaciones. Se que esto puede ser muy apresurado teniendo en cuenta que casi no nos hemos visto y solo hemos tenido sexo un par de veces, pero ese ha sido el mejor sexo de toda mi vida, y no sé, si lo que me gusta es el sexo con él o me gusta él.

Después de estar lista bajo a desayunar antes de centrarme en las reuniones que tengo con el equipo de marketing y encargarme de todos los envíos que hay que realizar.

Al bajar, encuentro a Benjamín en el amplio salón de la casa. Su mirada se cruza con la mía y, aunque intento disimularlo, es evidente como mi cuerpo se tensa ante su presencia.

—Benjamín, necesito hablar contigo — le digo fingiendo una voz firme.

—Buenos días, Benjamín, ¿Qué tal todo? — dice él.

—Buenos días, Benjamín — hablo apenada.

Él asiente y me invita a sentarme a su lado en el sofá. Respirando hondo, reúno todo mi valor y tomo asiento.

ÁMAME  (Lazos de Placer #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora