Parte VII: La última noche de la luna de miel

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Nos habíamos ido de luna de miel a Japón. Recorrimos varios lugares turísticos: visitamos Tokio, el templo Meiji, los rascacielos, el palacio imperial, a las ferias culturales, probamos comida de los vendedores de las calles, vimos la ciudad de noche que por cierto es muy bonita con todo el espectáculo de la luces. Y así pasó una semana.

Habíamos regresado de visitar el monte Fuji. Sehun ni bien entró a la habitación del hotel se tiró a la cama y encendió la televisión. Yo me fui al baño para colocarme la lencería. Quería darle una sorpresa a Sehun. Estábamos un poco cansados por la caminata que dimos casi todo el día pero era nuestra última noche de luna de miel y tenía que cerrarse con una buena noche de pasión.

Me quité las prendas uno a uno hasta quedar completamente desnuda, cuando me iba a poner la lencería la puerta del baño se abrió y yo por instinto tapé mi cuerpo con la lencería.

-Cariño, te he visto desnuda varías veces.- Sehun fijó su vista en la lencería y sonrió ladino.- Es sexy- tomó la lencería de mis manos, ahora sí quedando completamente desnuda a su vista.- pero ¿sabes? No lo necesitarás.- me echó un vistazo de pies a cabeza y se lamió los labios. Su mirada expresaba deseo.- Podemos saltar la parte en la que te desnudo.- me cogió de la cintura y me apegó a su cuerpo.

Sonreí de lado. Me encantaba cuando Sehun tomaba la iniciativa. -Entonces, muéstrame lo que tienes para mí.

Me besó con fervor, desesperado como si su deseo lo hubiera estado reprimiendo. Coloqué mis manos por debajo de su polo, sentí su abdomen duro y fuerte, fui deslizando mis manos hacia arriba para quitarle el polo. Ahora Sehun me besaba el cuello y yo metí mi mano en su pantalón para acariciar su miembro erecto.

Las manos de Sehun empezaron a tocarme y acariciar mis pechos en forma de círculos. Estaba deseosa de más que le quité su pantalón y bóxer de un tirón. Cuando ambos ya estábamos desnudos pensé que Sehun me llevaría a la cama, sin embargo me hizo retroceder hacia el lavado y me apoyé en la loza. No entendía lo que planeaba hasta que me hizo girar, quedé frente al espejo, él estaba detrás de mí.

-No hemos practicado mucho el sexo anal, pero esta es una ocasión especial ¿No? Tranquila, seré cuidadoso.

-¿Por qué precisamente frente a un espejo?

Sehun se encogió de hombros.- Me gusta ver tus pechos mientras tenemos sexo.

Mis manos y las de Sehun estaban apoyadas en el lavado. Él se apegó más a mí hasta que sentí su miembro en mi trasero. Primero frotó su miembro en mi trasero y me dio pequeños choques mientras que yo soltaba gemidos.

Sus manos se liberaron y recorrieron por todo mi torso: se estacionaron un rato en mis pechos para tocarlos y pellizcarlos a su gusto, luego pasó por mi abdomen hasta bajar hacia mi intimidad, en donde frotó sus dedos, estimulando más mi excitación.

A Sehun le excitaba más ver todo lo que hacía frente al espejo, su expresión lo decía todo.

De pronto y previo aviso, Sehun introdujo de manera muy brusca su miembro a mi trasero. Mi agarré se afianzó más al lavado, había sentido una combinación entre dolor y placer. Sehun colocó sus manos en mis caderas y comenzó a moverse, poco a poco fue aumentando la velocidad. Yo gemía cada vez que daba fuertes estocadas. Estuvimos en esa posición por unos largos minutos.

Luego, Sehun me llevó entre besos y toqueteos a la cama. Me eché en el colchón, Sehun se posicionó encima mío y allí siguió besándome mientras que yo manoseaba su miembro. Después, él alargó su brazo hacia la mesita de noche para sacar un fosh de chocolate.

Lo miré con una sonrisa incrédula.-¿Cuándo compraste eso?

-Antes de viajar a aquí. Lo estuve guardando para la última noche de nuestra luna de miel, tenía que hacerlo inolvidable.

Colocó un poco de chocolate en mis pechos donde lamió, me excitaba más que en momentos mordía mis pezones que me hacía prácticamente gritar de placer y coger con fuerza la sábana. Sin embargo, lo que me fascinaba aún más es que, después de que haya colocado chocolate por todo mi torso y haya lamido, derramó una cantidad considerable de chocolate en mi intimidad para luego empezar a lamerlo.

Lo que más me gustaba del sexo con Sehun era la parte del oral, él es experto con la lengua.

Después de unos largos minutos de repetir el oral, dejó el fosh a un lado y besó mi cuello dejando pequeñas marcas. Por cierto, estoy empezando a creer que a Sehun le gusta darme sorpresas puesto que introdujo su miembro dentro de mí de manera muy brusca que me hizo darle una palmada en el pecho.

-Te gusta que no sea delicado. No te hagas la que no, Seol. -lo fulminé con la mirada. Él rió.

Me besó mientras empezaba a moverse. La táctica de Sehun en el sexo siempre era ir subiendo gradualmente la intensidad del movimiento. Subí mis piernas hasta su cadera y lo empujaba hacia mí para que la penetración sea más profunda. Sehun ahora metía y sacaba su miembro rápidamente que gemía muy alto, apuesto que se escuchaba hasta la otra habitación.

Después de un tiempo nos separamos y caímos rendidos de lado a lado. La respiración de ambos era agitada y nos tomamos unos segundos para regular nuestra respiración y luego abrazarnos. Sehun colocó su cabeza en mi pecho y sus brazos rodeaban mi cuerpo, nos tapó con las sábanas.

-Te amo, Seol, -besó mi pecho.-o quiero decir esposa.- sonreí ante ello, me gustaba como sonaba cuando Sehun lo decía.-Muy pronto nuestra familia será más grande.

-Si nos llenamos de hijos no podremos tenemos sexo tranquilamente.- bromeé.

-Claro que sí, habrá momentos en los que mandaré a los niños a dormir con su abuela y aprovecharemos el momento. Para eso existen las abuelas ¿No?

-No precisamente para eso.- él me pellizco un seno.- ¡Ay, Sehun!- palmeé su espalda.

-Ahora que somos esposos podré hacer eso todos los días.- carcajeó.

- carcajeó

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Historia de un Matrimonio © Oh Sehun ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora