Capitulo 35

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Samantha

Al abrir los ojos, vi que ya era de día, toque a mi lado y me di cuenta que no estaba isaac, lo que era raro por que todos los dias me ha estado despertando con besos.

Fui hacia la cocina y solo estaba Damián, Sammy había comenzado la escuela hace unos días así que no se encontraba en la casa.

-Buenos días dami.- dije abrazandolo por la espalda y dándole un beso en la mejilla.

-Buenos días cumpleañera, ¿cómo amaneciste?.- dice mientras deja el desayuno en la mesa, me hace un ademán refiriéndose que era para mi.

-Bien, aunque Isaac no estaba, ¿sabes dónde habrá ido?.- le pregunto mientras como el desayuno.- Dios, esto esta delicioso, muchas gracias.-

-Dijo algo sobre una entrevista de trabajo, pero que no se demorara.- se sienta a mi lado con comida.

-Qué raro, no me dijo nada...- dije pensativa.

-Bueno, ¿qué te parece si vamos al centro comercial?, no te vi regalo por que preferi que lo eligieras tu.-

-No es necesario, todos los años me regalas cosas.-

–Porque es tu cumpleaños, o sea, todos los años.- dice con burla.

-Esta bien, dejame bañarme y arreglarme y vamos.-

Cuando terminamos de desayunar, fuimos a nuestras habitaciones, media hora después estábamos saliendo de la casa para ir al centro comercial, ahí fuimos enseguida a una tienda de lencería, según damian, necesitaba cosas sexis.

-Dios, esto es demasiado pequeño damian.- dije viendo la prenda que él me ofrecía, era un conjunto rojo, de encaje, era hermoso, pero vamos, literalmente parecía un hijo la parte de abajo.

-Te verás sexy, mirate, eres blanca, tienes un hermoso cuerpo.- dice haciendo puchero.- el color te quedará excelente.- Camina hacia otras prendas parecidas, al final terminamos llevando cuatro conjuntos, ya que dijo que no iba a irse de la tienda hasta que me llevara mínimo cuatro.

De ahi, fuimos a una tienda de zapatos, me enamore inmediatamente de unos tacones negros, eran muy parecidos a los de las brats. Damian dijo que los agarrara porque me los compraría.

-¿No has pensado teñirte de rubio el pelo?.- me dice mientras estábamos sentados comiendo helado.

-Dios, no, jamas volvere a ese color, ni a ninguno parecido, definitivamente me quedare con el negro.

-¿Otra vez?.- dice con duda, ¿nunca le había contado?.

-¿Jamás te conté que mi color natural es rubio?.- su cara pasó de confusión a asombro, no, definitivamente nunca le conté.

-¿Bromeas?, llevamos casi 7 años de amistad y jamás me lo contaste.- dice casi gritando.

-Upss, lo siento.- dije riéndome de él.

-¿Por qué comenzaste a teñirlo?.- yo me quedé seria, nunca se lo había comentado a nadie.

-Bueno, digamos que, el color me recordaba a mi niñez, al color de pelo de mi madre, de todo lo que pase, cuando decidí empezar de cero, realmente me lo tome enserio.- dije mirándolo.

-Por eso te lo teñiste, te recordaba a todo lo que pasaste.- la cara de damian era de pena, no quería que me tuviera lástima.

-Pero no pensemos en eso,ahora nos iremos a casa, ¿verdad?.- dije sonriéndole, él me entendía que no quería hablar de algo cuando cambiaba de tema rápidamente.

-Si, ya es hora de irnos, solo te dire que, cuando lleguemos, te vendare los ojos, no hagas preguntas o te golpeare.-

-Bueno señor gruñon.- me burlé de él.

El secreto de SamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora