Una hora para casarse.

14 6 55
                                    

Su paseo termina y bajan frente a un sauce llorón a un lado de un canal. Desde el coche vieron tantas atracciones que no sabían a dónde deberían ir primero.

—Probemos los juegos, nos quedan cerca— propuso Jun Wu.

—De acuerdo, después vamos a ver la casa del alcalde— concordó al mismo tiempo que se encaminaba a los juegos.

La atracción que más llamó su atención fueron los zancos. Xie Lian tomó un par y trató de subirse.

—Si ya es difícil subirse, no quiero imaginar caminar con ellos.

Jun Wu lo ayudó sosteniendo uno de los zancos mientras que Xie Lian se apoyaba en él.

—O talvez no, como en la bicicleta, lo más difícil es aprender a manejarla, después es muy divertido— expuso Jun Wu, soltándolo para que diera sus primeros pasos.

—¡Lo logré! — celebró Xie Lian.

—Oh, me siento un padre orgulloso— bromeó el mayor.

Xie Lian se rio, acababa de aprender que un zanco para una persona era inútil, una persona para dos zancos también lo era; sin embargo, dos personas para dos zancos era un equilibrio perfecto. Dos para dos.

—Ah, el problema es que ahora no sé cómo bajarme— continuó caminando sin sentido.

Jun Wu corrió para alcanzarlo y sostuvo ambos zancos, Xie Lian pudo bajarse.

—Gracias.

—¿Fue divertido?

—¡Sí! ¿Vas a intentarlo?

—No, me interesa más ir a ver un coche antiguo que vimos desde el carruaje.

—Oh, cierto, parecía un Ford antiguo. Vamos, te tomaré una fotografía con él.

Los dos encontraron el dichoso automóvil y Xie Lian tomó la fotografía. Pese a ser verano, todavía estaba frío, aun así, Xie Lian sentía que se calentaba detrás del teléfono.

Entraron a una casa con el techo lleno de lámparas colgantes, luego en otra donde pudieron escribir en una máquina de escribir antigua, y otra repleta de vistosas cerámicas; luego se dirigieron a la dichosa casa del alcalde, ¡y se tomaron una foto con el alcalde! Un señor barbado en traje negro, con sombrero de copa. Se tomaron fotografías adentro de la casa, elegantemente decorada como en los siglos pasados. Cada vez que salían de una casa salían con ganas de entrar a otra. Así se adentraron a una farmacia de antaño, que para sorpresa de ambos todavía estaba en uso, de hecho aún conservaban yerbas de más de cien años atrás, perfectamente almacenadas. Compraron algunas yerbas medicinales. Por último entraron a una panadería, el cálido y apetitoso olor del pan los hechizó. Las personas que los recibieron estaban vestidos con vestimentas de la época. Les ofrecieron deliciosas galletas de mantequilla con almendras y canela.

—¡Buenísimas! — exclamó el más joven.

—Deberían probar nuestras famosas galletas de mantequilla en cajas metálicas.

—Oh sí, son muy famosas.

—Llevaremos dos. Ya va siendo hora del almuerzo— expresó Jun Wu.

—Justo afuera hay un restaurante, recomiendo probar las hamburguesas de pescado— le entregaron dos cajas de galletas.

—Suena bien, las probaremos— Jun Wu recibió las cajas.

Los dos salieron encantados, directo a comer en una estancia rústica, pero hermosa. Había música en vivo y coros, el mejor acompañamiento para almorzar. Los dos admiraban al grupo de músicos mientras picaban galletas. Vino el plato fuerte y degustaron un delicioso pescado sazonado y salchichas hechas en casa.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora