¿Acomodarse a la persona o acomodar la persona al mundo?

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Vuelve a la casa de su tía, una casa con recuerdos agridulces, últimamente más agrios que dulces. Bai WuXiang está en el sofá, haciendo nada, el televisor está encendido y hay comida regada por la mesa. Escenarios como estos le hacen querer escapar de la realidad hacia otra más bella, una que no está muy lejana pero que por "alguna" razón no puede alcanzar.

Apaga el televisor y se sienta en lo que queda del sofá. Bai WuXiang se levanta inmediatamente, su pareja lo sostiene para que no se caiga.

—Jun Wu, San Lang nos ha invitado a su casa, ¿no te gustaría ir?

Nefasta forma de despertar.

—...Ve, ve tú y quédate de una vez con ese idiota, ¡así dejas de fastidiarme!

Xie Lian cierra los ojos con resignación. Conocía la respuesta de antemano, no obstante, debía intentarlo.

Va a la cocina, descuelga el teléfono y llama a Hua Cheng. Le responde la contestadora:

—Deje su mensaje de voz después del tono.

Su respiración se paraliza.

—San Lang, no podré llegar a tu casa, así que no me esperes.

Su mensaje termina y cuelga el teléfono. Suspira con desgano y se lleva una mano a la frente. Es injusto para Hua Cheng, pero Hua Cheng no merece un amigo como él, y tampoco desea mostrarle su desastrosa vida familiar...

Esa misma noche Hua Cheng escucha el mensaje en su contestadora y aprieta las manos con enojo. Talvez haga algo indebido, mas no va a tolerar esta situación. Sin pruebas concretas, deja su casa taller y se encamina a la casa de Xie Lian. Xie Lian y Bai WuXiang están en su silenciosa cena, silenciosa de su parte, pues el televisor está encendido. Pese al ruido, todavía escuchan el timbre. Xie Lian se pone en pie rápidamente, tiene la certeza de que se trata de Hua Cheng. Bai WuXiang también lo sabe gracias a la mirada asustada del más joven. Xie Lian apenas y abre la puerta.

—San Lang, buenas noches.

Hua Cheng tiene un gesto compasivo respecto a su actitud desconfiada.

—Gege, ¿podemos hablar?

—Ahora no puedo. Ve-te, por favor— ¡qué vergüenza!, la petición más vergonzosa que ha tenido que hacer.

Hua Cheng aturra el entrecejo con disgusto, está por insistir cuando una mano blanca abre la puerta. El asombro es equivalente en ambas partes. Hua Cheng no se termina de creer que Bai WuXiang siga teniendo el mismo aspecto y Bai WuXiang no puede creer que este sujeto sea el mismo niño momia que conoció. Todavía huele a flores, pero es mucho más guapo, su rostro carece de imperfecciones y ese ojo rojo sólo acentúa su belleza rebelde...

Le envidia.

Y le enoja.

Xie Lian se pone muy nervioso y se interpone entre ambos, encarando a Bai WuXiang.

—Ju-Jun Wu, San Lang ya se iba.

Hua Cheng se da cuenta del miedo que Xie Lian le tiene a su pareja.

—No es cierto— niega el del ojo rojo.

—No me interesa, soy yo quien ya se va, para siempre— declara el enmascarado.

Los ojos de Xie Lian casi se salen.

—Les queda la casa sola, jueguen todo lo que quieran.

Apenas Bai WuXiang se va, Xie Lian se lanza a su espalda.

—¡No, no te vayas!

Ahora son los ojos de Hua Cheng los que se quieren salir. Segundos atrás creyó que Xie Lian le temía a su pareja, ahora le ruega con gran sentimiento que se quede. Lo pilla al instante, es una relación insana y abusiva con dependencia emocional, probablemente derivada del evidente aislamiento al que Bai WuXiang lo somete.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora