¿Romance o simple calentura?

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Después que Bai WuXiang terminó su desayuno, Xie Lian lo llevó a buscar empleo. Las piernas de Xie Lian temblaban.

—Oh, vaya— entristeció.

Se frotó las manos porque las tenía heladas. No podía ser producto del beso, ¿o sí? No, definitivamente no podía ser eso.

Bai WuXiang admiraba el pueblo, era el pueblo más bonito en donde hubiera estado.

—¡Intentemos aquí! — expresó Xie Lian, sudando helado.

"Clínica Wen" decía el establecimiento.

—Buen día. Disculpe, doctora Wen, estoy buscando empleo para mi amigo, Bai WuXiang.

El de ropas funerarias quedó aturdido, ¿dijo amigo?, ¿ya son amigos?

—No necesito ayudantes, mi hermano es toda la ayuda que necesito— afirmó la orgullosa doctora.

—¿Ni siquiera para limpiar el piso? — regateó, aunque no sabía si reír o llorar.

—¡Que no! ¿Oh?, usted se ve muy mal, ¿no quiere que le eche un vistazo? — sacó su estetoscopio.

Xie Lian se asustó y se sonrojó, ella lo había descubierto.

—¡N-no, gracias! ¡Además, ni siquiera sé qué es eso!

—Está todo rojo, puede ser escarlatina— Wen Qing frunció el ceño.

—¡Jajaja, seguro que no! — empujó a Bai WuXiang afuera del consultorio—. ¡Aquí no es, aquí no es! Buscaremos en otra parte.

Agotaron las posibilidades de empleo, lo que los llevó al último lugar, el menos pensado, ahora Xie Lian sí que quería llorar.

—¿A dónde vamos? — Bai WuXiang se dio cuenta de que estaban dejando el pueblo atrás.

—Aah, jaja —se rascó la mejilla enrojecida—. ¡Ah, cuidado con los cactus!

Bai WuXiang no hizo más preguntas. Llegaron al borde de un risco y entonces lo supo, abajo había un campo de lápidas, era el cementerio. A un lado había un camino de gradas, bajarían por allí. Xie Lian bordeó la orilla, iba tan nervioso que tropezó. Bai WuXiang reaccionó con rapidez, lo sujetó de un brazo y lo llevó a la seguridad de su abrazo. Xie Lian quedó impresionado por su fuerza.

—Cuidado con los cactus.

Xie Lian estuvo a punto de caer de boca en un campo de cactus.

—Um...Gracias...Me descuidé.

Estaban tan cerca el uno del otro, no resultaba desagradable, es más, las manos de Xie Lian descansaban plácidamente en los pectorales del alto. Bai WuXiang no pudo resistirse a los tiernos ojos que lo miraban sin parpadear. Tragó con dificultad y se inclinó para atrapar sus labios.

—N-no lo hagas.

¿Xie Lian pensaba que de verdad iba a detenerse si no ponía resistencia?, ¿o deseaba este beso tanto como él? De cualquier forma, lo liberó, aunque lo sostuvo de una mano, previniendo de que no fuera a caerse. Xie Lian rio como tonto.

—Ah, eres todo un caballero— apretó su mano.

Juntos bajaron las gradas y entraron a la casa del sepulturero, allí había dos hombres; uno vestido de amarillo, refinado en sus ademanes, y otro vestido de negro, descuidado y con un gesto malévolo. El de amarillo estaba contando dinero en su escritorio, el de negro se apoyaba sobre una pala, tanto la pala como sus botas estaban sucias de lodo.

—Señor— el hombre de ropas amarillas se puso en pie tan pronto vio a Xie Lian.

Bai WuXiang advirtió su reacción, hasta su gesto. ¿Tan importante era Xie Lian?

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora