El listón azul II.

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Jun Wu se apartó y dijo:

—No tienes que pedir permiso, haz lo que quieras hacer.

Libre, Xie Lian se sentó y miró la furiosa erección de su amado, dolía con sólo mirar, su boca empezó a salivar, como si lo que viera fuese algo exquisito...Tragó con dificultad y extendió la mano.

—En ese caso...

Tomó aquella torre de carne, la sintió sacudirse y Xie Lian se asustó un poco. Sujetó con más fuerza y con la otra mano acarició su cabeza redondeada y caliente. La caricia era para Jun Wu, pero Xie Lian la sintió en su propia masculinidad, sentía que se iba a dejar venir. Aturró los ojos y deslizó su mano de arriba a abajo, tarea sencilla gracias al aceite. Acto seguido escuchó a Jun Wu gemir complacido. Xie Lian se ilusionó y abrió los ojos para ver a un Jun Wu con la cara roja.

—¿Se-, se siente bien?

Jun Wu hizo una mueca y se acercó a besar los labios de su pareja, en tanto su mano acariciaba su mejilla, bajó por su cuello, masajeó su pecho y continuó bajando por su firme abdomen hasta su miembro. Xie Lian no se imaginó nunca que ambos se estarían besando al mismo tiempo que se masturbaban. Estaba demasiado feliz.

Ambos descubrieron que se sentía mucho mejor cuando masajeaban sus glandes enrojecidos, su respiración se tornó pesada y sonora. Extendieron sus piernas y sus cuerpos se fueron juntando todavía más, juntaron sus miembros, un toque electrizante que los hizo gemir a ambos. Sus manos pelearon por quien tomaba el control de la batalla que se desataba abajo. Al final entrelazaron sus manos y se masturbaron con más fuerza. Por todos los cielos, qué bien se sentía, especialmente cuando pequeñas gotas de semen salían por aquellos agujeros demasiado pequeños para lo grueso del fluido. Mantener el beso fue imposible cuando se dejaron venir al mismo tiempo. Sus manos se mojaron por completo, pero se negaron a soltar la unión de sus miembros, incluso frotaron con más fuerza, prolongando su orgasmo hasta la última gota de placer.

Ambos suspiraron de alivio, pero también de sorpresa. Era la primera vez para ambos y para Xie Lian un sueño imposible, pues los sirvientes y esclavos tenían prohibido disfrutar del placer sexual. Xie Lian recostó la cabeza en el hombro del dios, él le depositó muchos besos a un lado de la cara.

—¿Quieres tomar el mando? — le susurró al oído mientras acariciaba nuevamente su miembro medio flácido.

Esos dedos debían tener una especie de magia, pues su miembro se comenzó a poner duro. Xie Lian aspiró una gran cantidad de aire para reponerse del cansancio, se apartó y echó una mirada rápida al miembro de su pareja, el cual seguía firmemente erguido en el aire. La imagen provocó que quisiera caer de rodillas y entregarle su trasero. Tragó con dureza y negó con la cabeza.

—N-no podría, yo...— en lugar de decirlo prefirió darse la vuelta, apartó su cabellera y le mostró su trasero.

Jun Wu no necesitó palabras, el agujero que había abierto hace unos minutos seguía abierto, Xie Lian realmente lo necesitaba. Su miedo se disipó y se acercó por detrás. Xie Lian se estremeció por la calentura. Si antes quiso caer de rodillas, ahora sí lo hizo.

—¡Perdone mi indecencia, pero...!

—Ssshh.

Tomó su miembro en llamas y lo frotó contra aquella sabrosa donita de fresa. Xie Lian volvía a temblar, esta vez de deseo. El grueso miembro extendió sus paredes a su medida. Xie Lian apretó los dientes, la expansión era placentera, especialmente cuando aplastaba su vesícula de semen sin piedad, pero mientras más se deslizaba hacia adentro había cierto dolor.

—Xi-Xie Lian, dime la verdad, ¿estás bien?

Xie Lian tenía los dientes apretados y un nudo atorado en la garganta, no podía hablar o su voz se rompería. Se limitó a asentir varias veces. Jun Wu decidió confiar en él y continuó entrando. Las tercas paredes de Xie Lian se contraían involuntariamente, siendo un deleite para el dios, necesitaba que cada pulgada de su miembro disfrutara de estas suaves y apretadas entrañas. La profundidad ocasionó dolor en la espalda de Xie Lian, sus brazos ya no podían sostenerlo, la parte delantera de su cuerpo cayó en el colchón, pero su trasero quedó elevado.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora