Planes para una vida juntos.

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Salieron del bosque y, a pesar de que tenían en mente volver al hotel, todavía se tomaron un tiempo para hacer otras actividades. Se tomaron una foto en una embarcación vikinga amarrada a un pequeño muelle; aunque lo mejor de este viaje fue la compra de dos cuernos vikingos para beber, Xie Lian escogió el blanco y Jun Wu uno negro.

Ribe quedó atrás y regresaron a Aarhus. En la calle había una manifestación, Xie Lian se detuvo a ver, una mujer protestaba con un megáfono y otra sostenía una foto de un conejo y una ballena. Tuvo curiosidad y se acercó a preguntar:

—¿Por qué se están manifestando?

La mujer bajó el megáfono y explicó con furia:

—Estamos en contra de la venta de pieles y de la cacería de ballenas en las Islas Feroe. ¡Exigimos que reubiquen a nuestros hermanos en tierra firme y que pare la cacería desmedida antes de que extingan la especie! ¡¿Qué harán cuando exterminen a las ballenas?!, ¡¿qué comerán entonces?!, ¡¿qué excusas tendrán para justificar su crimen?!

La mujer alzó el megáfono nuevamente y continuó manifestándose. Xie Lian petrificó una sonrisa de susto y se giró hacia Jun Wu:

—Creo que estoy listo para irnos de Dinamarca.

—En casa también suceden esos casos.

—Sí, pero ahí nacimos y no podemos escapar.

—...Correcto, de todos modos sólo debemos contar las horas.

En efecto, mañana era el día que regresaban a China, era conveniente pasar el resto del día en el hotel.

Con todo el viaje, Xie Lian pensó que ya no tenía ganas de hacer el amor, pero su idea fue equivocada.

Entraron a su dormitorio y Xie Lian empezó a quitarse la ropa, pero no veía a su esposo por ninguna parte.

—¿Jun Wu?

Convocado por su nombre, Jun Wu apareció por la puerta, posando para su querido Xie Lian. Se quitó la ropa como lo haría para una sesión de fotos. La atención de Xie Lian se centró en el espectáculo, estaba fascinado. Cayó sentado en el colchón a medida que él se acercaba. Jun Wu clavó un pie a su lado, dejando su cadera casi a la altura de su cara. La cara de Xie Lian se tiñó de color carmesí. Jun Wu procedió a quitarse la última prenda del torso, cada movimiento tan natural, ágil y sexy. Un calor inquietante descendió desde el centro de la cabeza de Xie Lian, ya había gozado de ese cuerpo bien trabajado, pero verlo tan de cerca y tener que esperar prendía su deseo. Las manos del modelo se pegaron a sus músculos y bajaron lentamente hasta su pantalón. Xie Lian frunció su sonrisa ansiosa, al final tuvo que morderse el labio. Aquellas manos desabrocharon el botón y su ropa cayó suavemente, dejando al descubierto un bulto endurecido con una sombra de humedad. Xie Lian sintió que bajo su ropa la acción también empezaba. Contrario a lo que pensaba, Jun Wu no se quitó su última prenda, sino que quitó las suyas. Xie Lian no supo qué hacer, si integrarse a la función o dejar que Jun Wu terminara su sesión.

—No sé cuál es mi papel en esta obra— dijo Xie Lian cuando su camisa cayó.

—Es tu vida, escoge el papel que desees— deslizó su mano por su vientre hasta su pantalón.

Entonces Xie Lian lo tomó por los hombros y lo hizo caer sobre su cuerpo al mismo tiempo que caían sobre el colchón. No perdieron tiempo en besarse, y mientras enredaban sus piernas, Xie Lian se despojó de su pantalón y también de su ropa interior. Jun Wu tampoco lo hizo esperar, estiró una mano debajo de la almohada y sacó el tubo de lubricante.

Por fin Xie Lian degustaba de este cuerpo, qué estimulante era sentirlo sobre él, sus manos no se controlaban y recorrían todas partes. Las de Jun Wu trabajan igual, excepto que llegaron a aquella parte entre sus glúteos. Xie Lian se sobresaltó y Jun Wu se detuvo.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora