Futuro - "No soy tan grandioso como creías".

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Los días pasaron, Xie Lian permaneció encerrado en su Palacio de XianLe, silencioso y demasiado amplio para una solitaria persona. Xie Lian no podía superar la pérdida de la primera víctima que rescató, no se sentía capaz de seguir adelante, ¿cómo podría rescatar a más personas si dejó morir a la primera?

Miró a su alrededor, pensando que el alma del chico aparecería. Al principio se quedó cerca de la tumba que Jun Wu cavó en aquel valle; si San Lang era tan leal, probablemente su alma regresaría.

No ocurrió.

"Perdón..."

Se sujetó la cabeza con pesar. Qué vueltas daba la vida, cuando estaba vivo, San Lang no le hacía caso cuando él le pedía descansar; ahora que estaba muerto y Xie Lian deseaba verlo, San Lang se había ido a descansar.

—¿Cómo va a volver? Él se sacrificó por mí, debí premiarlo, estaba a punto de morir, ¿por qué no pude mentir y darle valor a su muerte? ...Estaba tan feliz y yo...le quité su única felicidad...

Recordó las veces que lo relevó de sus tareas, San Lang debió sentir que su esfuerzo no era requerido, por ello su mayor honor fue morir por él. ¿Qué clase de dios podría sentarse en los Cielos con tanta tranquilidad sabiendo que sus seguidores morían por su culpa?

—No me di cuenta y lo hice a un lado. San Lang...perdóname, no soy tan grandioso como creías...

Y mucho menos como para que alguien se sacrifique por él.

San Lang era como su pequeño hijo, o su hermanito, su amigo, su fiel compañero...o...quién sabe si algo más. Con Jun Wu se dejó llevar por sensaciones inexplicables, por el encanto de la fantasía, pero San Lang...él se sentía muy real. Si bien dejó a sus queridos padres atrás, a sus maestros, a su pequeño primo, San Lang estaba allí para que no se sintiera solo, su compañía era tan amena que no extrañó a sus padres, era como su familia, le tenía un cariño especial, fuera de malicia o deseos románticos.

  ...

Jun Wu también sentía parte de culpa por la muerte del subordinado de Xie Lian, un Oficial Celestial murió frente a sus ojos y él, ni con toda su magnificencia, pudo salvarlo.

Dio por terminada una reunión y regresó a su alcoba. De camino, frente a aquel estanque de peces, estaba Xie Lian, su gesto gris, casi indiferente. El mayor ablandó la mirada y se detuvo frente a él.

—Mi Señor— le reverenció—, le solicito me devuelva mi mortalidad.

A Jun Wu se le descolgó la quijada. Hubo un gran silencio, el Emperador Celestial no podía pensar con claridad. Se cubrió la boca con una mano y cerró los ojos. Xie Lian no se enderezó hasta obtener una respuesta favorable, insistiría cuantas veces fuesen necesarias. Jun Wu ya había tomado una decisión; sin embargo, quería asegurarse de que esto era lo que realmente Xie Lian deseaba.

—XianLe, un fracaso no es motivo para echar tierra a tus propósitos, sino para aprender y mejorar.

—Lo sé. Pero no es un capricho, lo he meditado bien y esta es la solución que he encontrado.

Harto de verlo en esa posición, Jun Wu lo sujetó del brazo y lo forzó a enderezarse, aun así, Xie Lian no le dirigió la mirada.

—¿Qué hay de tu sueño de salvar a la gente común y redimir demonios?

—...Ser un humano no me impide ayudar a otros.

Esta respuesta convenció a Jun Wu por completo, de verdad lo había meditado.

—Te concedo tu petición.

Xie Lian por fin alzó la cabeza, sus ojos casi ciegos de lágrimas.

—Pero...debes llevarme contigo.

Xie Lian estaba anonadado. Jun Wu agregó suavemente:

—Tú estuviste para mí cuando yo te necesité, ahora yo quiero acompañarte. No cargues con todo tú solo.

Xie Lian se derrumbó contra Jun Wu, él lo abrazó y lo escuchó llorar contra su pecho. Lo acarició y abrazó más fuerte, como queriendo transferir su dolor hacia su propio ser, liberarlo del dolor y verlo sonreír de nuevo.

...

Un día como cualquier otro fue diferente a cualquiera de los anteriores, la Capital Celestial amaneció con el trono vacío. Menudo revuelo se desató, ¿por qué despareció y por qué Xie Lian desapareció también?, ¿a dónde fueron?, ¿conspiraban contra los Cielos?

Xie Lian y Jun Wu vivieron en el anonimato en algún sitio desconocido, a veces mezclándose entre la gente común y ayudando a los que lo necesitaban. Xie Lian jamás pudo superar la partida de su San Lang, fue así hasta que envejeció y pasó a mejor vida...Pero por lo menos tuvo un compañero que no le permitió sufrir solo.

Qué bueno era tener compañía cuando se estaba triste.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora