Delitos.

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Xie Lian prepara un almuerzo sencillo para matar el hambre hasta la noche. Bai WuXiang está en la sala, viendo el mini árbol con enojo. El almuerzo es servido frente a sus ojos. Xie Lian se sienta a su lado y no demora en empezar a comer.

—¿Sabes? Cuando empiece a ganar dinero, me gustaría donar a los huérfanos. ¿Qué dices?

Bai WuXiang truena los huesos de la mano, Xie Lian se sobresalta.

—Es una tontería. Pero quién soy yo para decirte qué hacer con tu dinero.

Vaya, molesto de nuevo, a Xie Lian ya no le sorprende.

—...Nuestro dinero. Tienes razón, primero debo pensar en nosotros, asegurar nuestro futuro-

—Lo dices como si todo dependiera de ti, ¡¿crees que yo no puedo aportar nada?!

Xie Lian se esconde el miedo.

—Y-yo no dije nada de eso. Y deja de gritar que es innecesario.

—Innecesario igual que yo para ti.

Xie Lian suspira con desgano.

—Sin ti no habría puesto ese restaurante en el centro de la ciudad. ¿Qué sucede ahora?, ¿qué te molesta?

Bai WuXiang opta por el silencio, hizo todo este drama para al final quedarse callado...Absurdo. Las cosas que dijo talvez son la imagen mental que tiene sobre sí mismo. Se siente patético por ser de esta manera.

—...Lo siento...

Xie Lian se conmueve y le da un abrazo.

—...Siempre puedes trabajar en el restaurante.

Maldición.

...

Motivado por el enfado, Bai WuXiang vuelve a buscar empleo. Diluyendo parte de su orgullo, reduce sus opciones a trabajos de menor capacitación. El resultado es el mismo, en tanto Xie Lian celebra la inauguración de su restaurante, con muchos clientes ansiosos por probar su comida "exótica".

—Talvez es el momento de aceptarlo...Xie Lian es mejor que yo y jamás podré superarlo.

Bai WuXiang regresa a casa de Xie Lian y se tumba en el sofá a lamentarse en el alma su inutilidad.

El teléfono suena.

¡Maldición!, ¿tampoco lo van a dejar sentirse miserable en paz? Molesto contesta el teléfono.

—Ya no estamos contratando.

—¿Contratando?

Uuuh.

—¿Llamo a la casa de Xie Lian?

La mano del enmascarado tiembla. Es la voz de un joven...

¡Cuelga!

Su respiración se sale de control, el enojo aflora, luego viene la frustración y después la tristeza...

...

Xie Lian trabaja más de lo que lo haría siendo un empleado común.

—Realmente necesito un asistente— piensa desde su silla de oficina, pinchando una calculadora.

Llega a casa tarde en la noche, su marido está desparramado en el sofá. Ha estado así desde inicios de año, todavía no consigue empleo y se ha dado por vencido en buscarlo. La decepción es evidente en la cara de Xie Lian.

El teléfono suena, Xie Lian se sobresalta y Bai WuXiang se despierta, el primero atiende la llamada en la cocina, sitio a donde trasladó el teléfono para tener más privacidad. Sólo hay una persona que le llama a esta hora.

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora