Memorias de dos vidas tristes. "Maldito mentiroso".

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Sus párpados cerrados duelen, abre lentamente los ojos y los vuelve a cerrar, el sol está bañando su rostro. Xie Lian trata de reincorporarse y sufre un fuerte mareo. Toma un descanso y lentamente consigue sentarse. Son las diez de la mañana, está en una cama, en una habitación pintada de blanco, espaciosa, llena de cuadros apilados y herramientas de pintura, parece un taller de arte. Le es desconocida por unos instantes, entonces recuerda, justo anoche...

—Gege ya está despierto, qué bueno.

Eso, justo anoche se encontró con su viejo amigo Hua Cheng. La última vez que se vieron él era un adolescente escuálido con el rostro envuelto en vendajes, ahora es una hermosa mariposa con una sonrisa juguetona, pulcras vestimentas rojas y una cabellera negra y sedosa. Su semblante tranquilo esconde un atisbo de preocupación. Xie Lian está fascinado por su cambio, en contraste él tiene el aspecto de un ebrio sucio.

Qué vergüenza.

Xie Lian aparta la mirada, se siente indigno de mirarlo. Obviamente Hua Cheng está preocupado, el Xie Lian de sus recuerdos era un pequeño ángel, su protector y su salvador, un joven amable y siempre sonriente. Le duele ver en lo que se ha convertido, anoche su hedor a alcohol era tan fuerte como oler directamente de una botella de licor.

Se acerca a él y toma asiento en la orilla de la cama y le sonríe con delicadeza.

—Gracias...por lo de anoche...— dice Xie Lian, su voz es carrasposa.

¿Cómo Hua Cheng iba a olvidar que estaba a punto de arrojarse del puente?

—Te he preparado el desayuno— la voz de Hua Cheng es tan pacífica que podría detener ejércitos enteros, sabe que un ruido fuerte puede dañar a su paciente con resaca.

Con movimientos lentos Xie Lian baja de la cama, Hua Cheng se apresura a asistirlo.

—...Me voy.

Hua Cheng alza las cejas.

— ¿No pensará que le dejaré ir en estas condiciones?

Xie Lian mantiene la cabeza abajo y aprieta las manos en puños.

—San Lang...yo...sé por qué haces esto...

Hua Cheng presenta un fugaz sobresalto en la mirada. Después de una breve pausa, habla:

—Gege, las personas no somos tan simples.

Hua Cheng usa un tono sosegado, pero puede sentir el regaño implícito. Xie Lian se avergüenza. Qué egoísta es, han pasado tantos años, ¿qué le hizo pensar que Hua Cheng sigue enamorado de él? Desea hundirse en la tierra.

Hua Cheng no quiso regañarlo, le hizo muy feliz escucharlo una vez más llamarle San Lang. Sonríe y Xie Lian se sobresalta cuando siente su mano reposar en su hombro.

—Traeré el desayuno.

A Xie Lian sólo le resta obedecer.

Lo primero que Hua Cheng le provee es una botella de suero, lo siguiente es el desayuno. El desayuno es un vaso de fruta picada con yogurt de fresa, espolvoreado con avena tostada con miel y nueces troceadas; un waffle acompañado con una bola de helado bañada con caramelo; la bebida es jugo de bayas. Xie Lian está anonadado, siente que los ojos se le van a deshacer en lágrimas, tal consideración...

En cada universo. | BaiLian/JunLian| - 26Donde viven las historias. Descúbrelo ahora