Caleb Stonewall
Pedido de --_Skylar_--
-¿Y cómo rescató el campesino a la princesa del castillo que se desmoronaba?
-Bueno, pues...
-¿Otra vez con la misma historia?- inquirió una dulce voz femenina atrayendo la atención de ambos. Una sonrisa se instaló en los rostros de los dos mientras veían a la mujer parada a un lado de la puerta.
-Mi princesa quería que se la contara.
-Pero si se la sabe de memoria.
-¡Mentira! - se acurrucó contra el pecho de su padre, tratando de esconder su traviesa sonrisa. - No le hagas caso, papi.
La risa de Caleb llenó el lugar mientras no dejaba de intercambiar miradas cómplices con su esposa.
-Ven aquí, que se te nota de lejos que tú también quieres que te cuente la historia.
-¡Eso mami! ¡Ven! ¡Papá volverá a comenzar la historia desde el principio!
-Yo no dije eso.
-Pero yo sí. – ordenó la pequeña, a sabiendas de que su padre no la desobedecería. Siempre le cumplía sus caprichos. Era su princesa y eso a la pequeña le encantaba.
La joven se acercó a la cama y se metió en el edredón que ambos alzaban para ella. La sonrisa no se quitaba de su rostro, sino que más bien se amplió al chocar sus ojos grises con los verdes de él. Sus ojos brillaban bajo la luz de la lamparita con una intensidad fascinante, ella sentía que enrojecía al ser el centro de esa intensa mirada.
Como cuando recién se conocían...
-Vamos, comienza, papi. – susurro la pequeña acurrucándose contra su madre para poder observar a su padre.
Ambas féminas lo observaban impacientes porque comenzara a relatarles la historia desde el comienzo, por mucho que se supieran sus palabras de memoria.
-Está bien. Había una vez, una niña hermosa que vivía en un castillo envuelto de miles de rosas. Todos la admiraban y sentían envidia de su belleza y de riqueza, olvidándose por completo de que las rosas tienen espinas...
Su mirada fija en ella hizo que los recuerdos se removieran en ella, que todos aquellos acontecimientos que los llevaron a donde ellos estaban llenaran su mente
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Unos pasos corriendo en aquel pasillo era lo único que se escuchaba, el latido frenético de su corazón inundando sus oídos junto al bombeo de la sangre a través de sus venas. Sentía como sus pulmones gritaban ante la escasez del aire, sentía como todo a su alrededor daba vueltas y vueltas.
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One Shots Inazuma Eleven
FanfictionJugadoras, gerentes, espectadores.... Aquí podremos ser todo lo que queramos. Aquí, podremos reír y llorar, enamorarnos y odiar. Viviremos una vida junto a nuestros jugadores favoritos, y como diría Mark... ¡Juguemos al fútbol!