Jugadoras, gerentes, espectadores....
Aquí podremos ser todo lo que queramos.
Aquí, podremos reír y llorar, enamorarnos y odiar.
Viviremos una vida junto a nuestros jugadores favoritos, y como diría Mark...
¡Juguemos al fútbol!
El peliazul al cual habia dirigido el llamado regateo a Todd y me pasa el balón perfectamente. Recibo el pase y me propongo a hacer mi nueva supertecnica.
Chuto el balón arriba, este se envuelve en una aura morada, salto detras de este y lo pateo con mucha fuerza. El balón acaba desviandose y desciendo, pero pierdo el equilibrio cayendo al suelo.
-¡Alexia!- gritaron los chicos.
Nathan corre hasta mi, y cuando me sujeta entre sus brazos comienza a escanearme.
-¿Estas bien?- pregunta preocupado levantando mi mano para ver si me habia hecho daño.
-Estoy bien, no te preocupes.- intento tranquilizarlo.
-¿Como quieres que no me preocupe? Pudiste haberte lastimado, hermosa.
Me sonrojo al sentir la mirada del equipo en nosotros. Lo sabía, parecíamos una pareja. Pero, para mi desgracia y eterna mala suerte, no somos novios.
Somos mejores amigos. De esos que se conocen desde la infancia y al que consideras tu hermano. Pero, con un corazon tan torpe como el mío, era misión imposible, por lo cual mi corazón se derrite por cada fibra de su ser.
-Estoy bien- tomo su mano quitándola de mi mejilla. Le sonrio esperando que se calme. Se preocupa demasiado.
-El entrenamiento termina aqui. Deben prepararse para la fiesta de la selección inglesa.
Cierto, la bendita fiesta.
⚽ · ⚽ · ⚽ · ⚽
Por alguna razón odio las fiestas, y este caso no es diferente. Vestido de gala pomposo, tacones que te rompen los pies, chicos que no te quitan los ojos de encima. Y a pesar de mi insistencia de hacerme pasar por enferma y quedarme en el albergue, aqui estoy. Hablando con el capitán de la selccion inglesa, nuestro proximo rival.
-¿Eres buena?- pregunta mirandome con una sonrisa, aunque por algun motivo, no me gusta esa sonrisa.
-Si no fuera buena, no estaría en la selección japonesa.- explico dudosa, que pregunta mas...¿estupida? Siento la mirada de Nathan clavada en mí, no le gusta que hable mucho con chicos, a saber porqué.
-Creo que te entediste mal- suelta una risa un tanto soberbia, siento mi cuerpo tensarse, tengo un mal presentimiento.- Te pregunté, si eras buena en la cama. Es imposible que seas buena jugando al fútbol, eres chica- dice lo último como si fuera algo obvio.
Ignoro lo primero porque mi atencion fue hacia las dos últimas palabras. No era la primera vez que hablaban de mi cuerpo, ya que se podria decir que tengo buena figura por todo el deporte que hago, asi que suelo ignorar esos comentarios. Pero lo ultimo que mi corazon y dignidad pueden permitir, es que digan que no puedo o no se jugar al fútbol simplemente porque soy una chica.
