Jugadoras, gerentes, espectadores....
Aquí podremos ser todo lo que queramos.
Aquí, podremos reír y llorar, enamorarnos y odiar.
Viviremos una vida junto a nuestros jugadores favoritos, y como diría Mark...
¡Juguemos al fútbol!
"¿Cómo las cosas podían cambiar tanto?" se preguntó observando el oscuro cielo sobre él. En su mente no dejaban de reproducirse las imágenes de aquellas tardes. La presencia de aquellos jóvenes en la isla había alterado todo lo que había en el de una manera inexplicable. Fue inevitable no ayudarles.
Aquellas sonrisas en sus rostros creyendo que ellos podrían con todo le recordaron de una manera inexplicable a él, cuando todo estaba bien, cuando él dominaba la situación, cuando el creyó que podría salvarla...
Y como el tiempo sigue su curso, los recuerdos también. Le recordaron también a como él fracasó, a como le descubrieron y desterraron a su hermana como castigo.
"–Confío en ti, hermanito. – sonrió abrazándose al cuello del joven, quien la aferró con fuerza sintiendo como le costaba respirar sin que las lágrimas que amenazaban con brotar de sus ojos cayeran por sus mejillas."
Ella creyó en el más de lo que él lo hizo en sí mismo nunca. Y aún así le falló.
Él no tenía el poder suficiente para asegurar su victoria, y tenia tanto miedo de perderla, que hizo lo que jamás creería ser capaz de hacer, trato de amañar el partido, de comprar el resultado para garantizar la supervivencia de su pequeña hermana, sin saber que de esa manera la estaba condenando a ese destino del que trataba de salvarla.
Fue su culpa que ella acabó siendo desterrada al mar.
Quizás si él hubiera jugado el partido como él sabía hubiera tenido la oportunidad de ganar.
Quizás si no se hubiera acobardado ella estaría a su lado.
Quizás si no hubiera estado en peligro la vida de su propia hermana hubiera ganado ese partido.
Quizás si el rival no lo hubiera delatado revelando sus intenciones nada de aquello hubiera pasado.
Quizás si el hubieras tenido más poder...
Quizás...
No. Nada hubiera cambiado. Porque el fútbol estaba maldito.
El fútbol debía ser controlado o, mejor, destruido.
Ellos no iban a conseguirlo. Fracasarían igual que él.
Él se encargaría de ello. No podía permitir que el fútbol hiriera a más personas, como lo hizo con él.
Aquella joven...
Aquella joven de cabellos oscuros y piel como la luna también había sufrido por culpa del fútbol. Arion se lo había contado, el cómo la adicción de su padre a las apuestas de futbol sobre los resultados de los partidos se había llevado su vida y la de su mujer a manos de acreedores, dejando a su hija en el hospital con un disparo en la frente del que nadie sabe como sobrevivió. Y a pesar de ello, ella seguía pudiendo chutar un balón sin odio en ella. Ella seguía sonriendo con toda su alma, sin fingir ni dudar.
Ella era luz.
Y él era oscuridad.
Ella era como su Maya.
Las ganas de protegerla de todo aquello que pudiera romperla eran indomables.
No quería que ella le pasara lo mismo.
"–Te protegeré de todo. – le prometió a la pequeña mientras acariciaba sus cabellos lavanda. Dejó un beso en su frente y se limpió las lágrimas que caían por sus mejillas bajo la luz de las velas."
Y falló.
Porque de lo único que debía protegerla era de él, y no lo hizo.
Sin embargo, no repetiría el mismo error. Se mantendría alejado de la joven de cabellos oscuros y se aseguraría de mantener el fútbol bajo control, o en su defecto, destruirlo.
No iba a permitir que el fútbol destruyera otra vida inocente. Una vida inocente como Maya lo fue.
–Lo siento tanto, Maya. – susurró a las estrellas con las lágrimas llenando sus orbes, deseando que su hermana le perdonara. – ¡Lo siento tanto! ¡Destruiré el fútbol aunque eso me cueste todo! ¡Me vengaré, Maya, lo juro! ¡Les haré pagar por todo!
Todo había sido su culpa, y por ello estaba destinado a estar encadenado a aquella isla toda la eternidad.
En el fondo de su corazón sentía que se merecía aquel castigo, que su pequeña Maya jamás le perdonaría por fallarle de aquel modo. Y mientras la oscuridad brotaba de sus lágrimas, una joven de cabello oscuro lo observaba a lo lejos en la oscuridad de la noche.
–No puedo hacerlo. – susurró al aire.
–Sí puedes. Debes hacerlo, solo...
–Lo siento, Maya. – se quebró su voz, mientras dirigía una mirada a la joven de cabellos lavanda de piel translucida que estaba a su lado. Brillaba en su sitio iluminando el lugar, sin embargo, nadie más la veía. Nadie que no fuera la joven de cabellos oscuros podía verla. – No puedo repararlo. Es demasiada oscuridad para mi. – murmuró con los ojos llenos de lágrimas.
En aquel momento su don parecía más una maldición. Poder ver las almas le permitía ver a Tezcat como lo que era realmente y también ver a Maya, quien seguía encadenada a la isla por su culpabilidad de ser la causa del dolor de su hermano. La diferencia era que Maya era un espíritu no corpóreo, por lo que nadie más era consciente de su presencia, ni tan siquiera su hermano, quien si era un espíritu corpóreo por haber adoptado el papel de guardián protector de la isla.
Llevaban décadas juntos lamentándose por ser el dolor del otro, sentados uno al lado del otro, pero sino poder despedirse una última vez y perdonarse a sí mismos. ¿Cómo llorar en el hombro de alguien a quien no puedes tocar? ¿Cómo hablarle a alguien que no puede escucharte? ¿Cómo consolar a quien es incapaz de notar tu presencia?
Y la joven vio en Tezcat más de lo que debería haber visto.
Vio a su alma gemela.
Pero...
También vio aquella alma rota que se encontraba sentada en la cima de la montaña, y a pesar de que ardía en ganas de acercarse y consolarle, ganas de disipar la oscuridad que le envolvía, no lo hizo.
Porque cuando luz y oscuridad se encuentran, nunca sobreviven los dos. La oscuridad se ilumina o la luz se oscurece. Uno de los dos se consume.
Porque ella era tan frágil que temía romperse tratando de arreglarlo.
Porque ella le temía a la oscuridad.
Y la oscuridad era lo único que envolvía a Tezcat.
. . .
¡Holaa! Un nuevo one shot al fin sale. Me ha quedado muy corto, pero es que no sabia como plasmar la idea que me habían dado sin pasarme de la raya con mi imaginación. Sé que no quería presencia de personaje femenino, ni tampoco me mencionó la presencia de Maya, pero sentía que le faltaba algo y que fallaba mi esencia así que hice esto, y espero que no te haya disgustado. Traté de mantener la temática que me pediste, aunque no se si lo logré. Si en todo caso no te termina de gustar, podría hacer otro intento u otro pedido.
Como ya os habréis dado cuenta, volveré a publicar más seguido. Los que me abrieron por instagram y me volvieron a hablar de su pedido ya casi los termino. Los que no me abrieron por ningún lado, cosa que puede ser porque no hayan leído mi aviso anterior o no se acuerden siquiera de que me pidieron un one shot, veré que haré con eso, pero como no tengo nada ahora con lo que empezar y mientras solucione eso, voy a ir subiendo los que si me hablaron y les hice el pedido. Tampoco son muchos, pero bueno, tenemos para leer un ratito.