09/02/2028. 9:40am
A todos nos habían llamado para desayunar; ya habían pasado unos diez minutos de éso. Nos formamos en la fila para servirnos y justo ahora estábamos sentados en nuestra banca.
Me encontraba nervioso por el plan, no dejaba de darle vueltas a mi pequeño reloj digital color gris, le hacia falta la correa y unas partes de plástico. Así lo había encontrado, funcionando aún bajo una capa de lodo junto a la calle, daba la fecha y la hora con exactitud, cabía en mi bolsillo con facilidad y no hacía bultos incómodos en el pantalón.
Gus y yo no nos habíamos dicho ni una palabra en el comedor, ni un rato más tarde cuando ya estábamos sentados en uno de los sillones en la sala. No teníamos nada que hacer más que esperar a que llegara la hermana Alicia de las compras matutinas para la despensa, no sabíamos la hora exacta en la que aparecería por la entrada principal; así que, saldríamos exactamente a las diez para esperar en el patio abandonado.
La hora llegó y mientras la hermana Carolina entraba para ver las noticias nosotros salíamos hacia lo que sería el comienzo del plan.
Salimos por la puerta de enfrente, le había dicho a Mari (la recepcionista) que Don Víctor me había pedido ir hoy para que le ayudará con algunas cosas y que tenía permiso de ir con Gustavo, la mentira había funcionado y nos había dejado salir. Bajamos las escaleras dando vuelta hacia la derecha y llegamos al estrecho pasaje entre el orfanato y el edificio junto a él.
Tuvimos que pasar de lado, era la única manera en la que podíamos cruzar.
Cuando pasamos vimos todo lo que habían almacenado ahí para oxidarse, camas, sillas e incluso la puerta que usaban antiguamente para salir, ya parecía muy vieja. El pasto había crecido y las lagartijas se habían adueñado del lugar.
Teníamos muy en claro lo que había que hacer, empezamos con poner un viejo escritorio a suficiente distancia de la ventana abierta en la que debíamos ver, luego colocamos unas sillas encima y por debajo del escritorio para que pudieran cubrirnos por completo. Al acabar nos pusimos en nuestros lugares con suficiente espacio para observar y no ser vistos.
Cuando iba a levantar mi reloj para ver la hora la puerta de la habitación se abrió de repente, me giré hacia Gus y le hice una seña para que guardara silencio.
La hermana Alicia entró a su cuarto, parecía estar quejándose de algo pero en pequeños murmullos, dejó las llaves en un cajón de su ropero, tomó otras cosas que no alcancé a ver y salió.
Habíamos cumplido la primera parte y sin testigos, todas las ventanas que daban hacia ese lado estaban cerradas (suponía que nadie quería ver la vista deprimente de en que se convirtió ése lugar).
Lo que seguía después era tan simple como salir de ahí, me sentía tan aliviado en ese momento que no noté ese maldito resorte atorándose en mí pantalón. Al instante me hizo tropezar y caer sobre el montón de sillas con tal ruido que cualquiera que lo hubiera escuchado iría para ver qué sucedía. Estaba a nada de que varias miradas se posaran sobre mí y que el plan se fuera a la mierda, esa fué mí reaccion pesimista. Pero... la de Gustavo fue sacar el resorte que me tenía atrapado, y de tirar de mí para cubrirnos bajo una de las mesas oxidadas del comedor.
- Gracias -susurré cuando estuvimos ocultos, él solo se limitó a regresarme el mismo gesto que le había hecho hace un minuto para que guardara silencio. Seguí atento por si lograba escuchar algo, primero no se oía nada y luego se escucharon cortinas corriendose, ventanas abriéndose y personas preguntando «qué fue éso?».
Paso un rato y ya no se escuchó nada más. Gus habló primero:
- Tenemos que movernos antes de que alguien baje para ver personalmente a ver tú desastre.
- Auch, tienes razón. Corre, rápido!
Así pasamos el estrecho pasillo y lo cruzamos lo más aprisa posible, después subimos las escaleras de dos en dos. En la entrada nos hicimos a un lado para dejar pasar a las hermanas que salían ha ver el origen de aquel ruido.
- Éso estuvo cerca -murmuré mientras seguíamos con nuestro camino.10/02/2028. 2:19pm
-Ya tienes listas tus cosas? -le pregunté a Gus cuando llegué al marco de su puerta y ví que no había nadie. Él se encontraba buscando algo bajo su cama, guardé mi reloj y esperé a que saliera de ahí. Cuando lo hizo ví que la cosa que buscaba se la había guardado discretamente en la bolsa de su pantalón, no supe que era hasta mucho después.
- Ya está -dijo él sacudiéndose el polvo y la pelusa de su ropa- Y tú? Ya conseguiste las llaves? -en mi mano aparecieron las llaves que había hurtado hace un momento y las hice tintinear en respuesta a su pregunta.
También me había dedicado a guardar mis cosas (las pocas pertenencias que teníamos) en bolsas de mandado, las más grandes que pudimos conseguir ya que no teníamos algo que fuera más útil como una mochila o una maleta.
- Está noche nos vamos -me fuí hacia mi cuarto, pronto comenzaría la siguiente clase y después iríamos a comer.
ESTÁS LEYENDO
Sin excepciones
AçãoLuego de que dos hermanos resultaran afectados como daño colateral en un atentado ocurrido en la frontera, se ven ayudados por un grupo de búsqueda y rescate que los lleva a una zona segura. Un lugar en donde se dan cuenta que su viaje apenas está c...