Cuarenta.

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Han pasado varios meses desde el incidente en la tienda. Catherine ha estado recuperándose y cuidando de su salud y la de su bebé con tanto amor por qué él llegará al mundo. Logan ha estado a su lado, apoyándola en cada paso del camino y del embarazo. La relación entre ellos se ha hecho aún más fuerte, incluso, Logan pospuso la idea de proponerle matrimonio, quería esperar a que el bebé estuviera en casa con ellos.

En el día a día, Catherine ha encontrado apoyo en sus amigos más cercanos, como Kika y Lily, quienes han estado a su lado brindándole ánimo y compañía. La relación con sus padres, ni hablar, tenían exactamente algunos meses desde que no sabía de ellos más que por las redes sociales, serían los padrinos de la nueva boda de Checo con Sam.

Con el embarazo en su etapa final, Logan había decidido dar un paso importante y comprar una hermosa casa para construir su vida juntos como familia. La casa rodeada de felicidad y naturaleza se convierte en el refugio perfecto para su nuevo capítulo.

En la nueva residencia, las habitaciones están decoradas con ternura y colores. La cuna del bebé, cuidadosamente seleccionada, aguarda en la habitación contigua a la de los futuros padres. Catherine y Logan han dedicado tiempo a cada detalle, creando un ambiente acogedor y lleno de amor.

La casa también cuenta con un espacioso jardín, donde Catherine imagina a su hijo jugando y explorando a medida que crece. Logan siempre atento ha diseñado un rincón especial para los momentos de tranquilidad donde puedan disfrutar del atardecer y planificar el futuro.

La cena estaba transcurriendo entre risas pero también entre una conversación divertida entre ellos, estaban tan felices de por fin poder estar juntos sin que nada los separará, confiaban en que toda la vida permanecerían de esa forma hasta el final, y aún que ellos estuvieran enamorados, el destino tenía otros planes.

Siguieron charlando del futuro, de su bebé pero de repente, Catherine hizo notable un quejido y un hormigueo en su vientre. Al principio, pensaba que eran simples molestias, pero a medida que las contracciones se intensificaban, comenzó a tomar en cuenta su otra opción.

Logan se dio cuenta de lo que pasaba, estaba siempre atento a ella, notó el cambio en la expresión de Catherine y le preguntó preocupado.

— ¿Estás bien, amor?

Catherine sonrió nerviosa, su mano comenzó a temblar y ella sabía lo que significaba.

— Logan, creo que nuestro bebé está por nacer.

Logan soltó los cubiertos con los que se encontraba comiendo, miró con seriedad a Catherine y poco después él respondió.

— ¿En serio? ¡Nuestro bebé va a nacer ahora! —exclamó, sin poder ocultar la alegría que se mezclaba con sus nervios.

Catherine asintió tomándolo de la mano para ponerse de pie y levantarse de la mesa, aún que todo en su cuerpo le dolía.

— Parece que nuestro pequeño quiere hacer su gran entrada. ¿Estás listo para esto?

Logan con una amplia sonrisa respondió.

— Claro que sí. ¡Vamos al hospital! ¡Vamos a conocer a nuestro bebé!

Ambos se levantaron de la mesa, Catherine lo espero en la salida mientras él se apresuraba a traer consigo mismo las maletas que habían preparado ya hace un tiempo, desde que se habían mudado. Después fueron juntos al auto, Logan estaba desesperado y feliz por el hecho de que por la personita que habían esperado por tanto tiempo, llegaría a sus vidas al fin.

(...)

Y en el hospital, ahí estaba Catherine, con una mezcla de nervios y felicidad, se preparaba para el nacimiento de su bebé. Logan permanecía a su lado, sosteniendo su mano con ternura y ofreciéndole palabras de aliento, tratando de ser un apoyo para ella.

El doctor le explicaba pacientemente lo que haría, pues su bebé estaba a punto de llegar al mundo. Hace un par de rato Logan había llamado a su familia, por pedido de Catherine había llamado a Kika y Lily, después de todo eran como hermanas las tres, nadie la apoyaría tanto como ellas.

— ¡Vamos, Catherine, estás haciendo un trabajo maravilloso! —alentaba el médico, con una sonrisa mientras se preparaba para recibir al pequeño.

Catherine asentía tratando de calmarse, los dolores eran demasiado fuertes pero no tanto como sentir la mezcla de emoción y nerviosismo por ser madre. Logan le acariciaba el rostro.

— Solo unas respiraciones más, y conoceremos a nuestro pequeño —le dijo Logan, con voz suave y llena de emoción, mientras besaba su frente.

El médico guiaba el proceso con profesionalismo a sus enfermeros, para que estuvieran atentos a la hora en que llegará el pequeñito, asegurándose de que todo avanzara de manera segura. 

— ¡Aquí viene! —anunció el médico, y el momento se inundó de una mezcla de emoción y alivio.

Con cada esfuerzo, cada apretón de mano y cada dolor, por fin Catherine había podido escuchar el llanto de un bebé que llenó la sala, anunciando su llegada al mundo. Logan y Catherine compartieron una mirada llena de asombro y alegría mientras el médico sostenía al recién nacido. Era su hijo.

— ¡Felicidades, tienen un hermoso bebé! —anunció el médico, colocando al bebé en los brazos de Catherine.

Las lágrimas de felicidad se acumulaban en los ojos de la pareja mientras contemplaban a su pequeño milagro, su bebé. Logan tomó delicadamente al bebé en sus brazos, compartiendo una conexión instantánea, después fue que cortó el cordón umbilical. 

— Hola, pequeño. Bienvenido a nuestras vidas —murmuró Logan, con la voz entrecortada por la emoción.

Catherine acarició con suavidad la cabeza del bebé, sintiendo una oleada de amor que no se podía comparar con nada en el mundo. El médico continuó con los cuidados postnatales, pero el foco principal estaba en la nueva familia que se estaba formando en ese momento único y especial.

— ¿Y cómo llamarán a este hermoso bebé? — Preguntó la enfermera antes de colocar la pulsera del hospital al bebé.

Logan y Catherine intercambiaron miradas después de algunos segundos ambos asintieron.

— Se llamará Tyler.

La enfermera asintió complacida y tomó nota del nombre en la historia clínica del recién nacido.

— Tyler es un nombre encantador. ¡Bienvenido al mundo, Tyler! —declaró el médico con alegría, quién los había estado escuchando todo este tiempo, compartiendo la emoción de ese momento único con la joven familia.

Logan y Catherine se miraron entre sí, sabían que lo tenían todo en la vida. Aquella mirada de amor era un sentimiento puro, más que unas simples palabras, todo había iniciado como "un amor prohibido" y ahora era una familia.

Pero el destino tendría diferentes planes para ellos. 

Miss London & The American Boy. | Logan Sargeant.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora