Las lágrimas rodaban por las mejillas de Leigh mientras procesaba la revelación de Catherine. No podía terminar de creer que su hija tendría un bebé de alguien que su padre odiaba, ella no podía odiar al joven, no lo conocía. Pero odiaba que tanto ella como él no se cuidarán llevándolos a este punto.
—Oh, Cath... —murmuró Leigh, incapaz de contener el dolor en su voz. —¿Cómo puedo ayudarte? Quiero ayudarlos a ambos.
Catherine apenas y la escuchaba, estaba perdida y no tenía ni siquiera ánimos de hablar. El hecho de confesarle la verdad a su madre empezaba a retumbar en su cabeza.
—No sé, mamá. Odio al bebé. No sé qué hacer. A veces, he pensado en deshacerme de él. Ni yo, ni él merecemos esto.
Leigh, conmovida por la desesperación de su hija, la tomó en sus brazos. Le llenaba de dolor que su pequeña hablará así.
—Cath, escúchame. Entiendo que estás asustada y confundida, pero no puedes dejarte llevar por esos pensamientos. No puedes odiar a tu propio bebé, de tu hijo.
Catherine, entre sollozos y susurros ahogados, continuó desahogándose.
—Es que papá... papá va a odiarme. Y Logan ni siquiera sabe. No quiero arruinar sus vidas.
Leigh le acarició el cabello con dulzura, después de todo, ella quería apoyar a los tres.
—No estás sola, Cath. Vamos a enfrentar esto como familia. Y respecto a Logan, necesitas hablar con él. Esto también es parte de su historia.
—¿Y si me odia? —preguntó Catherine, temerosa.
—No podemos predecir cómo reaccionará, pero la verdad es necesaria para este momento. Además, no puedes cargar con esto sola. Él tiene derecho a saber.
Catherine asintió con vacilación, sintiendo el peso de las decisiones que debía tomar.
—¿Cómo le diré, mamá?
Leigh se separó de Catherine y la miró a los ojos con amor en su mirada, tratando de brindarle cariño ahora que más lo necesitaba.
—Con honestidad y sinceridad. Cuéntale lo que sientes, lo que temes. Es un proceso difícil, pero juntas lo superaremos.
Después de un momento de silencio, Catherine asintió lentamente.
—Necesito enfrentar esto, ¿verdad?
—Sí, cariño. Y yo estaré aquí para apoyarte en cada paso del camino. —Leigh sostuvo la mano de su hija con fuerza, prometiendo estar presente en cada desafío que se presentara.
(...)
Catherine yacía en su cama. Gotas de lluvia apenas y caían en el vidrio de su ventana, se escuchaban fuertes, el suave resplandor de la lámpara de noche apenas iluminaba la estancia. Sus dedos acariciaban su vientre apenas abultado, aún ni siquiera se notaba, una conexión íntima con la vida que se gestaba dentro de ella.
—Hola, ¿o debería decir "pequeño desconocido"? —murmuró Catherine con un toque de ironía en su voz. —Supongo que debería empezar a acostumbrarme a hablarte, ¿verdad? Aunque... no sé ni por dónde empezar.
Se quedó en silencio algunos minutos, tal vez tratando de deshacer ese nudo en su garganta.
—Tu abuela dice que eres una bendición en la vida, y supongo que eso es algo bueno. Aunque honestamente, no sé si estoy lista para todo esto. Y ni siquiera he tenido el coraje de decirle a tu papá. ¿Qué voy a hacer?
Catherine suspiró profundamente, sintiendo la carga emocional de la situación.
—No quiero que pienses que no te quiero, porque eso no es cierto. Es solo que todo es tan abrumador. No sé cómo enfrentar todo esto, y mucho menos sé cómo ser una buena madre.
El bebé aún no podía moverse, no estaba del todo desarrollado, por ende, no pudo tener una respuesta de su parte.
—¿Puedo confesarte algo? A veces, cuando cierro los ojos, veo cómo sería mi vida sin todo esto. Pero luego... luego siento tu presencia, y todo cambia. Aunque ahora mismo no sé si estoy lista para este cambio.
Catherine continuó acariciando su vientre con cierta incertidumbre y dolor.
—Quizás, solo quizás, todo esto pueda tener un final feliz. Pero necesitaré tu ayuda, pequeño. Necesitaré que seas mi razón para seguir adelante, para enfrentar lo que sea que venga.
En la quietud de la noche, Catherine se hundió en sus pensamientos, preguntándose qué depararía el futuro para ella y su pequeño. Mientras acariciaba su vientre, intentó encontrar algún tipo de consuelo en esta conexión única que compartían, aunque aún no pudiera abrazar completamente la idea de la maternidad.
(...)
El sol ya golpeaba en su habitación, se movió en la cama y busco su teléfono, eran las doce del día, había dormido más de lo que comúnmente lo hacía. Se levantó en seguida y se vistió, llamo con rapidez a Madelaine para verse en alguna cafetería, sabía que estaba en la ciudad por Max y tenía que aprovecharlo.
Antes de irse, se miro al espejo, se veía destruida y no parecía la misma Catherine, a la que todos solían llenar de etiquetas y hacerla ver como una completa estúpida.
No se despidió de su madre, ni siquiera la vio, sólo salió en dirección a la cafetería para encontrarse con Madelaine, estaba tan nerviosa. Ella era su amiga, pero no sabía como decirle todo lo que tenía en mente. Cuando llego a la cafetería, ella ya la esperaba ahí, así que se acercó de inmediato a Madelaine.
—Mad, estoy en un lío enorme.
Madelaine frunció el ceño, preocupada por su amiga.
— ¿Qué pasa? ¿estás bien? No te ves como Cath..
Catherine se quedó en silencio.
— Mi mamá ya sabe que estoy embarazada de Logan.
— ¡¿Qué?! — Dijo casi gritando Madelaine.
— Guarda silencio, sólo ustedes dos lo saben.. — Hizo una pausa.— Y quiero que también Logan lo sepa..
Madelaine estuvo callada algunos minutos, no sabía que decirle o como actuar por ahora.
— ¿Cómo piensas decírselo?
Catherine jugueteó con su taza de jugo, buscando las palabras correctas.
— Quiero que lo sepa, pero tengo miedo de su reacción. ¿Qué pasa si se asusta y se va?
Madelaine puso una mano sobre la de Catherine, buscando tranquilizarla.
—Primero que todo, necesitas recordar que no puedes controlar sus reacciones. Pero también mereces ser honesta contigo misma y con él. ¿Cómo te sentirías si no le dices?
Catherine suspiró.
—Me sentiría mal. Sé que no puedo ocultárselo, pero simplemente no sé cómo abordar el tema.
—Bueno, podrías comenzar por invitarlo a tomar algo en un lugar tranquilo. Un lugar donde ambos se sientan cómodos y relajados. —Madelaine pensó por un momento antes de agregar—. Y después, podrías decirle que necesitas hablar de algo importante. Algo como: "Hay algo que necesito compartir contigo, algo que afectará a ambos".
Catherine asintió, tomando nota mental de las sugerencias de Madelaine. Aún que no estaba convencida.
—Es una buena idea. Pero, ¿y si se molesta? ¿Y si no quiere tener nada que ver conmigo?
Madelaine le sonrió con empatía.
—Cath, no puedes controlar sus emociones, pero tienes derecho a ser honesta. Si realmente le importas, espero que encuentren una manera de enfrentar esto juntos.
Catherine lo pensó algunos segundos, no estaba del todo seguro, estaba tan abrumada con tanto que pensar, simplemente; no podía decírselo.
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Miss London & The American Boy. | Logan Sargeant.
Fanficla vida de Catherine Horner, apodada "Miss London" por su famoso padre, el ingeniero Christian Horner, da un giro inesperado. Catherine es una niña caprichosa y mimada, acostumbrada a la comodidad y los lujos, pero nada la había preparado para un em...