Doce.

1.3K 125 8
                                    

—No voy a dejar que tomes decisiones impulsivas sin enfrentar las consecuencias. —La mandíbula de Christian se tensó, su tono autoritario resonando en la habitación.

Catherine, cruzando los brazos, lo enfrentó. 

—No puedes obligarme a hacer algo que no quiero, papá.

Leigh intervino de nuevo, tratando de calmar la situación. 

—Chicos, por favor, no empeoren las cosas. Necesitamos encontrar una solución, pero forzar a Catherine no va a ayudar.

Christian, sin embargo, ignoró las palabras de Leigh y continuó. 

—No voy a permitir que pongas en peligro tu futuro y el de esta familia con decisiones impulsivas. —Se volvió hacia Leigh—. Necesitamos certeza. Una prueba de sangre nos dirá la verdad.

Catherine frunció el ceño, su resistencia aún palpable. 

—No entiendo por qué esto es asunto tuyo. Puedo manejarlo.

—Porque eres mi hija, Catherine. Mi responsabilidad es protegerte. —Christian estaba decidido.

Leigh trató de mediar. 

—Christian, forzarla no resolverá nada. Necesitamos abordar esto con calma y comprensión.

Christian se dirigió hacia la puerta. 

—Voy a llamar al médico. Esta situación necesita claridad.

Catherine, molesta, miró a su madre en busca de apoyo. Leigh le ofreció una mirada comprensiva, pero la sombra de preocupación no desapareció de sus ojos.

La decisión de Christian de obligar a Catherine a someterse a una prueba de sangre dejó una tensión aún más profunda en la sala, una grieta más en la ya fracturada relación entre padre e hija. ¿Por qué no podía ser un padre bueno? Era mayor de edad, ¿por qué importaba tanto? o peor aún, ¿por qué es que importaba tanto el hecho de tener un hijo de un piloto?

(...)

—Logan, amigo, parece que alguien está teniendo una siesta de mediodía. —Alex señaló burlonamente hacia Logan qué estaba dormido en una de las sillas de las cafeterías cerca del paddock.

Logan, parpadeando para salir de su ensimismamiento, frunció el ceño. 

—¿Qué? No estoy dormido.

—Oh, claro, y yo soy el próximo campeón del mundo. —Alex se rió entre dientes—. Pero déjame decirte, amigo, deberías tener más cuidado. ¿Has oído hablar de la teoría de la "sincronización de síntomas"?

Logan arqueó una ceja, intrigado. Aún que en el fondo sabía que Alex sólo le jugaba una mala broma.

—¿Sincronización de síntomas? ¿De qué estás hablando?

—Sí, sí, es una cosa real. Dicen que cuando estás cerca de alguien que está embarazada, puedes comenzar a experimentar sus síntomas. —Alex le guiñó un ojo, disfrutando de su propia ocurrencia.

Logan rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. 

—Eso suena como una tontería.

—Oh, pero es verdad. ¡Cuidado, amigo, podrías empezar a tener antojos extraños por alguien ahí! —Alex bromeó antes de alejarse riendo.

Logan, agitando la cabeza con diversión, volvió a sumergirse en su trabajo. Aún que la broma de Alex seguía resonando en su cabeza.

(...)

En la sala de espera del hospital, Catherine estaba sentada nerviosa, esperando los resultados de la prueba de sangre que su padre, Christian, insistió en que se realizara. La tensión en la sala de espera era palpable, y Catherine podía escuchar a sus padres discutiendo en voz baja en un rincón.

Christian, con gesto adusto, estaba visiblemente preocupado, y Leigh, su madre, intentaba calmar los ánimos.

—Christian, necesitas calmarte. Forzarla a hacer la prueba no solucionará nada. —Leigh susurró, tratando de no llamar la atención.

—¿Cómo puedo estar calmado, Leigh? No sabemos nada. —Christian pasó una mano por su cabello, evidentemente agobiado.

Catherine, sintiéndose como el epicentro de la tormenta familiar, cerró los ojos e intentó bloquear las palabras que flotaban en el aire. La espera parecía interminable.

—Leigh, ¿y si está embarazada? ¿Cómo manejaremos esto? —Christian preguntó en un susurro preocupado.

Leigh le apretó la mano, tratando de ser un bálsamo para su esposo. 

—Lo manejaremos como una familia, Christian. Sea lo que sea, la amamos y la apoyaremos.

—Pero, ¿qué pasa si arruina su vida? —Christian parecía atormentado por el miedo.

Catherine, oyendo las palabras de su padre, sintió un nudo en el estómago. La espera se volvía más insoportable con cada minuto que pasaba.

Finalmente, el médico a cargo se acercó a la familia Horner con una carpeta en la mano.

—Señor y señora Horner, he revisado los resultados de la prueba de sangre. Si me acompañan a mi consultorio, podemos discutir los resultados en privado.

Christian asintió, ansioso por obtener respuestas. Leigh le dio una mirada tranquilizadora a Catherine antes de seguir al médico hacia su consultorio.

En la privacidad de la consulta, el médico miró solemnemente a la familia Horner antes de comenzar a explicar los resultados de la prueba de sangre. La sala se llenó de un silencio denso mientras esperaban la noticia que cambiaría sus vidas.

El médico suspiró antes de comenzar. 

—Los resultados de la prueba de sangre confirman que Catherine está embarazada.

La noticia resonó en la habitación como un eco doloroso. Christian, el rostro pálido, miró a su hija con una mezcla de incredulidad y desilusión. Leigh, aunque sorprendida, intentaba mantener la calma.

Catherine, por otro lado, sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. El peso de la realidad la golpeó con fuerza, y las lágrimas brotaron en sus ojos. Había esperado lo contrario, había imaginado que todo esto era solo un mal sueño del que despertaría.

Miss London & The American Boy. | Logan Sargeant.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora