Miss London & The American Boy. | Logan Sargeant.

Quince.

Catherine se retiró del box de Logan con lágrimas en los ojos, sintiéndose extraña, era raro, antes ella era quién los dejaba ir y los trataba indiferente, pero ahora era muy diferente a todo eso, tal vez exageraba las cosas, pues ella y Logan no eran nada más que simples desconocidos, eso, extraños. 

Mientras salía del lugar, se encontró a alguien familiar apenas dirigiéndose a dónde ella se encontraba, era Alex. 

—¡Oye, Cath! ¿Estás bien? Parece que algo te preocupa. ¿Por qué lloras? —Alex expresó su preocupación, mirando a Catherine con amabilidad.

Catherine, intentando mantener la compostura, forzó una sonrisa. 

—No pasa nada, Alex. Solo estoy un poco cansada, supongo.

Alex frunció el ceño, no convencido del todo, pero decidió no presionar. No quería hacerla sentir mal.

—Bueno, si alguna vez necesitas hablar, estoy aquí. ¿Segura que estás bien?

—Sí, gracias, Alex. Realmente aprecio tu preocupación, pero estoy bien. —Catherine respondió, negando con la cabeza para enfatizar su afirmación.

Mientras tanto, Alex notó que algo no cuadraba, pues Catherine se encontraba saliendo del mismo lugar dónde se encontraba Logan, quería decir que algo más había pasado. Así que no tardó mucho tiempo en acercarse a pasos rápidos para entrar y encontrarse con Logan sentado en una de las sillas cabizbajo moviendo un bolígrafo por un papel.

—¿Logan, todo bien?

Logan apenas pudo y escucharlo, miró a Alex con una expresión seria. 

—Sí, todo bajo control. ¿Por qué?

Alex observó a Logan con una mirada inquisitiva, sabiendo que algo más estaba sucediendo. Se acercó a él con una preocupación genuina. Lo conocía tan bien en el poco tiempo que llevaba compartiendo con él. 

—Logan, no me mientas. Algo está pasando entre tú y Cath, ¿verdad? —Alex preguntó directamente, sus ojos buscando la verdad en la expresión de su amigo.

Logan soltó un suspiro pesado, sintiendo la presión de las emociones que luchaban en su interior, sabía que Alex no pararía hasta 

—No sé, Alex. Vi a Catherine con Lando, y no pude evitar sentirme... celoso.

Alex arqueó una ceja, no sorprendido pero sí intrigado por la confesión de Logan. 

—¿Celoso? ¿Por qué?

Logan desvió la mirada hacia el suelo antes de responder. 

—No lo sé. Supongo que hay algo entre nosotros, algo que no puedo entender del todo.

Alex sonrió con complicidad, después de todo lo que pensó desde que los vio pelear; se empezaba a hacer realidad.

—¿Te has dado cuenta de que Catherine también podría tener sentimientos por ti?

Logan frunció el ceño, procesando la idea, sintió un poco de ilusión cuando lo escuchó.

—¿En serio crees eso?

—Sí, y creo que tú también lo sabes. ¿Por qué no le preguntas cómo se siente? —Alex sugirió, consciente de la tensión no resuelta entre Logan y Catherine.

Logan negó con la cabeza con pesar. 

—No puedo, Alex. El padre de Cath me odia, y si ella siente algo por mí, solo complicaría las cosas.

Alex se cruzó de brazos, evaluando la situación. 

—No puedes vivir en la incertidumbre, Logan. Tal vez deberías hablar con Catherine y averiguar cómo se siente realmente. No dejes que las opiniones de los demás te impidan ser honesto contigo mismo. Ella ya es mayor de edad, su padre no puede mandar en su corazón.

Aunque la situación era complicada, también era evidente que la conexión entre él y Catherine iba más allá de las complicaciones externas. La idea de enfrentar sus sentimientos y hablar con Catherine empezaba a tomar forma en su mente, pero aún no podía hacerlo.

(...)

La cena en la casa de los Horner transcurrió en un ambiente tenso. Catherine, sentada a la mesa con una mirada ausente, apenas tocaba la comida delante de ella, todo le daba asco, no parecía sentirse tan bien. Sus padres, Christian y Leigh, intercambiaron miradas preocupadas, conscientes de que algo no estaba bien.

—Cath, cariño, ¿estás bien? —preguntó Leigh con preocupación, posando su mano sobre la de Catherine.

Catherine forzó una sonrisa. 

—Sí, mamá, solo estoy un poco cansada. 

—¿Es por el bebé? — Preguntó su padre.

Catherine suspiró, sintiéndose agobiada por las expectativas y las suposiciones. 

—Sí, papá. Es complicado.

Christian, con una chispa de emoción en los ojos, no pudo evitar lanzar una pregunta que había estado dando vueltas en su mente. 

—¿El padre del bebé es Lando, verdad? Sería genial, un bebé Norris Horner en la familia.

Leigh frunció el ceño ante la especulación de su esposo. 

—Christian, deja de decir eso. Deberíamos apoyar a Cath en lugar de sumar más presión.

Catherine, sintiendo la necesidad de confrontar la situación, miró a su padre directamente a los ojos. 

—¿En serio, papá? ¿Estarías feliz si el padre fuera Lando?

Christian asintió con entusiasmo. 

—Claro, Lando es un buen chico. No como esos problemáticos que...

Leigh intervino sonando la mesa, interrumpiendo las palabras de su esposo.

 —Christian, ya basta. Deja de especular y déjala tranquila. Esto no se trata de tus preferencias, se trata de apoyar a nuestra hija.

Catherine, sintiendo el peso de la conversación, decidió no ahondar más en el tema. Sin embargo, las palabras de su padre resonaban en su mente, planteando preguntas más profundas sobre el futuro de su familia y el impacto del embarazo en la relación con Logan.

Aún no estaba del todo lista para decir que el padre de su bebé era un piloto, pero no él que su padre creía.