English Love Affair ©

24 | Beber hasta olvidar... o recordar

*you belong with me - Taylor Swift

24 | BEBER HASTA OLVIDAR... O RECORDAR

Grace

El corazón golpeteaba mi pecho con fuerza. Frank había conseguido sacarnos del hotel por el parking, evitando así a toda la prensa, pero no importaba cuanto huyese. No me habría extrañado nada que mi propio padre hubiese sido quien avisara a todos esos reporteros sobre dónde nos alojábamos para ponerme en un aprieto o, tal vez, salirse con la suya.

Al menos, me había asegurado al dejarme ver con los chicos que ya no seguía estando de su lado.

No hablé con ellos, por cierto, en todo el camino. Estaba demasiado nerviosa. Teníamos las pruebas. Teníamos el testimonio del hacker que contrató mi padre, David Miller, las fotografías de datos bancarios en mi teléfono y un noventa y nueve por ciento de posibilidades de que se llevaran la victoria que desde un principio fue suya.

Pero ese miedo de fracasar, de dejar que ganara de nuevo viendo qué tipo de persona era realmente, la cantidad de tiempo que habrá estado cometiendo fraudes y viendo morir verdaderos talentos solo por seguir siendo el número uno, imparable e insuperable en su sector...

—Hemos llegado —anunció Frank, compartiendo una mirada corta y llena de confianza desde el retrovisor conmigo. Intenté agradecérselo con una sonrisa, pero no lo conseguí.

Sentía que mi siesta había durado alrededor de un minuto pero, al parecer, había estado durmiendo cuarenta minutos. Justo cuando un conjunto de aporreos en la puerta me despertó de golpe.

Sí. Exacto. Llegábamos tarde a las oficinas —Corinne tenía clases de spinning a las cinco, según su secretaria—, por mi culpa. Bueno, más bien porque cierta persona decidió que era buena idea no despertarme.

Era ya como el tercer enfado tonto que teníamos en el día y creí que definitivamente estaba empezando a perder la cabeza, porque... me gustaba la forma en la que me miraba enfadado. Con llamas de fuego cargadas de ira y algo más en sus ojos. Con la mandíbula apretada. Mordisqueándose su maldito piercing y torturándome. Dedicándome más de tres palabras seguidas.

Me dije que eso no tenía importancia en esos instantes. Necesitaba que todo saliese bien allí arriba.

Salí disparada de la furgoneta y Frank se despidió de todos nosotros, dándonos suerte. El tipo ya había hecho migas con Maeve, que no había dejado de preguntarle datos embarazosos sobre la chica que horas más tarde le arrancaría la cabeza al enterarse de ello.

Me mordí la uña e inspiré antes de entrar a un edificio de oficinas completamente acristalado del centro que podía verse desde el Tower Bridge. Una vez dentro, un hombre con aspecto soez nos contempló de mala manera.

Si Pip hubiese estado allí, probablemente le habría dicho algo así como "¿Esa miradita significa que quieres una patada en los huevos? Porque te la daré con mucho gusto".

Me aclaré la garganta, disfrutando un poco de mi retorcida imaginación.

—Buenas tardes. Veníamos a hablar con Corinne Jenner, es urgente.

—¿Cita? —preguntó sin tapujos, mirando algo desafiante a Penny. Esta se escondió tras Maeve.

—No. Venimos a reclamar...

—Entonces no puede ser. ¡Siguiente! —chilló, escupiéndome.

El pobre hombre no supo que había cavado su propia tumba cuando los tres mosqueteros no tardaron en hacer una barrera frente a mí y encararse al hombre en cuestión, que intentó no achantarse.