36 | Grietas

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36 | GRIETAS

Grace

—Entonces... ¿Ya está? —pregunté incrédula.

Victor me dedicó una sonrisa encantadora, cruzándose de brazos a la altura de su pecho musculoso.

—Eso es.

—Pero... bueno, eh... quiero decir... —me crují los dedos, nerviosa —. ¿No hay nada más que hacer?

—¿Es que quieres emplear más tiempo en algo que nos ha costado un mes? —alzó las cejas, divertido.

La maqueta del disco estaba entre mis manos, lista para poder salir a la venta, disponible en todas las plataformas y en todo el mundo.

Sí, dedicamos mucho tiempo a ese disco, pero fueron tantas horas de grabación, tantas repeticiones, tantas reuniones para tomar decisiones como: "¿Qué color quedaría mejor en la portada?" "¿Te convence más esta foto o prefieres este ángulo?" Y "¿qué hay de la tipografía?" "¿Prefieres esta fuente o esta otra?"

Durante aquellos momentos, solo deseaba poder chasquear los dedos y tener por fin el disco en mis manos. Y en ese momento...

—Es que es tan... confuso —musité algo avergonzada al advertir su sonrisa —. Se ha empleado tanto trabajo en este álbum que me parece prácticamente imposible que sea... —alcé la maqueta del álbum entre mis manos, perpleja —. Esto.

Victor soltó una risa suave, mostrando sus perfectos dientes blancos y remangándose el jersey ajustado de color beige. Se metió las manos a los bolsillos mientras tomaba el disco.

Esto, Grace, es la recompensa de todo el esfuerzo, y los esfuerzos siempre son motivos de celebración.

Me mordí el labio, incapaz de contener una sonrisa a sabiendas de lo felices que estarían los chicos cuando viesen por primera vez su debut en físico. Las canciones eran impresionantes, pero eso no era nada nuevo.

Sin embargo... estaba segura de que ese pequeño trozo de plástico de color granate con letras algo góticas y llamativas sería el sueño erótico de la mayoría de ellos.

Me moría de ganas de ver a Heath con él en sus manos.

—Sí —le di la razón, ensimismada aún —. Creo que van a estar eufóricos cuando lo vean.

Al girarme hacia él, hubo algo en su mirada...

Duda. Parecía que llevaba un buen rato queriendo preguntarme algo.

Cambió el peso de su cuerpo a la otra pierna y apoyó uno de sus brazos en la mesa, dejando desnuda la parte de su antebrazo, cubierta de vello y de unas venas extremadamente marcadas.

—Corinne estaba irreconocible esta mañana por teléfono —me contó, lo que no pudo alegrarme más. A fin de cuentas, ella era nuestra jefa —. De hecho, me ha mencionado varios proyectos sobre los que quería hablar contigo.

Alcé las cejas, sorprendida.

Claro, el trabajo no terminaba lanzando por fin el disco. Solamente comenzaba.

—¿En serio? —pregunté de igual forma, realmente interesada.

—Sí. Ya sabes, la distancia es un problema y ha acabado hablándome hasta de posibles futuros conciertos —rio suavemente.

Yo decidí reírme con él. No sabía si conocía el supuesto plan de Corinne con la gira, así que decidí no arriesgarme y hacerme la loca.

Ali llamó a la puerta desde fuera, mirando únicamente a Victor con algo de urgencia.

English Love Affair ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora