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Libreta de composición (II)

LIBRETA DE COMPOSICIÓN: MIS MIERDAS

17-05-23

Aún recuerdo el día que ocurrió. Tenía dieciséis años cuando Sherry puso mi maleta en la puerta de casa y me juró que nunca volvería si seguía con tonterías en la cabeza.

Tonterías.

Quise gritarle. Quise decirle que ella nunca conoció a mi padre lo suficiente, que nunca lo quiso como yo lo hice. Que ojalá le pasara la peor desgracia del mundo.

Y después vi cómo su hija se reía a sus espaldas mientras tiraba todas mis cosas por las escaleras, gritando y llamando la atención de los vecinos.

Kaia nunca me quiso. Solamente se aprovechó de un chico dos años menor que ella que nunca supo el significado de la palabra familia para prometerle un futuro juntos, que nos escaparíamos y que de verdad me quería. Que no importaba que nuestros padres estuviesen juntos.

Yo tenía catorce años. ¿Qué cojones iba a saber yo del amor si hasta hace nada ni siquiera lo conocía?

En el fondo, siempre lo supe. Era una chica popular y atractiva, medio instituto la temía y mientras me prometía que algún día sería lo suficientemente maduro como para salir con ella, Kaia se enrollaba con tíos mayores que ella para demostrarme que no estaba cambiando. Que, si no lo hacía, perdería al amor de mi vida. Hoy en día tengo claro que aquello ni siquiera se parecía a cualquier tipo de amor que alguien podría llegar a tener; solamente era una manipuladora, al igual que su madre, y se aprovecharon de un adolescente al que no le quedaba nada.

Me dejé engañar. Quise creerme que les importaba de verdad. Pero a ellas nunca les importó nada que no fuese la empresa de mi padre y el dinero.

Dinero que nunca llegaría a mí porque esa arpía se hizo con el testamento.

Viví en la calle casi una semana hasta que la madre de Fisher se enteró y me acogió en su casa después de verme con Spooky y su panda de drogadictos en la esquina de una calle. Donde empezó todo esto. Donde empecé con mi adicción.

La gente en el instituto no tardó en enterarse de lo que me había pasado, de que era un sintecho por el que la madre su mejor amigo había sentido compasión y le ofreció por ello comida y cama, y no pude mostrarme más agradecido hacia ella y Fisher, aunque en realidad me sentía muerto por dentro. Me sentía la persona más sucia y rota del mundo.

La relación con él nunca fue muy fácil. Puede que por ello no me tuviese muy en cuenta a la hora de elegir una buena esposa después del desastre de matrimonio con mamá, o es que simplemente no le importó mi opinión. Un verdadero músico de rock ocultado tras un tipo con suerte al que las finanzas se le daban bien y era un apasionado de los coches como lo era mi padre, no solía tener muy en cuenta los sentimientos y esas cosas, y puede que heredase esa característica de él.

Pero no voy a hacerlo. Por mucho que me hayan manipulado... por mucho que intenten conseguir lavarme la puta cabeza, no voy a firmar ese contrato.

No voy a hacerlo.

No voy a hacerlo.

No voy a hacerlo.

A veces me gustaría que viese a las dos mujeres que aceptó para toda la vida en la nuestra. ¿Sabría lo mala que era realmente Sherry? ¿Habría llegado a descubrirlo en ese coche antes de que su vida acabara?

Siempre me sentí culpable por desear que hubiese muerto ella antes que mi padre.

Ahora no siento ni un ápice de compasión.

Espero que se pudra en el infierno junto a su hija y desaparezcan de mi vida de una vez. Quizá eso conseguiría aminorar el oscuro pozo de mi interior.

-H

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wow, mucha información... una micky-herramienta que usaremos más tarde :o

os leo y os loveo <3

REDES: Mreeve_