15 | Sin señal

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*capítulo larguito pero necesario. A disfrutar :)

(La escena final la he escrito escuchando I Wanna Be Yours, para las que adoran como yo escuchar canciones mientras leen<3)

15 | SIN SEÑAL

Grace

Nunca había visto el aeropuerto tan alborotado. Había maletas por todos lados, familias, parejas, y gente que se iba por su propia cuenta probablemente a la otra punta del mundo.

Los miraba con curiosidad, y entonces me sentí como un bicho raro. Yo sentía aquel viaje como una completa locura, cuando lo más seguro es que la gente estuviese acostumbrado a ello, a coger un billete y largarse durante un tiempo indefinido. Empezar de cero en otro lugar. Intentar conocerte a ti misma y dejarte conocer. Descubrirte. Descubrir qué demonios te pasa en la cabeza para no dejar de pensar en alguien que solo debería de ser un amigo. Conocido. Ni eso.

Frank, a mis espaldas, jadeaba con las manos apoyadas en las rodillas.

—No hace falta que me acompañes —le recordé, sintiéndome fatal por él. Incluso se le había ido el color de la cara —, puedo apañármelas yo sola.

Él comenzó a negar con la cabeza frenéticamente.

—No, estoy... bien —jadeó con la lengua fuera —. Solo... solo es un momento.

Miré al reloj, impaciente.

—Lo siento, Frank, pero no tenemos un momento —meneé el móvil entre mis manos nerviosa —. El avión saldrá en cuestión de segundos.

De pronto, se puso en pie, se acercó y agarró mi mano, tirando de mí hacia la puerta de embarque a la que debíamos dirigirnos. Rompí a reír al ver las caras de la gente que nos miraba como si estuviésemos loco. Me encantó.

Miré de nuevo el móvil. Nada. Ni un mensaje.

Fruncí el ceño, confusa. ¿Se le habría quedado sin batería?

Esperaba que no se hubiese venido abajo por no haber ganado. De todas formas, seguía con la ligera sensación de que ahí había algo extraño. Una parte me tranquilizaba; tenía la prueba en mi teléfono. Sin embargo, ahora no tenía tiempo para indagar más. Ya lo haría cuando encontrase a los chicos.

Nos apresuramos para llegar a la puerta de embarque con el corazón rebotando en la garganta. La azafata que se encontraba en la mesita de recepción nos miraba ojiplática.

—Hola —sonrió de todos modos, algo confusa —. ¿Puedo...?

—El avión a Brisbane —solté a la carrera. El corazón no me había latido tan rápido en la vida, y quería convencerme de que era por habernos recorrido todo el maldito aeropuerto al trote y no... bueno, no por la necesidad de ver al chico tatuado con el que comía perritos calientes con mostaza que no dejaba de torturarme de una manera u otra.

—Lo siento, señorita, pero el avión ha salido hace cuatro minutos, exactamente.

Mi sonrisa decayó y sentí un pinchazo en el pecho.

—¿Qué? —pregunté alarmada, apoyando las manos en el mostrador e impulsándome —. Pero... no puede ser —murmuré y el corazón me golpeteaba el pecho tan fuerte que apenas podía escucharme a mí misma —. ¡He llegado a tiempo!

English Love Affair ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora