English Love Affair ©

40 | Mujer de negocios

40 | MUJER DE NEGOCIOS

Grace

Me desperecé totalmente agotada. Todavía eran las cinco de la mañana, pero nuestro vuelo salía en cosa de tres horas y siempre me gustaba ir con puntualidad.

No podía creerme todo lo que había pasado en cuestión de horas. Al encender el teléfono tuve que reprimir un grito al ver que English Love Affair ya tenía cien mil visualizaciones, y el disco en general unas trescientas mil.

En menos de veinticuatro horas.

Me mordí el labio y miré a Heath mientras dormía. Tenía la mano apoyada en el lado en el que dormí yo y la cabeza en el lugar en el que estaba antes mi estómago.

¿Lo despierto para que vea la locura que está siendo el lanzamiento del disco y la cantidad de comentarios que tienen?

Me vi realmente tentada, pero llevaba tanto tiempo sin dormir tan placenteramente que no fui capaz.

Lo dejé descansando mientras terminaba de cerrar la maleta. Intenté ignorar el reciente nudo de mi estómago al pensar que Piper volvía a Londres y no estaría en Brisbane de ahora en adelante con todos, pero sus padres se volvieron locos cuando se enteraron de lo que había hecho, así que no le quedaba otra más que volver.

Al menos volvíamos las dos juntas y no tenía que pasar veinticuatro horas ahí encerrada sin nadie con quien hablar y no pensar que el avión caería en picado al mar mediterráneo o en Francia.

Corinne se había empeñado en que volviese una semana para hablar en persona acerca de todo lo que estaba ocurriendo.

Al fin y al cabo, pocas veces se veían impactos en la industria musical como este en tan poco tiempo, y por videollamada era complicado hablar sobre ello, así que volvería durante una semana mientras Penny se encargaba de que los chicos fuesen a todas las citas pendientes que tenía Ecstasy; numerosas entrevistas, colaboraciones con estas y con blogs internacionalmente conocidos para grabar contenido, sesiones de fotos...

Debía admitir que me entristecía un poco perdérmelo. A fin de cuentas ese era mi trabajo, y realmente estaba orgullosa y emocionada por lo que habíamos conseguido, pero también sabía que podíamos conseguir cosas mucho más grandes como la gira en cuestión que Corinne se traía entre manos, así que le agradecí enormemente a Pen que se encargara de ello.

Una vez me puse la cazadora por encima, miré por última vez hacia la cama.

Grey comenzó a estirarse adormilado. Al pobre debí despertarlo.

—¿Te vas ya?

Heath se incorporó con la voz ronca y el pelo enmarañado, frotándose los ojos y bostezando.

—Sí —murmuré, acercándome a acariciar a Grey y sentándome a su lado —. Quiero llegar con tiempo al aeropuerto.

Heath tomó aire y rodeó mi cintura, acercándome a él. Todavía me costaba acostumbrarme a estar... así.

Me encantaba, pero después de tanto tiempo riñendo e intentando convencerme de que no debía, resultaba raro.

Raro pero adictivo.

Coló sus dedos entre mi melena y me dio un beso suave en los labios.

—Avísame cuando llegues —me pidió, quitándome el exceso de brillo de labios que se me sobresalía de los labios.

—De acuerdo. Acuérdate de todas las citas de esta semana —le dije —. Ya sé que Pen se encargará de llevaros, pero no le dificultéis el trabajo.