50 | Latinoamérica

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50 | LATINOAMÉRICA

Grace

La cuenta de @Graceh4te había vuelto a cargar las redes de rumores sobre mí.

Recargué la página una y otra vez, mi corazón compungido mientras veía que no paraban de llegar más y más fotos, teorías e insultos.

Al parecer, la cuenta se había hecho tan conocida que toda la gente que conseguía información sobre mí, ya fuese verdadera o falsa, el dueño de esta se encargaba de publicarla de la forma más humillante posible.

Intenté prestar atención a Fish mientras unas fans le lanzaban rosas y un gorro mexicano y él contestaba con un "gracias, señorita" con las erres muy marcadas y ellas gritaban dejando sus cuerdas vocales a carne viva, pero no paraban de llegar más y más comentarios.

"No entiendo por qué siguen escondiéndose, todo el mundo sabe a estas alturas que están juntos".

"Esto empieza ya a aburrir".

"Hasta que se localiza donde están alojados", contestó otra cuenta, consiguiendo erizarme el vello de la nuca. "Entonces empezará a ser gracioso".

"Esta chica no se cansa de ser la zorra de las noticias día a día".

"Eso es lo que quiere.", le contestaba otra. "Limosna después de cuatro polvos. Debería dar gracias por pagarle los viajes que se está dando".

"Que alguien busque nueva representante YA!!! DÓNDE ESTÁ EL CONCIERTO EN CANADÁ? NO EXISTIMOS? Gracias Grace Clark por nada".

El viaje de vuelta al hotel fue silencioso. Ya estaba enfadada conmigo misma por no haberme permitido disfrutar uno de los viajes que más me apetecía hacer, admirar una lugar como Ciudad de México pero, simplemente... estaba ausente.

El conductor me permitió bajar un poco la ventanilla una vez nos desviamos de la carretera general, saliendo del centro de la ciudad y adentrándonos en una bocacalle que nos dirigía hacia nuestro alojamiento.

El viento me apartó el pelo de la cara y por un momento lo agradecí. Piper estaba enseñándole a Maeve las fotos que le había sacado, ya que, en este concierto, Corinne nos había permitido bajar a la zona reservada, a un lateral del público, para poder ver el concierto desde allí.

Yo decidí quedarme tras el escenario, en uno de los laterales, después de lo que pasó la última vez.

Maeve soltó una risotada.

—Creo que Fish va a adorarse a sí mismo todavía más cuando vea todos estos edits —dijo esta, reproduciendo una y otra vez el mismo con la misma canción y su frase "grracias, señorrritah"—. No entiendo cómo la gente ha podido publicar tantos vídeos. Hace una hora que ha acabado el concierto.

—Os adoran, Maeve —replicó Piper mientras acariciaba distraídamente el brazo de ella —. Y yo adoro que los suban tan pronto. Mira, hasta en este salgo yo...

Se quedó un momento en silencio. Casi me volví para ver qué ocurría, pero no tenía ni fuerzas.

Me sentía totalmente consumida. Sentía que mi batería social había se había acabado por completo. Me pesaba el cuerpo, tenía una marea de pensamientos taladrándome la cabeza y, sinceramente, deseé que los chicos estuvieran demasiado cansados como para ponerse a charlar o meterse a la piscina.

Suspiré, casi gimiendo, al recordar lo bonita que era la villa en la que nos hospedábamos. Las paredes de color crema, rodeada de flores por todas partes, vistas a la ciudad y una piscina privada en la terraza. Era muy tradicional, como el interior del apartamento, que solo habíamos tenido tiempo de conocerlo los cinco minutos que nos dieron para dejar nuestras pertenencias.

English Love Affair ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora