Mingyu lo dejó caer con suavidad sobre la cama.
—Qué agradable... —Wonwoo suspiró al sentir las maravillosas sábanas contra la piel. Tenía los ojos clavados en los del arcángel. Su mirada era tan varonil, tan posesiva, que se preguntó por un breve instante si no habría cometido un error. ¿Y si él planeaba quedarse con el?—. ¿Alguna vez has tenido un esclavo? —inquirió.
Él sonrió, pero la diversión del gesto estaba atemperada por la necesidad sexual.
—Muchos. —Le sujetó los tobillos y le separó las piernas—. Todos ansiosos por servirme... de todas las maneras posibles.
Wonwoo trató de soltarse sacudiendo las piernas, pero él tiró de Wonwoo para acercarlo. Tenía una expresión hambrienta de sexo.
—Algunos de ellos habían pasado años aprendiendo a llevar a un hombre al éxtasis. Los vampiros tienen centenares de años para practicar.
—Cabrón... —Un insulto, pero tenía un nudo de anticipación en el estómago, y sentía su cuerpo ardiendo.
—No obstante —Mingyu lo alzó un poco para hundirse en el con una poderosa embestida, todo su pene hasta el fondo—, ninguno de ellos me prohibió tener otros amantes.
Wonwoo arqueó la espalda en un intento por asimilar el impacto de la penetración. Se sentía lleno por completo, podía sentir hasta un pequeño bulto en su estómago. Cuando por fin pudo respirar, abrió los ojos y lo encontró en la misma posición, como si él también luchara por contenerse.
—Me parece que tú no eres de los que comparte. —Su voz sonó ronca.
—No. Si uno de ellos se iba con otro hombre... —empezó a retirarse con lenta y cuidadosa deliberación—... había docenas dispuestas a ocupar su lugar. Me daba igual.
Wonwoo estaba a punto de perder la cabeza; todo su ser estaba concentrado en el punto donde sus cuerpos se unían. Y el poco razonamiento que le quedaba se colapsó bajo la fuerza seductora y embriagadora de sus palabras.
—Si tú te entregas a otro amante, Wonwoo —volvió a hundirse en el, duro hasta el fondo haciéndolo jadear—, lo que le haré a ese hombre será una pesadilla que quedará grabada en los anales de la humanidad. —Y después de aquello, se acabaron las palabras.
Mingyu dejó de importarle la suavidad, si es que antes le importaba y lo tomo por el cabello. Wonwoo jadeo con fuerza al sentir ese bulto hasta el fondo moviendo su estómago y tocando todos los puntos dulces.
Jalando su cabello sin demasiada fuerza lo hizo tan sumiso que le importó nada como se vería.
Gimió fuerte y se estremecio.
—¡Mingyu! por favor dame más.
No espero otra orden y hubo un leve balanceo de sus alas mientras lo embestia sin para.
El choque de había entre las caderas de ambos creaba un sonido tan delicioso que lo hacía gritar de éxtasis y apretar sus muslos al rededor de Mingyu. tomo su cuerpo besándolo y mordiendo sin temor alguno. Aquel sexual y duro cuerpo golpeándolo una y otra vez lo estaba volviendo loco.
Araño sin pudor sus hombros y mordió su cuello cuando sintió como golpeaba tan duro y exquisito su próstata y grito de placer.
Así por varias horas solo parando por algunos momentos para que Wonwoo vuelva a tomarlo fuertemente y comenzar otra ronda tan dura, como la anterior.
—Mingyu, me vengo otra vez, por favor.
El ya no decía nada simplemente lo besaba y se corrió fuertemente din pudor mientras Wonwoo ensuciaba las sábanas. Se llegó a sentir mal por manchar aquel enorme sitio pero lo borro rápidamente cuando Mingyu lo tomo por sus brazos y lo hizo chuparle hasta correrse otra vez y estaba vez en su rostro.