Hwang tardó casi dos horas en dormirse. Jeongin estuvo tentado varias veces en subir y ahogarlo él mismo con la almohada hasta dejarlo inconsciente. Por suerte para ambos, para Hwang y para su condena, cuando ya estaba a punto de hacerlo escuchó el primer ronquido. Hwang no solía roncar, pero a Jeongin no le extrañó que lo hiciera. El muy idiota tenía la costumbre de dormirse destapado. Estaba harto de ser él quien debía taparlo para evitar que terminara desarrollando una pulmonía.
Se bajó de la litera inferior con cuidado de no despertarlo, se calzó, y lo miró de reojo. Si no frenaba eso rápido, al día siguiente roncaría más fuerte por culpa de los mocos. Reprimiendo un bufido lo tapó y salió de la celda, perdiéndose en la oscuridad del pasillo.
Sabía exactamente a dónde debía ir, y qué zonas tenía que evitar para llegar a donde quería sin cruzarse con ningún guardia. Minutos más tarde ya estaba en el patio, sintiendo el aire frío estrellarse contra su cuerpo.
Caminó despacio, tratando de no hacer ruido. Seo estaba de espaldas a él, frente a la valla junto a la puerta, y por el humo que flotaba a su alrededor estaba fumando. Jeongin anduvo hasta él y le picó las costillas con la punta de sus índices en cuanto estuvo justo detrás. Changbin se giró con rapidez mientras llevaba una mano a la cintura, hacia su pistola. Al ver que era él, soltó un resoplido con el cigarrillo aún entre los labios. Jeongin sonrió, olvidando por un momento que estaba enfadado con él.
—Vete a la mierda. ¿Es que quieres matarme de un infarto?
—No sabía que habías vuelto a fumar —comentó, parándose a su lado.
En vez de responder, Changbin le tendió el cigarro.
—¿Quieres?
—No, gracias.
—¿Qué haces aquí a estas horas? —Jeongin se encogió de hombros.
—No podía dormir.
—¿Tu compañero de celda ronca? —adivinó.
—Aunque no es eso.
—Será por la cabeza. ¿En qué piensas?
—En muchas cosas. —Jeongin metió las manos en los bolsillos del pantalón del uniforme carcelario. Incluso la tela de dentro estaba fría—. Tengo la cabeza llena, aunque ahora mismo me interesa más la tuya.
—¿La mía?
—¿Qué tal tu novio?
Changbin tosió. Un borbotón de humo salió de entre sus labios.
—¿Así de golpe?
—Es que estaba pensando en que nunca hablamos de él.
—Ni de nada en general —replicó Changbin—. No es que tengamos muchas oportunidades de hablar a solas.
—Ya... —murmuró, clavando los ojos en la valla frente a ellos.
—No es culpa tuya, ¿eh?
En realidad sí. Pero no quería desviarse de lo que le interesaba. Jeongin se encogió de hombros, restando importancia al asunto.
—Venga, háblame de él. ¿Cuánto lleváis ya? ¿Cuatro meses?
—Seis, los hicimos hace poco.
Jeongin hizo un mohín con los labios. Cuando Lee estuvo en aislamiento, ¿verdad?
—Seis meses, vaya. Así que..., ¿vais en serio?
—Todo lo que podemos.
—Podrías traerlo un día. Presentármelo.
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Celda 208 | hyunin
FanfictionCuando Seungmin le pidió a Hyunjin que no se metiera en líos durante su estadía en prisión, ninguno sabía todavía lo que ocurriría una vez allí. ¿Cómo era que un simple ladrón terminó compartiendo celda con Yang Jeongin? Un preso con una condena tan...