4. Concertando una cita con Chan (sin que él lo sepa)

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Hyunjin recorrió el comedor con la mirada hasta encontrar a Felix. Este estaba solo en una de las mesas más alejadas de la cola para recoger la comida, jugando distraídamente con los palillos en sus fideos.

—Felix —saludó, sentándose frente a él.

Al oír su nombre Felix levantó la mirada, sonriendo débilmente al ver que era él. Hyunjin suprimió a tiempo una expresión sorprendida. Su postura estaba un poco encogida, y el entusiasmo en sus ojos y palabras de esa mañana se había desvanecido por completo.

—Hyunjin, hola. ¿Qué tal lo llevas? ¿Necesitas algo? —preguntó con la voz contenida.

Hyunjin vaciló unos segundos antes de asentir.

—En realidad, sí. Necesito un favor —dijo, decidiendo dejar para después el preguntarle qué le ocurría—. ¿Tu compañero de celda es de fiar?

Felix frunció el ceño.

—¿Qué?

—He hablado con Yang —contó. Felix lo miró con sorpresa—. Y dijo algo, y... Recordé eso de que él sí que había conocido a Han. Quisiera hacerle unas preguntas.

Felix separó los labios hasta formar una pequeña o y asintió.

—Sí, claro que es de fiar. Pero dudo que Chan esté interesado en hacer nada que pueda crearle problemas con Yang... —Hyunjin lo miró con una mueca de desilusión de la que se deshizo tan pronto como Felix volvió a hablar—: Aunque bueno, no sé. Podrías probar.

—¿Entonces me lo presentas? —preguntó con emoción.

—Ni de broma —respondió al momento—. Yo sí que no quiero problemas con Yang —añadió, antes de rascarse una mejilla con gesto pensativo—. Pero... —dijo al cabo de unos segundos—. Si hablamos de mí, no es mi culpa si tú vienes a visitarme a mi celda. Y mucho menos es culpa mía que lo hagas justo cuando esté Chan, ni que os pongáis a hablar sea del tema que sea...

Hyunjin sonrió al ver por dónde iba y negó.

—Por supuesto que no lo es —aseguró, y Felix le sonrió de vuelta.

—Estamos en la 315 —Hyunjin reconoció el número. Era el mismo que había dicho aquel preso por la mañana; la celda donde la partida de cartas. Como Felix era Lee, supuso que con Bang se referían a Chan—. Después de comer, Chan suele ir al patio a jugar al baloncesto. Si quieres coincidir con él, pásate por ella alrededor de las siete.

—Muchas gracias. De verdad.

Felix se encogió de hombros y rodó los ojos de nuevo hacia su bandeja, sin decir nada más. Hyunjin tampoco lo hizo durante casi un minuto, cuando por fin reunió el valor para atreverse a preguntar.

—Por cierto... —dijo en voz baja. Un grupo de tres presos acababa de sentarse en la mesa que tenían a la izquierda—. ¿Tú estás bien?

—¿Hm? —Felix desvió la mirada, fingiendo que estaba buscando a alguien. Si pretendía que no se le notara que le ocurría algo, era bastante malo en ello—. ¿Por qué lo preguntas?

Hyunjin separó los labios para responder, pero Felix le cortó antes de darle tiempo a decir nada.

—Todo está bien —aseguró. Sus ojos se aguaron al instante cuando volvió a mirarlo—. En serio. Se me pasará —murmuró eso último, como si tratara de autoconvencerse. Carraspeó y volvió a mirar hacia un lado, mientras simuló rascarse junto a un ojo para limpiarse una lágrima—. Ve a por tu comida.

—Pero...

—Ve —le cortó con urgencia. Hyunjin apretó los labios, suponiendo que quería deshacerse de él para poder tranquilizarse—. Yo te espero aquí.

Aceptó aún con dudas y fue a hacer la cola. Cuando llegó el momento de volver, Hyunjin tuvo que forzarse a caminar entre la gente en dirección a la mesa. La bandeja de Felix seguía en el mismo sitio y aún estaba hasta arriba de comida revuelta, pero de él no había ni rastro.  

Celda 208 | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora