Hyunjin esperó a que Yang saliera de la celda para bajarse de la cama. Después la abandonó también, en dirección contraria, esquivando al resto de presos que iban rumbo al comedor para desayunar.
No había hablado con Yang desde su conversación del día anterior en la enfermería. Había cruzado una línea que no debía con él, y sabía que no había vuelta atrás. Al mismo tiempo, no se atrevía a dar tampoco un paso adelante y hacer la pregunta. Yang todavía lo había mirado de reojo esa mañana antes de irse. Una vez hiciera la pregunta, tendría suerte si hacía algún intento por no estrellarse contra él cuando estuvieran los dos a la vez en la celda.
Debí quedarme callado. Suspiró profundamente, notando ya el familiar dolor en su torso. Caminó hasta la celda 315; todo estaba tan vacío como esperaba. En cuanto llegó se sentó en la cama de Chan, esperando a que Felix terminara de desayunar y volviera para así poder hablar con él. Quizá pudiera ayudarlo.
Yang haría trampa, estaba convencido. Hyunjin se descalzó y se cruzó de piernas sobre el colchón. Yang solía ser cuidadoso con sus palabras, y también prestaba bastante atención a lo que decían los demás, a cómo lo decían. Era como si no se le pudiera escapar nunca nada. Si Hyunjin se equivocaba al hacer la pregunta, Yang no dudaría en aprovecharse de ello para responder de forma en que no dijera nada en realidad. Si aquella era su última oportunidad para descubrir algo, debía ser más exacto que nunca.
Apoyó un codo sobre uno de sus muslos y dejó caer la cabeza contra su puño cerrado, ignorando el dolor en su costado. Saber que esa pregunta sería el final de su relación con Yang solo lo complicaba todo más. Hasta que se le abrió la posibilidad de una pregunta directa que recibiría una respuesta sincera, Hyunjin no se había detenido a pensar en todas las cosas que quería preguntar. Al mismo tiempo, cuantas más preguntas acudían a su mente, más iba descartando. Todas, aunque quería la respuesta, se eliminaban en cuanto se hacía una pregunta a sí mismo. ¿Importa realmente? Y su respuesta era siempre la misma. No.
Aquello era tan frustrante. No llegar a ninguna pregunta viable hacía que sintiera que lo había estropeado todo para nada.
No supo cuánto tiempo estuvo así, pensando en Yang y en qué hacer, pero fue el suficiente para que a alguien le diera tiempo a desayunar y volver a la zona de las celdas. También a entrar en la 315 con él y plantarse frente suya. Hyunjin levantó la barbilla, y sus ojos se ampliaron por la sorpresa.
—Chan —saludó.
No esperaba que fuera él el primero en regresar. Suponía que se iría directo al patio. Tan pronto como lo pensó, recordó que eso solía hacerlo por la tarde.
—Hyunjin —lo saludó de vuelta, visiblemente incómodo—. ¿Cómo es que estás aquí?
—Venía a...¿Felix está en camino? —Chan negó.
—Tardará en volver. Ha ido a dar una vuelta.
Hyunjin asintió e hizo un pequeño puchero con los labios. ¿Se iba, entonces? Y volvía más tarde. Aunque también tenía que hablar con Chan, se lo había prometido a Felix.
Al ver que no se movía, Chan se sentó junto a él, pero en el suelo. Apoyó la espalda contra el borde metálico de la cama y giró la cara hacia él.
—Ahora que estamos solos, quería hablar contigo sobre...
—Todo está bien —le cortó. Cuanto antes terminaran con eso, mejor para todos.
Chan no pareció muy convencido.
—Pero entiendes por qué lo hice, ¿verdad?
Hyunjin asintió y Chan suspiró, mirando hacia el suelo. Aguantó así apenas unos segundos antes de volver a verlo.
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Celda 208 | hyunin
FanficCuando Seungmin le pidió a Hyunjin que no se metiera en líos durante su estadía en prisión, ninguno sabía todavía lo que ocurriría una vez allí. ¿Cómo era que un simple ladrón terminó compartiendo celda con Yang Jeongin? Un preso con una condena tan...