25. El espantatiburones

59 20 2
                                    

 Taehyun estornudó por quinta vez en menos de un minuto. Abrió de nuevo los ojos y lo miró con ellos inundados en lágrimas.

—¿Estás bien? —preguntó Hyunjin, sentado en la cama de Yang.

—Si no fuera imposible, te preguntaría si tienes un gato —respondió Taehyun, sorbiendo su nariz.

—¿Eres alérgico?

—Muchísimo.

Y estornudó otra vez. Hyunjin pensó entonces en el gato que vio con Felix días atrás en el patio, que había sido espantado por el guardia cuando trató de escalar la valla. Pero aunque lo hubiera conseguido en otro momento, no tenía sentido que Taehyun sufriera en su celda por una alergia causada por un gato en el patio.

Aun así se lo comentó.

—Vi uno fuera hace unos días.

Taehyun suspiró.

—Es igual. —Se dejó caer contra la pared frente a él y miró de reojo hacia la entrada—. ¿Yang no va a volver? —Habían pasado ya diez minutos desde el fin de la hora del desayuno. Hyunjin se encogió de hombros.

—No suele estar mucho aquí —medio mintió. Solía estarlo, solo que antes de que llegara él. Además, con eso de que se estaban evitando...

Taehyun asintió y soltó un nuevo suspiro, en esa ocasión aliviado, que hizo a Hyunjin pensar que se había equivocado con sus sospechas iniciales sobre él. A lo mejor solo había sentido curiosidad, y no podía culparlo por ello. A él también le pasó, y lo que era más vergonzoso: le seguía pasando.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? ¿No te da ni un poco de miedo?

Tardó unos segundos en saber a qué se refería.

—¿Yang? —Taehyun asintió y él negó—. No realmente.

Taehyun lo miró con las cejas levantadas, como si le costara creerlo.

—Pero es un asesino, y eso mínimo desde que está aquí. ¿Sabes por qué fue encerrado?

—No —dijo Hyunjin—. Nadie lo sabe.

La respuesta pareció decepcionar un poco a Taehyun. En su momento, él se había sentido exactamente igual.

—Oí que lleva años aquí, y que nadie sabe cuándo saldrá. Fuera por lo que fuera, debió ser muy grave —volvió a hablar Taehyun.

Hyunjin quiso replicar, defender a Yang. Pero la verdad era que Taehyun tenía razón.

Taehyun estornudó de nuevo.

—A lo mejor ahí afuera también mató a alguien —comentó Taehyun segundos más tarde, desviando la mirada hacia el pequeño ventanuco de la celda, mientras pasaba el dorso de su mano por debajo de su nariz.

—A lo mejor —musitó él.

Hyunjin ya había pensado en eso, en alguna de las muchas noches en las que no consiguió dormir. Pero la idea se sentía tan irreal como el hecho casi irrefutable de que había asesinado a Han Jisung. Agachó la mirada, quedándose en silencio. ¿Cómo alguien que era un asesino podía ser la misma persona que conocía él? Los asesinos no eran así; no buscaban que los demás no estuvieran preocupados, no regalaban chocolate, y mucho menos se cambiaban de cama para que a la otra persona no le doliera el cuerpo por el esfuerzo de subir herido a su litera.

—Oye, Hyunjin —llamó Taehyun. Hyunjin levantó la barbilla y clavó los ojos en su perfil—. Antes en el comedor dijiste que fuiste encarcelado por robo. Pero también que era tu primera vez robando. ¿Cómo es que...?

Celda 208 | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora