Hyunjin todavía se sentía un poco confundido cuando llegó a los teléfonos. Estos estaban en el mismo pasillo que la puerta que daba a la sala de visitas, custodiados por un guardia con una revista abierta entre las manos. Hyunjin se detuvo frente a él para preguntar cuál era el que debía usar.
—El tercero —respondió el guardia, sin levantar la mirada.
—Gracias —musitó Hyunjin.
Fue hasta el teléfono anclado a la pared con el tres escrito en una pegatina desgastada por el tiempo, viendo el auricular ya descolgado reposando en la parte superior del resto del teléfono. Lo cogió y se lo llevó a la oreja.
—Seungmin —saludó con seguridad.
—No soy Seungmin —dijo una mujer. Hyunjin se quedó en blanco unos segundos, al no reconocer la voz.
—¿Con quién hablo?
—Park Jihyo. —Hyunjin sintió como se le ponía la piel de gallina—. Sé que es inesperado, pero quería...
—No sé por qué has llamado —interrumpió con dureza, mirando de reojo al guardia. Este seguía sin prestar atención a otra cosa que no fuera su revista—, pero me da igual. No quiero hablar contigo, así que no...
—Por favor —cortó Jihyo, con tono suplicante—. Quería verte en persona, pero pensé que aparecer ahí de pronto sería muy violento. Por eso te he llamado antes. Sé que no tienes motivos para recibirme, pero me gustaría que lo hicieras. Quisiera hablar contigo, pedirte perdón en nombre de... —Hyunjin bufó sin poder evitarlo, y Jihyo se detuvo de manera abrupta, tardando unos segundos en recuperar el habla—. No quiero que lo que ocurrió nos afecte a ti y a mí.
—¿Lo que ocurrió? —preguntó Hyunjin, empezando a perder la paciencia—. ¿Te refieres a que me hayáis metido en la cárcel?
—¿Serviría de algo si digo que intenté que retiraran la denuncia? —preguntó Jihyo, con la voz cargada de dudas.
—No, claro que no sirve. ¿Me tomas el pelo? —Sabía que Jihyo era mayor, y por un momento Hyunjin se planteó si no debería estar tratándola con un poco más de respeto.
Los dos se quedaron en silencio y Hyunjin se giró, apoyando la espalda contra la pared, conteniendo un suspiro. Quería colgar, pero al mismo tiempo... Aquella era la primera vez que hablaba con ella. Y hasta ese momento, solo la había visto en una ocasión, durante su juicio. Ese día también había intentado acercarse y hablar con él, pero Seungmin se lo había impedido.
Pasó una mano por su cara, estresado, mientras Jihyo seguía callada. Entonces Hyunjin dejó caer la mano y vio a Chan pasando de largo por el final del pasillo. Como si hubiera sentido sus ojos sobre él, Chan dejó de caminar y giró la cara justo hacia donde estaba Hyunjin. Vaciló unos segundos antes de empezar a caminar en su dirección.
Hyunjin se tensó, recordando lo hablado con Felix. Otra disculpa forzosa en menos de cinco minutos era lo último que necesitaba en ese momento. Giró la cara hacia el otro lado del pasillo, esperando que Chan captara la indirecta, por si con el teléfono en su oreja no era suficiente. Al hacerlo levantó las cejas con sorpresa, viendo a Taehyun allí, asomado por una de las esquinas del pasillo.
A diferencia de Chan, Taehyun no lo vio como si se lo hubiera encontrado por casualidad, sino que sonrió rápidamente, con gesto urgente, como si llevara ya un buen rato esperando a que Hyunjin mirase hacia allí.
—Jin —dijo Jihyo por fin. Hyunjin se dio cuenta de que su voz sonaba ahogada, como si estuviera llorando o conteniendo las ganas de llorar—. ¿Puedo llamarte Jin?
—No —contestó con sequedad. Taehyun le hizo un gesto con una mano para que lo siguiera y desapareció tras la esquina. Aquello le dio la fuerza necesaria para cortar de una vez por todas la llamada—. Jihyo, no me llames más. Ni vengas. En serio. No quiero saber nada de vosotros nunca más.
Sin dejar de mirar hacia el lugar por el que se había ido Taehyun, Hyunjin trató de colgar el auricular del teléfono y empezó a caminar. Supo que había fallado cuando lo escuchó caer al vacío, seguido de la voz molesta del guardia.
—¡Eh, tú! ¡Cuidadito!
Pero no miró hacia atrás hasta que llegó al final del pasillo y se encontró con Taehyun en el de al lado, esperándolo. Chan se había detenido junto al teléfono colgando de su cable. Sus labios estaban apretados pero no parecía enfadado, sino frustrado. Hyunjin se sintió mal por un momento, pero se olvidó de ello en cuanto Taehyun lo sujetó de un brazo y tiró de él, haciendo que lo siguiera lejos de allí.
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Celda 208 | hyunin
FanfictionCuando Seungmin le pidió a Hyunjin que no se metiera en líos durante su estadía en prisión, ninguno sabía todavía lo que ocurriría una vez allí. ¿Cómo era que un simple ladrón terminó compartiendo celda con Yang Jeongin? Un preso con una condena tan...