A la hora de la comida pasó algo raro. Tanto, que el resto de presos hasta empezaron a mirarlos con curiosidad, con un disimulo muy poco trabajado, en vez de ignorarlo a él y dejar en paz a Yang como de costumbre. Yang lo acompañó desde la celda hasta el comedor, y aunque no hablaron en ningún momento, también hizo la cola para recoger su bandeja de comida tras él, y lo siguió hasta la mesa que solía ocupar Hyunjin. Aunque no se sentó con él, sino que se quedó de pie a su lado.
—¿Se puede saber qué haces? —preguntó Hyunjin, de mal humor y avergonzado a partes iguales.
—Métete en tus asuntos —ordenó Yang, mientras miraba a su alrededor, como si estuviera esperando por algo.
Hyunjin resopló y empezó a comer, decidido a ignorarlo -que era muy diferente a hacerle caso con eso de que se metiera en sus asuntos-. Entonces, solo unos minutos más tarde, Taehyun entró en el comedor y fue también a por su bandeja, sin prestar atención a lo que ocurría a su alrededor. Fue ahí, cuando salió de la fila ya con la bandeja, cuando Hyunjin se dio cuenta de lo que hacía Yang. Taehyun sonrió al verlo y empezó a caminar hacia él, y luego vio a Yang. Su sonrisa se desvaneció poco a poco mientras los saludaba a ambos con un cabeceo forzado, antes de desviarse de su camino y terminar sentado en otra mesa con cuatro presos a los que no conocía de nada. Cuando Hyunjin volvió a mirar a Yang, este se veía de nuevo tan orgulloso de sí mismo como lo había estado horas atrás en la celda. No mucho después, cuando resultó obvio que Taehyun ya no iba a levantarse e ir hacia allí, Yang se marchó a su mesa de siempre, sin despedirse.
—¿A qué ha venido eso? —masculló Hyunjin, con el ceño fruncido. Resopló una vez más y siguió comiendo.
—Casi me cago encima —admitió Felix, mientras levantaba otra carta del montón a la derecha, entre ambos. Hyunjin y él estaban los dos sentados en el suelo de su celda, con la sábana de la cama de Chan haciendo de cortina. Felix jugaba al solitario mientras Hyunjin lo miraba, ya que no tenía ni idea de jugar a nada con las cartas, ni tampoco ganas de aprender—. Pensé que te había descubierto, o algo así. Que te iba a apuñalar allí mismo, delante de todo el mundo.
—Está actuando muy raro desde el desayuno —bufó Hyunjin, con la mirada en las cartas—, pero no es por eso. Estoy seguro.
—¿Ha pasado algo?
Hyunjin se encogió de hombros.
—Taehyun vino a la celda.
—¿Taehyun? —preguntó Felix—. Ah, ya. El nuevo. —Hyunjin levantó la mirada al notar algo raro en el tono de Felix. Su ceño fruncido le confirmó que no había sido imaginación suya—. Os vi juntos, sí. Chan y yo estuvimos hablando con Soobin de él, también durante el desayuno.
—¿Quién es Soobin?
—Te juro que es verdad —dijo de pronto una voz al otro lado de la sábana, en el pasillo. Felix y él miraron hacia la sábana.
—Pero cómo ibas a ver un gato —dijo otra voz—. Deja lo que sea que te estés metiendo, te está haciendo alucinar.
—Te lo digo en serio —insistió la primera voz, mientras pasaban por delante de la celda—. Estaba comiendo una barrita de esas de muesli que venden en la tienda, en el alféizar de la ventana de la biblioteca.
—Sí, claro. No, si ahora también pretenderás que me crea que has ido a la biblioteca. ¿Sabes siquiera leer?
—Vete a la mierda.
La discusión no tardó en perderse por el pasillo, junto con los pasos de quienes la mantenían. Felix volvió la mirada a las cartas, olvidando el tema al instante, mientras que Hyunjin siguió viendo la sábana, con los ojos entrecerrados.
—¿De qué hablábamos? —preguntó Felix de pronto. Soltó un suspiro y dijo—: No importa. Cambiando de tema, ¿cuándo vas a necesitar que sea la siguiente... ya sabes?
—¿Qué...? —Hyunjin lo miró desorientado por un segundo—. Ah. Todavía no lo sé. Tengo que... —preguntarle a Yang. Casi se le escapó. Hyunjin bufó con pesadez—. Primero tengo que descubrir algo nuevo. ¿Tú sabes ya qué es lo que quieres a cambio?
—Tal vez te pida que aprendas a jugar a las cartas —Felix lo miró, con los ojos brillando con burla.
—Algo más fácil —suplicó, haciendo que se riera.
—Entonces por ahora no. Aunque me gustaría pedirte algo, independientemente de la que me debes.
Hyunjin levantó las cejas y lo miró con curiosidad.
—Tú dirás.
—Es sobre Chan —tan pronto como lo dijo, Hyunjin carraspeó y bajó la mirada a las cartas, tratando de parecer casual.
—¿Qué pasa con él?
Felix soltó una risa entre dientes.
—Estoy intentando que haga las paces contigo —dijo, yendo directo al grano. Hyunjin levantó la cabeza con rapidez, mirándolo alarmado.
—¿Te lo ha contado? —preguntó, incrédulo.
—No ha hecho falta, comparto celda con él. Mira... —Felix se olvidó de las cartas y se apoyó las manos en las rodillas—. No sé lo que ha pasado, pero está claro que ha pasado algo. Y como lo conozco bien, también estoy seguro de que ha sido cosa suya. Pero tú y yo habrá veces en las que no podremos llevarnos bien, al menos no delante de los demás, ya lo sabes. Así que necesito asegurarme de que tienes con quien contar mientras eso pasa, por si cuando pase te ocurre algo. Y Chan es... difícil —aceptó—, pero también es un buen amigo. Te protegerá de cualquiera si lo necesitas, a veces incluso si no. —A Hyunjin no le hacía falta escuchar nada de eso, porque ya lo sabía. Tenía unos cuantos golpes que se lo confirmaban cada vez que se movía—. Así que te lo pido por favor. Haya hecho lo que haya hecho, cuando se acerque a ti para disculparse, perdónalo.
Hyunjin se dejó caer hacia atrás, hasta que su nuca quedó apoyada en la pared de cemento de la celda. Felix lo miraba expectante, casi suplicante. Hyunjin se mordió el labio inferior con cuidado de no hacerse daño en la herida que Chan le había hecho y asintió. De todas formas, en realidad no tenía nada que perdonar. Si Hyunjin no fuera como era, si tuviera el físico de Chan y su talante, y hubiera estado en su situación, probablemente habría hecho lo mismo por proteger a Felix y su secreto.
Felix sonrió con amplitud, contento, y Hyunjin le sonrió de vuelta.
ESTÁS LEYENDO
Celda 208 | hyunin
Fiksi PenggemarCuando Seungmin le pidió a Hyunjin que no se metiera en líos durante su estadía en prisión, ninguno sabía todavía lo que ocurriría una vez allí. ¿Cómo era que un simple ladrón terminó compartiendo celda con Yang Jeongin? Un preso con una condena tan...