Ethan
Camino al consultorio, no puedo evitar pensar que de alguna forma moví alguna fibra sensible en el corazón del monstruo, a pesar de que seguía aparentando ser la misma niña engreída, sus azules ojos habían pasado de ser el reflejo del claro e inclemente cielo, cuya imagen reflejada puedo ver en el cristal del auto frente al mío, a uno gris con amenaza de tormenta, tal vez eléctrica, porque de todas maneras no bajo la guardia ni un instante.
-Esa está ahí... Esperando. – Me intenta decir Agatha gesticulando lentamente para hacerse entender sin el uso de su aguda voz, mientras señala a la puerta de mi oficina con el dedo.
- ¿Quién es "Esa"? – Le pregunto de la misma forma muda.
-¿Dónde te metiste toda la mañana?. – Dice la Dr Richards, la cual estaba destinada en algún día convertirse en la jefa del departamento de neurología, puesto al que fácilmente tendrá acceso por el simple hecho de ser hija del dueño del lugar, toda una "nepobaby", y sí, mi ex novia, y no; fue ella quien me abandono a mí. - Solo pasa, tenemos que hablar. – Agrega apartándose un poco para dejarme un pequeño espacio por el cual pasar.
La Dr Richards, o Lori, el cual es su nombre, y yo nos conocimos en los primeros días de la universidad, ambos tomábamos una clase juntos, nuestro acercamiento solo fue posible porque el reducido número de asientos la obligo a sentarse justo a mi lado, cosa que en un principio no le pareció de su agrado, lo cual supuse porque no se atrevía a mirarme, con el tiempo me di cuenta que el desagrado en realidad era timidez y yo tuve la brillante idea de invitarla a salir, en esos momentos no le vi nada de malo al asunto, éramos dos chicos jóvenes y solteros, el tiempo hizo lo suyo y como todas las parejas, empezamos a compartir sueños y aspiraciones, ambos estábamos unidos por el amor al cerebro, la parte emocional y mental de mi lado, la química y fisiológica por parte de ella, pero simplemente hace 6 meses ella se dio cuenta que necesitaba más, que quería más y yo no podía darle sea lo que sea a lo que se refería en ese largo discurso que me dio para tirarme a la basura como un oso de felpa viejo.
-Necesito un favor tuyo. – Dice apenas nos sentamos uno frente al otro en mi oficina, mientras muerde la uña del pulgar, su señal habitual de que está nerviosa y teme a que mi respuesta sea negativa. - ¿Recuerdas a mi amiga Lottie? – Pregunta como si llevase lista de todas sus amigas.
-Ajá. – Respondo sin tener la menor idea de quien rayos es Lottie.
-Bueno. Lottie se casará pronto y...- Intenta explicarme antes de cortarla en medio de la oración porque con esas simples palabras me dio indicios de que se trata aquel favor que la tiene tan nerviosa.
-No. – Digo intentando ignorarla y aparentando estar concentrado en ver como inicia el Windows de mi computadora.
-Por el amor de Dios, Ethan... Te prometo que no volveré a pedirte nada igual. – Dice con voz suplicante mientras intenta hacer uso de sus ojos de cachorrito triste. – Solo seremos por última vez la feliz pareja que fuimos y con eso tendremos el cierre perfecto.
-Es ridículo. – Digo mirándola de reojo. – Mucha gente va sin acompañante a las bodas, tienes un 75% de conocer a alguien y yo no soy quien para evitar que encuentres al amor de tu vida.
-Lalala. – Empieza a gritar mientras tapa sus oídos como si tuviera 6 años. – Pasare por ti, te enviare una copia de la invitación electrónica a tu correo, te quiero. – Dice cerrando la puerta, porque simplemente mi opinión con respecto a cómo dispone de mi tiempo no le interesa.
Lo peor de haber roto con Lori, era que simplemente ella no entendía los convencionalismos sociales con respecto a las rupturas, de alguna forma quería seguir formando parte de mi vida y yo a su vez de la suya, si no como novios; al menos como amigos, pero yo no quería ser su amigo, tampoco quería ser su novio nuevamente, simplemente quería ser un recuerdo en su mente que poco a poco se fuese desdibujando hasta que la mera mención de mi nombre no iluminara ni una neurona en esa cabecita loca que lleva sobre sus hombros.
- ¿Y qué quería "esa" ahora? – Pregunta Agatha, sin mencionar el nombre de la Dr Richards, ya que cada que intenta mencionarlo, no puede dejar de hacer un gesto de vomito.
-¿Tú que crees?. – Digo mientras intento dejar notas sobre el monstruo en mi libreta de anotaciones.
-Déjame adivinar. – Responde sentándose en la silla en la que Lori estuvo sentada hace apenas unos instantes y colocando su mano bajo su mentón en un gesto de cavilación. – ¿Encontró otra araña bajo su cama y quiere que la mates? – Pregunta entrecerrando los ojos y colocando su boca como el pico de un pato.
-No, ella quiere... – Empiezo a contarle.
-Espera, espera. – Grita Agatha interrumpiéndome y poniéndose de pie para seguir con el juego de adivinanzas. - ¡Está embarazada y necesita que cumplas el papel de padre para que su papi no la desherede! – Grita aún más alto mientras abre los ojos como si acabase de descubrir una terrible verdad.
-Shh... Deja de ver tantas telenovelas a la hora del almuerzo. – Digo haciéndole un gesto para que se vuelva a sentar. – Solo quiere que la acompañe a una boda. – Termino contándole al fin.
-Ah. - Dice como si no le sorprendiera lo que le acabo de decir. – Quiere que vuelvan, pero no sabe cómo decírtelo... Es un truco bastante usado. – Agrega reacomodándose en la silla como si estuviera en medio de una sesión de chismes.
La señorita Bartom apareció de un momento a otro, exigiendo una SEAME ( Sesión de Emergencia Antes de que el Mundo Explote), lo que consiste en venir a consultarme algún problema de índole sentimental, el asunto en cuestión a tratar esta vez era el hecho de que en menos de 2 semanas estaba próxima a celebrar su cumpleaños #30 y aún no estaba ni cerca de encontrar al hombre de su vida, mientras que su querida hermana menor a los 23 años ya contaba con una familia, ciertamente ella no era capaz de ver que su vida y la de su hermana eran completamente distintas y ambas tenían logros de los cuales sentirse orgullosas, pero la señorita Bartom solo se concentraba en el temor de llegar a los 40 y darse cuenta que moriría soltera, pero seamos honestos, nadie permanece soltero para siempre en estos tiempos tan modernos.
Luego de terminar con la cita de "emergencia" de la señorita Bartom, mi día termino como de costumbre, liberé a Agatha, la cual se desvaneció ante mis ojos porque ya no le daba tiempo de ir a arreglarse para otra salida con el Dr Williams, busqué mi auto en el estacionamiento y me dirigí a casa, no sin antes pasar por un pequeño supermercado, en busca de los ingredientes para una deliciosa cena de pollo al curry y arroz basmati que vi en mi canal gourmet favorito, al terminar de limpiar el desastre que hice en mi pequeña cocina, cosa que no me explico como soy capaz de tardarme 1 hora cocinando, 30 minutos de limpiar platos, utensilios y cacerolas, para que el tiempo de degustación no pase de 10 minutos, simplemente doy un corto baño y me tiro en mi cama sin siquiera tiempo para pensar antes de sumergirme en lo más profundo de mi oscuro subconsciente,
PD: No importa cuánto infiramos sobre el futuro, solo nos toca vivir día a día y esperar lo mejor, ya que terminamos creando escenarios que seguramente no lleguen a ocurrir, ¿no les parece?
ESTÁS LEYENDO
Un Paso Hacia La Luz
Teen FictionGeorgina "Gigi", ha sufrido una gran humillación pública, lo que la ha llevado a padecer una terrible fobia al exterior (Agorafobia). Cada segundo de la vida de Gigi está organizado en lo que ella llama "La Agenda del Grinch", la cual (según ella) e...