Un Paso Hacia La Luz

Capitulo 15

                                                                                                Gigi

Han pasado algunos días desde que mi corto paseo por el jardín se llevó a cabo, así que he tenido que soportar aquellas miradas y palabras condescendientes por parte de mis familiares y Nana Beet, el "La friki lo está intentando" que tanto odio seguramente ha sido pronunciado ya en cada rincón de ésta casa, lo que me hace pensar en la lástima que he de inspirar en todos los que conocen mi situación y mi reciente "mejoría", aquella lastima puedo verla reflejada en los ojos de todos, mi padre, Cordelía, Nana Beet, de alguna manera Archie es el único que me hace sentir casi como una chica normal, y no puedo evitar pensar: "¿Qué pensará de mí el Neandertal?", "¿también le inspiraré lastima?"

Al iniciar el día, luego de un ligero desayuno, la agenda del Grinch me indica que es la hora de "Danza y Ejercicio", la cual es la forma en que agende mi momento de yoga y meditación de la mañana, lo que espero que ayude a deshacerme de los pensamientos que rondan en mi mente, así que voy a mi armario y busco en mi cajón de ropa ligera para ejercitarme, el cual etiquete como "vestuario de tortura", nombre dado porque en un principio lo veía de esa manera, y empiezo con el saludo al sol, para luego adentrarme en mi tempestuosa mente, todo termina en un merecido baño con mis sales favorita, cuyo aroma a lavanda calma un poco más la tormenta en mi interior.

Al salir de la bañera e intentar peinar mis húmedos cabellos, me doy cuenta que mi cepillo favorito, no está en su lugar correspondiente en el mueble del lavamanos, lo que me hace pensar que seguramente se ha quedado en alguna mesita afuera en mi habitación, ya que tiendo a peinarme para calmar un poco la ansiedad que me genera todo este asunto, lo que me hace tomar una toalla para evitar que las gotas que caen de mis cabellos mojados arruinen la alfombra.

-Pase. – Digo al escuchar a alguien tocar la puerta, luego de haber encontrado mi cepillo para el cabello en la mesita junto a mi cama, justo al lado de mi rosa, así que me paro en medio de la habitación, envuelta en mi bata amarillo chillón y con la toalla a modo de turbante en mi cabeza, solo hay una persona a parte del neandertal, que tiene la amabilidad de tocar la puerta antes de entrar, y en visto de que aún no es día de nuestra cita semanal, supongo que no es de él quien se trata esta vez.

-Oh, supongo que puedo pasar después. – Dice Cordelia al entrar y encontrarme en aquel húmedo estado. - ¿Te gustaría que te peinase? – Añade señalando el cepillo en mi mano. – Como cuando eras niña.

-Me gustaría. – Respondo extendiendo el cepillo hacía ella, luego de haberme quedado por un rato con la mirada perdida en él.

-Está bien. – Responde tomándolo y caminando hacía mi cama, sentándonos sobre las blancas sabanas que hacen juego con todo en la habitación.

Cordelia peino mi cabello hasta que yo fui lo suficientemente mayor para hacerlo por mí misma y ella empezó a estar lo suficientemente ocupada como para poder hacerlo cada mañana, cuando lo hacía, tarareaba una dulce melodía, aquella melodía me indicaba que el día había comenzado, nunca supe si aquella melodía formaba parte de alguna canción, si aquella canción contaba con alguna letra, yo solo sabía que Cordelia tenía una hermosa voz, y que era afortunada por tener una madre tan bonita y gentil, supongo que aun debo considerarme afortunada.

- ¿Puedo preguntarte algo? –Digo mientras observo nuestro reflejo en el espejo de cuerpo entero que saque de mi vestidor para tomarme algunas fotos el día anterior.

-Por supuesto que sí. – Responde sonriéndome a través del espejo sin dejar de peinar mis largos y oscuros cabellos.

- ¿Qué se siente estar enamorada? – Le suelto luego de haberlo pensado por un momento, había leído durante años sobre aquello, pero entre leer sobre algo y vivirlo hay mucha diferencia.