Ethan
En la mañana desperté en el sofá con Gift sobre mi pecho, el cual pareció servir de sustituto ya que Lori le había arrebatado su lugar de honor sobre una de mis almohadas. El haberle cedido mi cama a Lori y servirle como sustituto de cama a Gift fue lo de menos, lo verdaderamente molesto es el hecho de que ella se ha atrincherado en el baño, intentando deshacer los efectos de la resaca.
- ¿Saldrás de ahí algún día? –Golpeo la puerta con insistencia.
-Tienes otro baño. – Grita. Parece estar cepillándose los dientes, seguramente con mi cepillo. – Puedes ir a ese.
-Pero este es mi baño. – Elevo la voz un poco más con cada palabra que sale de mi boca.
-No sabes tratar a los invitados. – Dice saliendo del baño. Lleva una camiseta mía en sustitución de su vestido.
-Necesito que te largues. – Masculle antes de entrar en el baño.
Ya en el baño intenté ignorar los estragos que Lori había hecho en él. Mi cepillo de dientes yacía húmedo sobre la mesa del lavamanos – ni siquiera tuvo la amabilidad de colocarlo en su lugar para aparentar no haberlo usado – así que tome uno nuevo del compartimiento empotrado oculto por el espejo y me cepille los dientes. Lo siguiente será darme una ducha rápida antes de expulsar a Lori de mi departamento.
Al abrir la puerta del baño el sonido del timbre resuena por todo el departamento, lo que me hace preguntarme quien ha venido tan temprano, lo que a su vez me lleva a recordar mis pequeñas vacaciones con el monstruo.
-¿Quién ha sido? – Interrogo a Lori.
-Nadie. – Dijo ella haciendo un gesto despreocupado con la mano. – Se equivocó de puerta.
-Te he preguntado: "¿Quién ha sido?" – Dije tragando saliva.
-Una chica. – Contesto.
- ¿Una chica más o menos de este alto? – Me lleve la mano a mitad de mi pecho. – De ojos azules.
-Así exactamente. – Contesto pestañando dos veces. -¿Cómo lo sabes?
-¡Maldición, Lori! – Grite antes de salir a toda velocidad por la puerta.
El monstruo la ha visto, seguramente por su mente han de estar pasando mil cosas. Seguramente ha de creer que he estado mintiéndole o me he burlado de ella. Al entrar en el elevador presiono una y otra vez el botón que me llevará a la planta baja. Veo como en el tablero sobre la puerta se marcan los pisos uno a uno a medida que baja. Al abrirse las puertas logro ver como camina rápidamente hacia la salida del edificio, su cabello oscuro se mueve tras ella y la pequeña falda que lleva puesta se levanta un poco sin llegar a mostrar lo que hay bajo ella, intento no distraerme con esa imagen.
-¡Gigi! – Grito con todas mis fuerzas para llamar su atención. – Espera, por favor.
Ella se voltea un breve instante para mirarme y empieza a correr a toda velocidad, yo hago lo mismo como si fuese un lobo persiguiendo a un pequeño conejo. No puedo dejarla escapar, no puedo permitir que se vaya sin que pueda explicarme, no quiero perder a mi monstruo por una estupidez mía.
Gira a la derecha y sigue corriendo rápidamente entre los transeúntes que se enojan por los empujones, al ver mi voluminosa figura se apartan rápidamente, lo que me da ventaja sobre ella, aun así, no comprendo cómo es capaz de correr tan rápido. En una fracción de segundo mi mano logra tomarla por la muñeca y tiro de ella para aprisionarla en mis brazos, un instante después un auto pasa a toda velocidad frente a nosotros, lo que me lleva a pensar que pudo haberla embestido.
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Un Paso Hacia La Luz
Teen FictionGeorgina "Gigi", ha sufrido una gran humillación pública, lo que la ha llevado a padecer una terrible fobia al exterior (Agorafobia). Cada segundo de la vida de Gigi está organizado en lo que ella llama "La Agenda del Grinch", la cual (según ella) e...