Capítulo 12: Amor

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Mi papá y yo estábamos en el cine, viendo una película de coches.

—Papi... Guile ha muerto... Por mí culpa... —dije mirando al suelo.

Mi padre me miró y cogió mis dos manos.

—¿Acaso estas manos han disparado a Guile? —me preguntó sonriendo.

—No pero... Guile nunca se habría puesto en peligro si no fuera por que yo decidí meterme en este mundillo. —suspiré.

—Mia, vamos a otra sala. —dijo.

Nuestra sala de cine estaba vacía, todo era muy raro. Al salir de la sala, todo el cine estaba apagado. Mi padre me llevó a otra sala de cine, y me indicó lo siguiente:

—Mira la película, Mia.

La nueva sala de cine también estaba vacía. En la pantalla de cine, se veía como maté al Comandante Castillo. Recordar esto, me hizo llorar, tirándome sobre el hombro de mi padre. El me abrazó mientras me acariciaba la espalda.

—¡Ya lo se, papá! No debería haber matado a un hombre... —dije entre lágrimas.

—No es eso lo que quiero que veas, Mia —me consoló —. Sigue mirando.

En la pantalla de cine ahora se veía a la esposa de Castillo, junto a sus hijos, tratando de consolar a sus hijos, quienes lloraban de forma desconsolada su perdida. Yo no pude evitar ponerme a llorar igual que ellos.

—Mia, cada acto tiene su consecuencia.

Pero el tono de voz de mi padre era distinto al decir esto. Le mire. Ahora tenía una sonrisa tétrica en su rostro, y sus ojos eran completamente negros. Me separé de él. La cabeza de mi padre dio la vuelta, abrió la boca, y de esta salieron ocho patas. 

Mi padre se convirtió en una especie de araña grotesca.

—¡Mia! ¡Mia!

Empecé a correr, y la araña grotesca me persiguió por todo el cine. Intenté ir hacia la salida, pero era la puerta se estaba cerrando poco a poco. Por suerte, metí un sprint y pude salir del cine. Pero mi padre también lo hizo. 

Cruce la carretera y me tropecé. Estaba completamente perdida.

—¡Miiiiiiiiiiiaaaaaaaaaa!

Pero un coche atropelló a la araña grotesca. En ese momento, me desperté. 

Estaba con Shyna en una sala de hospital. Todo había sido un mal sueño.

Ayer Hardem disparó a Shyna, y yo me quedé en el hospital con él para cuidarle. Eran las cinco de la mañana. Con suerte, he dormido 3 horas. Shyna estaba despierto, mirándome fijamente.

—Que bien que estés despierta, Mia —sonrió —. ¿Podrías traerme algo para desayunar?

Me levanté y fui a la cafetería, que acababa de abrir. Pedí dos cafés y tres croissants. Pagué el desayuno y lleve la bandeja a la habitación de Shyna. En ese momento, empezamos a desayunar juntos.

—Muchas gracias por quedarte esta noche conmigo, Mia. —me agradeció con una sonrisa.

—Es la primera noche Shyna, está bien que alguien que sepa de medicina se quede contigo —sonreí de vuelta con las pocas fuerzas que tenía —, por si te pasa algo.

—Ahora cuando termines de desayunar, si quieres puedes irte —me dijo —. Simeon no tardará mucho, a las ocho como mucho está aquí.

Me quede callada desayunando. Nada viene mejor cuando has dormido poco que desayunar. Te revitaliza completamente. 

Un pasado sin resolver (EN REFORMAS, ACTUALIZADO SOLO HASTA EL CAP 13)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora