03. Embriagado (+18)

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||| AVISO |||

-El siguiente capítulo tendrá escenas subidas de tono. Lea con cautela.

- Se referirá a Mictia00 con su nombre real (Abril), al igual que Lucasta (Luis).

- Se hará referencia al Libro Buscando Alaska de John Green y El General en su laberinto de Gabriel García Márquez. Se recomienda leer ambos libros para tener un mejor entendimiento de la visión que busca reflejar este fanfic.
( Además, los libros son muy buenos, 100% recomendados).


Disfrute la lectura.

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- Guíeme a Saint John Coffee, por favor.


Subiendo al uber, Diego fue corriendo a su llamado. Abril le había escrito, pues quería verlo, ya que se había enterado de su pronto retorno.

   Saliendo del campus, se percató nuevamente del paisaje nocturno. La gran pradera que acompañaba al territorio de la universidad, el campo de girasoles, los cuales apenas y se apreciaban por la poca luz que emitía la luna; las montañas al fondo, y a la izquierda un enorme molino viejo, descuidado por los años. Apreciando aquella construcción, Aquino se apresuró hacia la ventana del uber, observando el paisaje con desesperación. Tras esforzarse un poco, encontró lo que buscaba: era un gran árbol, el único que había en toda la pradera. Este tenía un cercado, impidiendo el paso de las personas.

Un vago sentimiento de nostalgia se apoderó de su ser, humedeciéndole los ojos, provocando a su vez pequeños sollozos ahogados. Recordando momentos que realmente no quisiera volver a pensar, se percató a lo lejos el lago de Wennessy, oculto entre las colinas. Muy seguramente la temperatura del agua era fría, y no tenía intenciones de regresar allí pero, moría de curiosidad por saber si el viejo muelle seguía existiendo, o si de alguna manera había sido destruido. Pensó en detener el taxi, pero sabía que no estaba preparado para visitar aquel lugar de nuevo, por lo que se limitó a retirar la vista del paisaje.


- Demasiada importancia le doy a un simple lugar- Dijo a sí mismo, acomodándose de nuevo en el asiento trasero del carro.


De camino al centro de la ciudad, Diego iba distraído en su celular, ocupando su tiempo viendo vídeos graciosos o publicaciones de personas aleatorias de internet. Prontamente, un mensaje de Da Rey apareció entre las notificaciones del celular, preguntándole si volvería a la fiesta. Aquino lo negó, explicándole además que no lo esperara en casa, pues esa noche planeaba llegar tarde.

Y sin percatarse del tiempo, ya había llegado a su destino.


En un café cualquiera localizado en la gran metrópolis, a varios kilómetros del internado donde ahora estudiaba, vería a sus viejos amigos, quienes no visitaba desde que se había graduado desde la preparatoria.

   Entrando con algo de lentitud, unas manos le hacían señas para sentarse.


- ¡Diego, por aquí! - Habló una voz femenina.


Esa chica era Abril, una dama de cabellos castaños con un par de mechones más claros, de rostro delicado y figura agraciada. Había sido su compañera de clases anteriormente, en los últimos años de preparatoria. A su lado, se encontraba Luis, un joven de cabellos largos y abundantes, usando gafas decorativas y de ropas oscuras; este de igual manera, estudió junto a los dos chicos presentes en la mesa.

𝓦𝓮𝓷𝓷𝓮𝓼𝓼𝔂'𝓼 𝓓𝓪𝔂𝓼 |  𝓓𝓾𝔁𝓲𝓷𝓸 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora